Texto por: Ricardo Arredondo

Fotografías: Hugo Hinojosa

Es el día siguiente al Knotfest y la fiesta no termina ahí. Día lunes y se preparaban dos fiestas: una con Pantera como invitado de honor en el Movistar Arena, y la segunda -la que nos convoca-, con Bring Me The Horizon como protagonistas de la historia. Puede resultar difícil definir si era un show de los ingleses solos con Trivium como banda invitada para la apertura, o era un show compartido con ambas bandas como protagonistas. La comunicación gráfica previa fue algo confusa y había elementos que podían dar muestra de ambas propuestas. Como sea, el show que abría la jornada era un plato muy fuerte. Trivium, la banda de gran experiencia llegaba a remecer el Teatro Caupolicán que se llenó desde muy temprano para ver a ambas agrupaciones.

A eso de las 20:30 y con una puesta en escena sencilla, aparecía la banda para comenzar a demostrar todo su poderío con un histriónico Matt Heafy a la cabeza que toma el rol de maestro de ceremonia y guía a la gente a saltar, levantar sus puños y corear sus canciones. Un frontman carismático, muy expresivo y con una sonrisa que a ratos contrastaba con la brutalidad de sus guturales. Una banda muy compenetrada, donde cada uno cumplía su rol de excelente manera y con una potencia que te podía volar la cabeza.

Una gran cantidad de asistentes llegó temprano para verlos, con banderas con el nombre de la banda y demostrando su apoyo a un grupo que a pesar de su larga carrera, ha visitado Chile en tan solo en dos oportunidades. Hubo tiempo para escuchar canciones de una parte importante de su discografía, navegando entre cortes antiguos como «Like Light to the Flies» o «Pull Harder on the Strings of Your Martyr» de su segundo disco «Ascendancy» (2005), del álbum «In Waves» (2011), «The Heart from Your Hate» del disco «The Sin and the Sentence» (2017) y canciones como «In the Court of the Dragon» (2021) de su último disco de igual nombre. Con un show potente, Trivium dejó en alto su nombre y demostró por qué son número habitual en los festivales de metal más importantes del mundo.

Pasado las 22:00 y con casi 10 min de atraso se apagan las luces y el público enloquece. Comienza a verse toda la increíble puesta en escena de Bring Me The Horizon. No hay amplificadores a la vista. Se observa una tarima en donde podemos ver en la parte alta de la derecha la batería, y a la izquierda percusiones y sintetizadores. Una pantalla gigante que llega al suelo -la tarima es pantalla también- que empieza a proyectar códigos y números como quien entra a la matrix. De repente, la imagen de una mujer/cyborg queda expuesta y comienza a hablar. Pone ciertas reglas para disfrutar el show, llama a hacer moshpits, y nos da las gracias por ser parte de este experimento de estudio de audiencias. Comienza a ingresar la banda al escenario y ya está todo listo para comenzar. La mesa está servida y se escucha la intro de «Can You Feel My Heart». Oliver grita “Santiagoooo”, se dispara un cañón de confeti y en ese preciso momento podemos sentir todo el poderío de la banda que comienza a tocar. Han pasado apenas 30 segundos y esto ya entra en el top de lo más alucinante que hemos visto este año y promete ser un show memorable. Spoiler alert: Lo fue…

El público canta a todo pulmón. La banda lo da todo, y es recién la primera canción. No hay respiro. Estamos inmersos en la simulación propuesta por los ingleses. La máquina sigue trabajando. El experimento continúa su curso. El intenso bloque continuó con «Happy Song», «Teardrops», «Mantra» y lo coronaron con «Dear Diary» de su último disco «POST HUMAN: Surival Horror» (2020). Una secuencia devastadora, en la cual la banda agarró al público y no lo soltó durante 20 minutos interpretando un hit tras otro con una propuesta visual, musical y un desplante escénico de otro mundo. Oliver Sykes, es un frontman increíble. Magnético. Lo da todo. Ha mejorado mucho su voz en el último tiempo y creo que estamos en presencia de su mejor versión en los 19 años de vida de la banda. No sólo se encarga de cantar, saltar y hacer guturales, sino que genera un lazo con el público. Los abraza, responde a los carteles, si ve a alguien en problemas detiene la canción para pedir ayuda -esto ocurrió en la siguiente canción «Parasite Eve»– y cuando vio un cartel que decía “Tu música me salvó la vida” él responde “Ustedes también han salvado mi vida y han sido de más ayuda que mis terapeutas”. Lo que genera la banda con el público, es difícil de describir. Es una conexión única y un amor recíproco que se podía sentir en el ambiente y que hizo que la experiencia completa del show fuese algo que trasciende a lo musical.

Esa sensación de un espacio seguro y de hermandad que se podía sentir en el ambiente, se hizo más latente en la siguiente canción «sTraNgeRs» con el público que cantó a todo pulmón la línea de “We’re just a full room of strangers, looking for something to save us”. Complicidad al máximo nivel. El concierto siguió con «Shadow Moses», otro de sus grandes éxitos, para luego continuar con «Kingslayer», la colaboración con BABYMETAL de su último álbum que fue una descarga de energía y brutalidad con los guturales, las guitarras y la potente batería. Luego, Oliver dijo que iban a cantar una canción a pedido del público. En la parte baja de la platea, se podía observar un letrero que decía “«Sleepwalking» for Chile”. Fue la canción escogida y fue cantada por todo el teatro, y que soltó incluso algunas lágrimas de los asistentes. El concierto continuó con «Die4U»,seguida de «Follow You» en un formato acústico y el cierre de la primera parte fue «Drown» de su disco «That’s The Spirit» con la que abandonaron el escenario por un breve instante.

El cierre fue con «Obey», donde pudimos observar en las pantallas a Yungblud -quien prontó visitará Chile en Lollapalooza 2023- interpretar una parte de la canción, para luego finalizar con «Throne» y dar cierre a un concierto épico. Lo de Bring Me The Horizon es de una genialidad tremenda. En todo sentido. Han sabido construir su camino, romper esquemas y a través de mucha experimentación han logrado crear un sonido propio. Y no, no es sólo música. Es algo que trasciende el sonido. Su estética, su forma de crear audiencia y el cómo se relacionan con ellos. El sentido de pertenencia que generan hace que su público sea muy fiel y comprometido con ellos. Ellos responden con un show increíble, con una preocupación por cada detalle y con un espectáculo completo a un nivel que pocas veces vemos. Fuimos parte de un experimento, y estamos felices de haber sido ratones de laboratorio por 80 minutos. La experiencia fue increíble. Si así es como se siente, por favor, déjenme ser objeto de estudio de por vida…

Setlist Bring Me The Horizon:

01. Can You Feel My Heart

02. Happy Song

03. Teardrops

04. Mantra

05. Dear Diary

06. Parasite Eve

07. Strangers

08. Shadow moses

09. Kingslayer

10. Sleepwalking

11. Die4U

12. Shadow moses

13. Follow You

14. Drown

15. Obey

16. Throne

Setlist Trivium:

01. In The Court of the Dragon

02. Down From The Sky

03. The Sin and the Sentence

04. Until the World Goes Cold

05. Feast of Fire

06. Like Light to the Flires

07. The heart From Your Hate

08. Strife

09. Pull Harder on the Strings of Your Martyr

10. In Waves


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