Créditos: Francisco Aguilar (Spider Prod)

Texto por Hugo Hinojosa

Luego de varias suspensiones y aplazamientos, el público chileno tendría por fin su encuentro con los ingleses de The Pineapple Thief, en una noche prevista llena de musicalidad y rock progresivo.

Con gran puntualidad, Nuvian fueron los encargados de abrir el show. Con una formación limitada a dos bajos (con la ausencia de su baterista Tomás Cortéz), desplegaron un set centrado en el diálogo instrumental entre los dos intérpretes en escena. Mostrando gran dominio de las cinco cuerdas, su sonido transitó más en la línea de bandas como Gordian Knot o King Crimson, en un set breve (solo 20 minutos), pero que dejó muy en claro su propuesta.

Con poco tiempo de espera, The Pineapple Thief salió a escena a las 9:00 en punto, con la solicitud expresa de no filmar nada del show (estuve casi en primera fila y vi como llamaban la atención a alguien por hacerlo). “The Frost, corte extraído de su último disco “It leads to this” (2024), fue la canción escogida para abrir el concierto, siguiendo la ruta de sus últimas presentaciones.

Créditos: Francisco Aguilar (Spider Prod)

Como era de esperar, una buena parte del público no solo esperaba la presentación en conjunto de la banda, sino que estaba ansioso por ver al reconocido Gavin Harrison (baterista de bandas como Porcupine tree y King Crimson), y lo hizo saber rápidamente. De hecho, ante el coreo de su nombre, Bruce Soord, líder de la banda, señaló «¿Les gusta Gavin? Aquí está» señalándolo a la audiencia. Sería luego de «Put it right», cuarto tema del concierto, cuando vino la primera intervención más directa de Soord con el público nacional, donde el «Finalmente llegamos a Chile» provocó la algarabía de los/as asistentes.

Vendría entonces “Our mire” de «Versions of the truth» (2020), a la que siguió el track que da nombre al mismo álbum. Era de notar que en cada una de sus intervenciones Soord intentó hablar español, como también ir respondiendo cada grito que se le hacía.
En efecto, un momento gracioso fue cuando un fan solicitó «3000 days», pero indicó haberla olvidado y que la próxima vez en Chile la tocaría.

Créditos: Francisco Aguilar (Spider Prod)

Ya con “Every trace of us” vendría el segundo acercamiento a “It lead to this”. Luego de nuevos agradecimientos al público chileno vino “White mist”, cuyo cierre fue un punto alto del show, donde su intensidad cubrió todo el teatro. A esta le siguió “All that’s left”, también de su último disco. Hasta el momento no había variaciones en el set, según lo visto en presentaciones anteriores en otros países. 

El momento más íntimo del concierto vino con “Threatening war”, donde cuatro de los miembros de la banda salieron adelante para comenzar un breve set acústico. En medio del silencio entre canciones un fan entusiasta (y algo borracho) pidió un tema, ante lo cual Soord respondió bromeando: «I promised 3000 days and Park zero next time”, sumando una nueva canción a las solicitudes en el (esperemos) futuro regreso de la banda.

Luego de ella, la hermosa «Barely breathing» trajo mayor emoción al ambiente, y luego le siguió “Snowdrops”, la que también fue solicitada previamente por la audiencia. Para esta Bruce pidió que la audiencia le acompañara cuando Gavin y Jon intervinieran. Justamente, la curiosidad fue el shaker utilizado, el que tenía forma de piña aludiendo al nombre de la banda, causando risas entre el público.

Cerrado este set acústico, vendrían “Rubicon”, “To forget” y la potente “It lead to this”, completando la revisión integra del álbum. Así llegaría “Give it back”, la que sería presentada como la última de la noche, ante un no rotundo de la audiencia.
El esperado encore trajo consigo palabras de agradecimiento, donde Soord afirmó que «era cierto que son la mejor audiencia del mundo». Así la parte del final del show comenzó con la suave «Fend to yourself», donde el público acompañó encendiendo las luces de sus teléfonos, generando un ambiente cómplice y emotivo.

Créditos: Francisco Aguilar (Spider Prod)

Luego vino la esperada “Alone in the sea”, probablemente el momento más álgido del show, y en donde en su cierre vino un espontáneo “Viva Chile” por parte de Soord, para cerrar con gran potencia con “The final thing in my mind”. La despedida pareció breve, pero en cada uno de los integrantes se notaba la emoción y alegría por este primer encuentro con el público chileno. Luego de más de 2 horas y un extenso set de 20 canciones, The Pineapple Thief demostró ser uno de los números más sólidos y consistentes del escena moderna del Prog rock, y esperamos que esta visita selle una relación cercana con nuestra país. 


Zumbido.cl

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