Por: María Araya

Fotografías por: Rubén Sánchez

El proyecto musical integrado por Yorka y Daniela Pastenes viene aterrizando en Chile luego de cinco meses de una gira autogestionada por México.

Apenas llegadas se presentaron en dos shows en la explanada de Matucana 100, con sold out a las pocas horas de abrir la venta de entradas.

La tarde del martes 16 de noviembre de 2021 se presentaron por tercera vez; una sesión en dúo — formato que utilizaron en su gira mexicana y que afianzaron de manera definitiva — en el nuevo Centro Arte Alameda.

Este dúo es tan potente, cuentan con armonías vocales que sincronizan con una sola mirada; esa comunicación que solo dos hermanas pueden conseguir. No necesitan más que la guitarra de Yorka y sus voces, con eso llenan una sala completa.

El show partió con una canción de su nuevo disco, luego vino «Miedo».

Daniela y Yorka nos cuentan que en su gira por México aprendieron que juntas y solas pueden hacer grandes cosas, y vaya que lo están haciendo.

La carrera musical de estas hermanas despegó definitivamente con el disco Humo del año 2018, de ahí en adelante solo ha sido cosechar triunfos. Por supuesto que esto no ha estado exento de obstáculos, sin embargo, ellas han sabido hacerle frente.

Daniela se sienta sobre el cajón y durante varias canciones aporta percusión a las melodías.

El escenario es simple: la guitarra, el cajón, el ukelele, una zampoña y un par de pedestales con plantas. La luz tenue, el ambiente acogedor, hogareño.

En «Mentí» hubo algunos problemas con el sonido y las hermanas lo manifestaron. El viaje a México las hizo crecer, reconocer su valía y tener este tipo de actitudes tan básicas como pedir que su música suene bien.

Durante todo el concierto este par de hermanas se miran constantemente, hablan con los ojos y es hermoso presenciarlo.

La lista de canciones siguió con «Rinoceronte», del disco Imperio del año 2015 y luego siguió «Para qué darle tanta vuelta», canción escrita durante la gira mexicana. En esta parte Yorka contó que habían leído un libro sobre los pensamientos rumiantes y habían llegado a la conclusión de que suponer un hecho te hace sufrir doblemente: mientras lo piensas e imaginas y luego cuando lo vives de verdad. Lo mismo pasa cuando imaginas un resultado exitoso y más tarde la realidad de pega en la cara. «No hay que poner tanto, hay que pasarlo mejor», señaló la artista.

A mí, en lo personal, esa reflexión me dio una patada en la cabeza en medio del show.

El momento siguiente fue muy especial: ambas deciden bajar del escenario y ubicarse en medio de las butacas. Cuentan solo con el ukelele de Daniela y juntas entonan «Este vacío que se quedó». Hay que decir que con la interpretación de esta canción a varies se les pusieron ojitos de piscina y otres derechamente lloramos a moco tendido.

Daniela, con una mano en el cajón y con la otra en la zampoña, Yorka en la guitarra y entonan «Cae»; siguen con «Enloquecer», canción que es parte de su nuevo disco.

Ambas se comunican bastante con el público. Nos cuentan sus planes, las conclusiones de una reunión que tuvieron durante el día para planificar el resto del año. Y le preguntan al público qué canción quisieran oír, responden «Saturno» —también del disco Imperio—. Hace mucho tiempo que no la tocan en vivo, así que la ensayan un poco, ahí, frente a nuestros ojos. Yorka improvisa y no se nota, la canción sale a la perfección. La armonía vocal se logra sin ensayos. ¡Hazte esa!

Yorka sigue hablando de diversos temas: nos cuenta cuánto extrañaba Chile; que se dio cuenta de que los chilenos siempre decimos que no y esto nos da una especie de placer, etc. En un momento espeta «Estoy hablando como si estuviera en el living de mi casa y tengo que controlarme».

Siguen con la canción «Viento», ambas de emocionan al final, es una canción que Yorka le escribió a su padre fallecido. Terminan con «La Torpeza», ambas canciones que formarán parte del disco que están horneando.

Para este dúo cualquier escenario es cancha: uno grande — como la explanada de M100 —, uno pequeño — como el Centro Arte Alameda —, un living, una micro y en cada uno de ellos lo dan todo, porque no saben hacer otra cosa.

El bis estuvo de la mano de «Y bailamos tanto», con un corillo del público y un aplauso final.

Afuera, la algarabía propia del partido de fútbol de la selección chilena. Adentro de nuestros corazones, la nostalgia feliz de haber disfrutado un nuevo concierto de Yorka.

Hay que hacer un especial reconocimiento a Rosert Fort por persistir, por no rendirse. Le quemaron su recinto histórico y ella — junto a esa colmena hermosa de mujeres que le blindan las espaldas— golpeó todas las puertas que pilló hasta encontrar un nuevo lugar y levantar su Centro Arte Alameda.

Arturo Prat 33, comuna de Santiago Centro, ahora tiene una nueva magia. La que varios ya conocemos del antiguo Centro Arte Alameda, pero ahora con nuevos bríos y más fuerza que nunca. ¡Que siga, que siga por siempre!


Zumbido.cl

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