Texto por: Ricardo Arriagada Gómez

Fotografías: Francisco Aguilar / Spider Prod

Son millones de cosas que han cambiado para nuestras vidas en tan solo ocho años, periodo de tiempo que separó la primera vez que Circus Maximus estuvo en Chile, y que el regreso se efectúo la noche del miércoles 12 de septiembre en Club Chocolate. A pesar de la poca actividad que han tenido en temas de discografía, era un desafío regresar a las pistas con una gira por Latinoamérica y su paso en nuestro país fue un gran visto bueno.

Los invitados especiales antes del show fue Delta en su formación actual como quinteto, con una presentación hecha a la medida para durar casi exactos 30 minutos con cinco canciones interpretadas: «Gemini», «My Addictions», «Oceans», «At Least» y «The Tower», en ese orden. Parte de ellas es de su nueva etapa, en el que serán parte de su nuevo disco que se titulará tal como el primer track mencionado y saldrá a finales de mes. Dentro de su muestra, el peso de lo Progresivo, Djent con influencias del Metal Alternativo manejan una estética que se siente fresca para el proyecto que tiene ya veinte años cumplidos de su fundación, y fue una oportunidad tremenda para demostrar que hay mucho material fascinante a la deriva.

El tiempo de descanso y preparación fue bien aprovechado para que a las 21:00 sin convenientes, entraban de a uno los integrantes de Circus Maximus, con una repasada a sus cuatros discos, dos siendo más priorizados, pues por ejemplo, solo del primer álbum «The 1st Chapter» (2005) se tocó «Sin», mientras que lo último que publicaron en 2016 en la placa «Havoc» fueron el tema Homónimo y «Chivalry», todas bien recibidas por un público que tenía una energía distinta, y que en esta velada llena de música Progresivo sí hubo saltos, cánticos y hasta un par de mosh.

Gran parte del repertorio estuvo centrado en sus discos más apreciados, algo que sus fanáticos no mostraron queja alguna, siendo «Architect of Fortune», «A Darkened Mind» o «Abyss» algunas que se disfrutaron, tanto abajo como arriba del escenario, porque los noruegos estaban muy confiados de su trabajo, entre los cantos de Michael Eriksen, los solos de guitarra de Mats Haugen y la batería imponente de Truls Haugen, quien más se lució con sus participaciones en voces secundarias.

Si me refería en el principio sobre los cambios en la vida actual, se hizo notar en esta presentación, ya que Eriksen además de realizar su faceta de cantante, estaba muy activo en un modo «Redes sociales» al grabar muchos momentos con su celular, desde la gente cantando en estribillos o en las pausas para demostrar el calor latinoamericano, gestos que fueron divertidos, aunque tal vez para algunos les genere algo de confusión al ser más de una ocasión. Fuera de esa anécdota, grandes interpretaciones se dieron en «Namaste» como uno de los espacios más potentes o de ejecución vocal en «Arrival of Love», incluyendo «Screaming in Digital», que es un cover de Queensrÿche, y dejando en la parte final una de sus canciones más querida que fue «Game of Life».

Con un pequeño bis, y considerando su apretada gira por el continente que alberga seis países en la mitad del mes, quedaba como último repaso «Ultimate Sacrifice» y sus nueve minutos de duración, siendo bien acogida por los asistentes que, sabiendo que siempre uno quiere más, el tiempo era un factor importante, pero muchos disfrutaron los cerca de hora y media de show. Un regreso donde nada de la magia se ha perdido, y que sería un empuje para que Circus Maximus busque su momento para crear más música. Gran velada.

Setlist:

01. Forging

02. Architect of Fortune

03. Sin

04. Havoc

05. A Darkened Mind

06. Abyss

07. The One

08. Namaste

09. Wither

10. I Am

11. Screaming in Digital

12. Arrival of Love

13. Chivalry

14. Game of Life

15. Ultimate Sacrifice


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