Yajaira acústico: visiones entre espejismos y pandemia
La tarde del domingo 7 de marzo, Yajaira realizó una jornada doble presentando un show acústico y volátil en Bar de René.
Siguiendo todas las medidas necesarias en término de protocolos sanitarios (capacidad reducida, distancia, mascarillas y mesas con un máximo dos personas), la mítica banda de sonidos densos y oscuros desplegó un show semi acústico presentando versiones luminosas de parte de su catálogo.
La cita original estaba anunciada para las 19hrs, pero la rápida venta de entradas llevó a agendar una segunda presentación para las 17hrs.
El segundo show comenzó con H.E.E.B, dando inicio a un viaje sonoro cristalino entre luces rojas, azules y púrpuras. Una caravana planetaria que siguió con Hacia el sol en una atmosfera espacial entre el calor humano expresado en aplausos y gritos de apoyo y goce.
El presente activo e inquieto de Yajaira quedó claramente expresado cuando Se va la tómbola (instrumental de su último EP, Turbias visiones) llegó entre ecos de semillas secas y la cadencia de un groove sólido y eterno.
Renovadas versiones de Escucha el viento y Corre, respira, descansa llegaron como remolinos de aire fresco y siluetas de fogatas en la oscuridad entre en desierto de la capital y lo incierto del tiempo.
La nave espacial creada entre la guitarra de 12 cuerdas y reverberaciones de Sam, las profundas líneas bajo y la voz alucinójena de Comegato con la percusión casi santanesca de Nes abrieron la senda para luminosas versiones de La mujer y el dragón, Lobo y Sin dios ni razón, condensando las rutas sonoras desplegadas en los discos de la primera mitad de la década del 2.000.
Sin embargo, Yajaira no se trata de nostalgia ni de glorias pasadas, y lo demostraton al presentar parte de las nuevas canciones en las que están trabajando en miras de un nuevo álbum. Se trata de Chamico, un vuelo sicodélico de ritmo colorido que hizo bailar la humedad del ambiente con los aplausos de la audiencia fiel que ya se manifestaba en unión de libertad, junto cuando abre el camino y el ritual se dejaron caer para cerrar el setlist de la Vermouth.
El bis estuvo a cargo de una nueva versión de Dámelo con una sección de percusiones «jaivera» que unió a Comegato en los tambores, Aldo Benincasa con chuchos y a sus seguidores percutiendo lo que hubiese al alcance.
Un verdadero obsequio sónico que llegó como un oasis de luz entre tantos tiempos oscuros que hemos pasado y los que se avecinan.
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