Texto por: Pablo Castillo
Fotografías: Joselyn Heyden
La espera eterna para uno de los reencuentros más esperados por el país, junto a la difícil tarea de volver a enfrentarse contra uno de los públicos más exigentes del continente. La inmensidad del Estadio Nacional es inexplicable a menos que estés ahí presenciado la magnitud de grandeza que tiene el lugar, un recinto que acapara a más de 40 mil personas en un concierto, y Aventura logro repletar el lugar sin ningún problema en una noche inolvidable para todas las almas presentes.
Con un pequeño retraso en el horario establecido, a las 21 horas con 20 minutos que se apagaron los 4 grandes focos del Estadio, la teatralidad de todas las letras y las performances en los trabajos audiovisuales de la banda se demostraron en un video que proyectaron para dar inicio al concierto. Finalmente los cuatro se volvían a reunir con la condición que esta fuera la última gira, y con un llave abrieron un cofre que transportaba al público expectante en el video hacia el escenario donde por fin pudimos reencontrarnos con Aventura.
Los cuatro con un carisma único ya sobre el escenario demostrando quienes son los reyes de la Bachata en el mundo, Max Santos en el Bajo, Lenny Santos en la guitarra, Henry Santos en las voces y el hombre más romántico del mundo, Romeo Santos. Tan solo bastaban unas pocas notas en la guitarra para que todo el público enloqueciera de emoción y corearan la letra de Por Un Segundo, canción que dio el arranque del show y que junto a «Mi Niña Cambio» y «El Desprecio» le fueron siguiendo el paso. La cantidad tan extensa de canciones que interpretan en la gira y la larga duración de cada tema de la banda hizo que no tuviéramos las interpretaciones completas, eso no fue un problema ya que aportó al dinamismo de cómo fluía el setlist y el impresionante repertorio lleno de éxitos de la banda que hacía sentir que tiraban un hit tras otro.
Como por ejemplo cuando escuchamos «La Boda», una de las canciones más icónicas del conjunto y sin siquiera respirar inmediatamente comenzó «Los Infieles», otro de los clásicos que dejó claro que en Chile están los más fanáticos de la banda. Un espectáculo con fuego, humo, luces y principalmente la buena onda que tenían Henry y Romeo en cada interacción con el público, donde dividieron al estadio para ver cuál lado era el más prendido, nos dieron consejos para ser hombres más románticos, el infaltable “¿donde están las mujeres solteras?” y protagonizaron a más de un fanático con las dinámicas dentro del concierto.
Romeo ya un poco acalorado luego de «Todavía Me Amas» y «Brindo con Agua», se fue a cambiar de ropa mientras Henry brillaba interpretando por su propia cuenta, con un cambio de look y el público gritando el clásico “mijito rico” que se sincero con nosotros diciendo, “En la vida hay tres tipos de hombre, el bueno, que te cuida cuando lo necesitas, tus papas lo quieren tu madre también, pero tu no lo amas. El Tóxico, el que te pide la clave del Instagram y el que no te quería dejar venir a ver a Aventura, y por último, uno que es buen amante, que lo tienes que ver a escondidas, el que ni mi madre ni mi padre lo quiere, «El Malo»”. Con esa introducción de película, dio el tono perfecto para la interpretación del tema del mismo nombre, donde toda la cancha coreaba a gritos y la galería alumbraba con la linterna generando un emocionante paisaje
Fuera de todo pronóstico, tuvimos una sorpresa que convirtió al Estadio Nacional en un verdadero ritual del más clásico Reggaetón Old School con el cover de «Noche de Sexo» de Wisin y Yandel en colaboración con Romeo. Y si no fue suficiente, tuvimos lo que fue mi interacción favorita de todo el concierto, un joven fue invitado al escenario para ver que tan fanático era, y si el era el indicado para este reto, Romeo cantaba una pequeña línea de algún tema y el joven sin pensarlo dos veces interrumpía para cantarla a viva voz causando la risa dentro del público y los aplausos confirmando que el era el elegido para nada más ni nada menos que cantar a dueto «Ella y Yo». El impacto cultural que ha tenido esta canción la convierte fácilmente en una de las colaboraciones más importantes de la historia, y el carisma del joven que cantó la parte de Don Omar recordó al icónico show que dio la banda en Madison Square Garden donde hicieron una inolvidable performance con el tema.
A más de una de hora de haber empezado el show, se cerró el primer set para dar paso a un momento más intimo, la banda se transportó a la mitad del estadio para subir a varios fanáticos sobre el escenario, quienes muy emocionados y algunas entre lágrimas cantaban las canciones que ellas mismos les pedían, casi como un show acústico. Una dinámica bastante peculiar y que convierte cada presentación de la banda en algo único. Luego de esa intervención, volvieron al escenario principal para viajar en el tiempo hacia el siglo pasado, interpretando un Medley de las canciones de «Generation Next» (1999), protagonistas de la fama de la banda. Trajeron lo más nuevo con «Volví junto a Bad Bunny, y cerraron el Encore con una presentación a cada uno de los miembros de la banda al son de «Obsesión», que terminó con miles de confeti volando por Ñuñoa.
Después de un show que desbordó tanto talento y tanta historia para nuestro continente, solo me queda destacar el trabajo de cada uno de los músicos arriba del escenario empezando por la tremenda banda detrás de Aventura que conformaban la sección rítmica, la corista y el pianista. Por el otro lado, Max Santos llevando el groove de bajo en la sangre y el ritmo en los dedos haciendo bailar a todos en el concierto, la voz de Henry que se lució siendo el protagonista en más de una ocasión, Romeo que enamoró a cada mujer y causó admiración en cada hombre dentro del público y Lenny que es poco decir que es uno de los mejores guitarristas de todo el continente, una rapidez en los dedos que se compara con la de una banda de Metal. Un talento insuperable de parte de los cuatro, que uniendo fuerzas, han creado un trozo de arte que ha quedado impregnado en la memoria de toda Latinoamérica.
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