Texto por: Ricardo Arriagada Gómez

La actriz neerlandesa Halina Reijn durante estos últimos cinco años ha cambiado su rumbo para sentarse en la silla y dirigir, con varias ideas ligadas a las obsesiones, el suspenso y otras ramas con algo de picardía y humor, dependiendo de cómo se miran las cosas. Se hizo a conocer en el mercado occidental con «Bodies Bodies Bodies» (2022), y esta vez retorna con una historia atrevida referente a los deseos de intimidad.

Presentada para el último Festival de Venecia, con una respuesta por parte de los especialistas que terminó dándole la Copa Volpi a Nicole Kidman por su actuación, quien literalmente maneja toda la película a su velocidad, marcada como un Thriller Erótico con mucha presencia de Drama Sicológico, marcado de detalles que solo se puede percibir si no pestañeas o miras para el lado.

Nos encontramos con Romy (Kidman), una exitosa directora ejecutiva que presenta cierto tipo de estrés acumulado, precisamente por no tener sus deseos sexuales con su marido Jacob Mathis (Antonio Banderas). En su trabajo, un practicante llamado Samuel (Harris Dickinson) logra jugar con sus instintos y libertad al punto de crear otra relación, quedando Romy en una posición confusa de disfrutar, a pesar del riesgo que hay al tener su familia. Sophie Wilde, Esther McGregor, Vaughan Reilly son parte del reparto.

El factor de ser una historia escrita por la misma Reijn, uno comprende la visión más noble en el rol de la protagonista, los roles del ego y el consentimiento, además de los efectos que hay con sobrepasar esa libertad sexual. Es por ello que mucho del enfoque está en Nicole Kidman que es casi todo lo que es el desarrollo, teniendo una llamativa química con Dickinson que hace tambalear las emociones, como también los encuentros dentro de su círculo familiar, que termina en un tercer acto que resuelve bien.

En temas más amplios referente a lo técnico y de guion, no presenta sorpresas si hablamos de cosas que den algo de sabor al relato, dando un efecto que las partes provocadoras no se sientan tan sólidas. No es algo que decae bruscamente, pero tiene una línea marcada en la mayor parte de su elaboración, con la intención de presentar ciertas reacciones al espectador.

«Babygirl» es, como se muestra en una escena importante, un vaso de leche que se disfruta, aunque con el contenido medio lleno, pensando que pudo ser más explosivo en su historia, más que ser una cinta donde el gran porcentaje del interés caiga en su protagonista. Si le cae una nominación a Mejor Actriz en los próximos Premios Oscar, es absolutamente comprensible. El film estará en cartelera a partir de este jueves 16 de enero a distribución de Diamond Films.


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