Texto por: Franco Zurita

Fotografías por: Joselyn Heyden

Para todos los que nos perdimos el 2015 la única presentación de Title Fight en nuestro país, el encuentro de anoche con Glitterer, la banda del ex-bajista de los de Kingston fue revivir esa pasión pero con otra esencia y por supuesto, otras direcciones.

Desde temprano, los más nostálgicos por supuesto, llegaron con su polera de TF para acompañar el sentimiento y entre la camaradería y los reencuentros habituales, se fue dando comienzo a una noche brillante en Club Ámbar

Con invitados ejemplares, Mano de Obra se anotaban con otro escenario importante encendiendo la antorcha de la noche con un repertorio implacable lleno de rabia y crudas verdades. Desde «Estallar» hasta «Q.L.C.R», los de Quilicura nos dieron un puñetazo de realidad con hardcore puro y duro para darle carácter a la noche y la dosis necesaria de caos.

Luego de la pasión desbordada entre el mosh y el canto cómplice de los más fanáticos, manteniendo la intensidad pero evocando el lado más introspectivo de la noche, llegaba Estoy Bien. El trío, tras celebrar el primer aniversario de su debut «Apoyo Emocional» y un año bastante especial, pisaban esta vez, el hipnótico escenario de Ámbar para darnos en nuestro lado más sensible. Entre la euforia de los presentes, una a una fueron coreadas joyas de su primogénito trabajo cerrando con “Con Mis Amigos» elevando así, la intensidad para lo que estaba por venir.

Tras ajustar el escenario y los decibeles, un tímido Ned Russin acompañado de la banda tomaron formación y ante la euforia de la multitud, los primeros acordes de “The Same Ordinary” dieron inicio a su presentación desatando la locura entre los presentes. Tras un accidentado final y de reajustar las guitarras, Glitterer siguió su recorrido navegando entre las joyas más emblemáticas de su carrera. Un repaso extraordinario por “Rationale”, su trabajo más reciente y con un repertorio en general, bastante abultado, el universo introspectivo y personal de Ned Russin abrazó el corazón de cada uno de los espectadores quienes en su respuesta, se entregaron fervientemente en cada una de las declaraciones de la banda. “Bodies”, “No One There” y la emotiva “Can’t Feel Anything” fueron algunas piezas que desembocaron con profunda pasión las íntimas confesiones entre saltos, stages diving y toda la locura de una noche intensa, llena de colores y mucho sentimiento. 

Ya llegando al final de la presentación, la sutileza de los sintetizadores daba paso a “Fire” de su “Life Is Not A Lesson” para luego terminar con un viejo conocido por los más fanáticos. La penetrante línea de bajo de “Are you sure” fue la encargada de cerrar la noche sembrando la duda existencial que acompaña la semántica de este gran himno de Glitterer.

Luego de abandonar el escenario brevemente y tras ser invocado como Jesucristo tras su evidente parecido, Ned Russin vuelve con toda la banda para cerrar con “Hello” declarando con esto, una especie de agradecimiento por el cálido y afable recibimiento de la fanaticada local.

Así culminó el show de Glitterer en nuestro país. Lejos, aunque también cerca de las raíces de Title Fight, la banda como su nombre lo sugiere, logra brillar por sí misma equilibrando la pasión y entrega con la simpleza de un sonido que no busca complejidades ni mucho menos encasillarse sino que más bien, entregar un mensaje honesto y experiencias propias de una generación cuestionada y perdida. Uno de los shows que no esperábamos pero que sin duda, hacen falta para remover un poco las emociones y hacer catarsis ante la vorágine del mundo actual.

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