Texto y Fotografías por: Ricardo Arredondo

Una jornada llena de emociones fue la que se vivió en el Club Amanda en la segunda visita de Siddhartha en suelo nacional. Un encuentro lleno de música, visuales y luces hipnotizantes que nos hizo vibrar en este íntimo encuentro con el cantautor mexicano.

Un abrazo sincero y lleno de honestidad fue el que nos brindó Siddhartha en este nuevo paso por Chile, como parte de la presentación de su más reciente EP «Miel de Azar» (2024). Con un gran despliegue técnico, el mexicano mostró lo mejor de su catálogo musical que ya está cerca de cumplir dos décadas.

Llamó la atención las mesas que estaban repartidas en la pista, las que nos daban señal de que la venta de entradas no fue tan fuerte como se esperaba. Recordemos que el show fue cambiado de recinto desde Blondie a Club Amanda, que es más pequeño. Pero, tal como en su primera visita, esto no fue impedimento alguno para que la banda desplegara un show como si se tratase de miles de personas. Absolutamente rescatable la actitud y profesionalismo de Siddhartha y sus músicos.

Y no sólo eso, sino que el mismo mexicano expresó en el micrófono su profundo agradecimiento a quienes compraron su entrada y se dieron el tiempo de dejar de hacer sus cosas para reunirse en torno a la música en una época en que la mayoría de la gente anda de vacaciones.

Fuerte sonaron canciones de su disco «Únicos», con canciones como «Camuflaje», «Ser parte» y «Tarde» que fueron cantadas a todo volumen por el grupo de gente que llegó al recinto de Vitacura. También el set estuvo cargado hacia su último larga duración «00:00 con canciones como «Brújula», «Paraíso Lunar», «Cardúmenes» o la canción que da nombre al disco en donde pudimos ver a un grupo de charros intervenir con sus cuerdas y vientos.

Párrafo aparte para la parte visual. La ropa perfectamente uniformada de la banda, y la utilización de luces coloridas que se movían al ritmo de la música, así como también las gráficas que se proyectaban en el fondo.

La banda, por otro lado, es todo un espectáculo. El bajo con mucha presencia le daba un toque especial, así como los teclados y las percusiones que siempre hacen que la música de cualquier artista tome otro nivel. ¡Cómo se nota cuando las bandas agregan esos instrumentos!

Fue un show de más de dos horas, en la que incluso se dio el tiempo de cantar algunas canciones pedidas por el público que estaban fuera del set, mostrando su compromiso con la audiencia y sus fanáticos. Además, de un show especial para Siddhartha, ya que se encontraba su padre, quien por primera vez lo acompañaba en una gira.

Sin duda, una noche única, cálida e íntima junto a uno de los grandes nombres del rock pop mexicano. ¿Que acá no lleva mucha gente? ¡Qué importa! Le da lo mismo si son cientos o miles de almas en el público. Yo llamaría afortunados a los fans que pudieron presenciar el talento de su artista favorito a centímetros.


Zumbido.cl

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