
Texto por: Ricardo Arredondo
Fotografías por: Joselyn Heyden (Fauna)
En un fin de semana de oro para la música nacional encabezado por la Feria Pulsar, la movida internacional no se detiene. El viernes por la noche fue el turno de Silvestre y la Naranja que visitaron Chile nuevamente para presentar su último lanzamiento «Sueño Cítrico» en una Sala Metrónomo que se encontraba absolutamente agotada para este reencuentro.

A las 21 hrs y con un gran marco de asistentes Mecánico dio el vamos a la fiesta. Una gran presentación por parte de la banda nacional, que luce renovada en esta nueva etapa, luego de una primera etapa que incluso los llevó a Lollapalooza en su versión 2013. Ahora la banda canta en español y con tres músicos en escena y apoyados de bases electrónicas despliegan un show de gran factura donde destacaron las canciones de su último lanzamiento «Dos Cordilleras», un álbum que cuenta en su totalidad con colaboraciones con destacados músicos de la escena como Goyo Degano, 1915, Surfistas del Sistema, entre otros. Lo he dicho en anteriores reseñas, y lo repito: en Chile también se hace un indie pop de gran nivel. Hay talento de sobra.

A eso de las 22:00 hizo su ingreso la banda principal de la noche con una potente intro instrumental y un alucinante juego de luces para luego recaer en «Fiebre atemporal» y casi sin descanso con «El ding dong». Poco bastó para darse cuenta de la calidad vocal de Justo y que la banda trae encima una gran cantidad de conciertos, lo que se expresa en lo afiatado de su sonido y el tremendo manejo de las dinámicas.
Como si contar con cinco instrumentos en escena no fuera suficiente, con el ingreso de un dúo de bronces ya todo explotó aún más. No es tan habitual escuchar esa cantidad de instrumentos y poder distinguir casi a la perfección cada uno de ellos con una claridad tremenda en la mezcla en vivo. Fue un manjar para los oídos. Aplausos para los músicos y también aplausos de pie para el sonidista. ¡Chapeau!

Fuimos testigos de una gran conexión entre el público y la banda -que como pocas veces- se sintió muy genuina. Justo declaró que Chile se ha transformado en un lugar muy importante para la banda y no solo por sus fanáticos locales -aunque obviamente que sí- pero también se refería particularmente al hecho que acá en Chile grabaron su último disco «Sueño Cítrico» que ha sido un trabajo que ha revolucionado su carrera musical, les ha abierto muchísimas puertas y ha significado un gran crecimiento para la banda. Por lo que volver acá y presentar el disco dijo que lo consideraba como “una forma de cerrar el ciclo que comenzó en este mismo lugar”.

Tras la presentación de su nueva canción «Prisionero Perfecto» -adelanto de su nuevo disco- y canciones coreadas a todo pulmón como «Levitando lento» y «Sos todo lo que está bien», dieron su último golpe con «El instinto» y «Tu veneno» para cerrar un gran show y empezar a cerrar este año musical. Al finalizar, la banda bajó del escenario para saltar a la barricada y acercarse a sus fanáticos para conversar, regalar setlists, tomarse fotos y así, sellar una noche tremenda compartiendo de cerca con sus seguidores. Gran gesto que se hace imposible no resaltar.

Silvestre y la Naranja demostró lo que son hoy: una de las bandas más importantes y prometedoras de la escena indie pop de Argentina. Un espacio donde hay infinito talento y donde para destacar tienes que ser creativo, carismático, componer himnos, sonar bien en vivo, interpretar, tener estilo propio, conectar, etc, etc. Y parece ser el caso que todo eso y más lo tienen de sobra…
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