
Texto por Lucas Araya
Fotografías por Joselyn Heyden
La histórica agrupación festejó seis décadas de música, creación y resistencia con un recorrido especial por su discografía y dando cuenta de la vigencia de su legado y fortaleza a través de las generaciones. Esta vez contaron emblemáticos integrantes del conjunto sobre el escenario y un selecto grupo de invitadas para dar vida a la emblemática “Cantata Santa María de Iquique” en un repleto teatro Caupolicán y con Janette Jara vibrando entre las más de tres mil almas que llegaron al clásico local de San Diego. Una celebración inolvidable.
Acá la crónica de un admirador tardío de la música más hermosa
Hay un ruido humano inquieto e impaciente en los pasillos, en las filas, en los asientos.. Son las 8 y algo más de la tarde/noche. Cuando las luces se apagan, las palmas murmuran y el nombre de Quilapayún aparece en un rojo potente en la pantalla todo el lugar estalla en aplausos, vítores y emoción. Hoy es hoy. Es una fiesta con emoción contenida en la previa de un 18 de octubre extraño, en año electoral y con los ánimos un poco confusos de 9 a 5. Pero las dudas y temores quedan de lado cuando la icónica agrupación de la Nueva Canción Chilena emerge sobre el escenario con sus sonidos inmorales y las canciones que nos llenan el corazón y nos llenan de un aire de energía y resistencia. Son 60 años de un camino hacia las cumbres. El teatro lleno, miles de gentes vibrando. Es amor puro.

Con una breve introducción de palabras de bienvenida en verso, se abre un portal hacia 1970, momento en que la creación de Luis Advis se hizo real para contar los cruentos asesinatos ocurridos en 1907 en Iquique. Una historia circular que parece nunca acabar y que siempre tiene vigencia en nuestra extraña e iterativa realidad chilena. Estamos a punto de presenciar la interpretación de la Cantata Popular Santa María de Iquique de forma íntegra. Se anuncia un jardín de voces femeninas que por primera vez brillará en vivo y en directo junto al grupo. Aplausos de pie. Los relatos estarán a cargo de Pancho Melo. El teatro vuelve a estallar. Así es como la formación estelar de Quilapayún se alista para dejar fluir y flotar una de las obras más emblemáticas de su discografía y de la música popular chilena. Es increíble la amalgama humana y artística que estamos presenciando. El aire seco de la pampa se siente entre los vientos y las cuerdas y la tensión de la tragedia por venir está en cada nota, en cada palabra, en cada entonación. Las imágenes de fondo son el complemento perfecto para el relato cruento, donde el salar, las cruces oxidadas y los infinitos caminos desérticos se mezclan con rostros y masas en blanco y negro, marchando hacia la traición y la muerte. Las voces de Javiera Parra, María José Quintanilla, Elizabeth Morris, Magdalena Matthey, Amaya Forch y Ema Pinto son llamas de pasión entremezcladas con las gargantas al máximo de Quilapayún. El peso de los años se funde con el poder de la entrega sonora y emotiva.

Unámonos como hermanos
que nadie nos vencerá
si quieren esclavizarnos,
jamás lo podrán lograr.
Si quieren esclavizarnos,
jamás lo podrán lograr.
Puños en alto. Manos entrelazadas al aire. Ponchos negros y guitarras. Ellas y ellos. Pelos de punta. Piel erizada. Nosotr@s con la coraza derritiéndose de emoción. Es el peso de la historia, la grandeza de la música gestada acá. Han sido 40 minutos de altas copas desérticas y épicas. Es solo el inicio de un torbellino de aplausos, cánticos y lágrimas. Tod@s de pie, señoras y señoras.

Momento de una pausa, momento de los vítores, momento de Jara brillando y saludando. Se siente con fuerza. Momento de esperanza. Abrazos, sonrisas y un respiro.
La segunda parte del concierto es un lujo. El recorrido de toda una vida ligada a la música, la creatividad y el movimiento constante entre la fe, el dolor y la entereza. Entre canciones simbólicas del Quila y décimas de integrantes de la familia, la fiesta se mueve hacia adelante. Así pasan frente y a través de nosotr@s “Siempre”, “Ventolera” y “Canto negro”, abrazando la historia y uniendo el presente fulguroso con una trayectoria brillante cuando “Nadie nunca nada” resuena sobre el escenario y en el telón colorido.

El viaje musical es acá también un periplo por los rincones del territorio, un salto temporal a los tiempos ferroviarios, la unión del norte, el sur y el centro y un deseo de retomar la conexión con “Tren a Valparaíso”. De ahí, una salto por toda Latinoamérica y su sonoridad y entereza en la lucha, donde el baile y la ironía se abrazan con “Tío caimán” porque esto es una fiesta. Olvido, nunca.
Y si una Jara resplandeció en el palco, el Jara más grande vuelve a brillar en nuestras almas mientras “El cigarrito” nos eleva hacia lo eterno, algo que se repetirá luego con “El derecho de vivir en paz” y una remozada versión en su letra e interpretación cuando las invitadas regresen a escena para iniciar la parte final del show.

Un huracán de emociones me lleva de vuelta al listado de quiénes no deberían venir a la despedida final. Es la sátira de “Funeral”, celebrada como un coro masivo, bien alto. Arriba como los ánimos danzarines que trae “Guajira chilena” (armonía cubana a la chilena) para luego volar a los años y rincones franceses con el “Vals de Colombes” y las imágenes de ponchos, botas, barbas y greñas con sus quenas en el frío ulterior. Un lujazo estar aquí.

Como velas sobre un pastel, todo flamea en alegría y celebración. Vuelve la enredadera maravillosa para unirse en una sola y poderosa fuerza vocal y espiritual en “La muralla”, “Malembe”,“El derecho de vivir en paz” y cerrar así un espacio vital antes de saltar a un bis que no es un bis con “El pueblo unido” y “La batea” y ahora sí que el Caupolicán arde, ruge y saca una robustez que solo puede emanar del amor,el idilio y la lucha por un ideal. La utopía fue real. Todo se puede lograr, entonces.
Un fin explosivo, energético, cariñoso. Somos uno. Uno solo, un corazón tremendo.
Son 60 años, son miles de historias, cientos de rutas, un sentimiento fuerte: ¡Quilapayún ahora y siempre!
Listado de canciones
I. parte
Cantata Santa María
II parte
1.- Siempre
2.- Ventolera
3.- Canto negro
4.- Nadie nunca nada
5.- Tren a Valparaíso
6.- Tío caimán
7.- El cigarrito
8.- La mariposa
9.- Funeral
10.- Memento
11.- Guajira chilena
12.- Vals de Colombes
13.- La Muralla
14.- Malembe
15.- El derecho de vivir en paz
16- El pueblo unido
17- La batea
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