Nota por Vanessa Vidal Durán

Monstruo
es una película japonesa de drama, dirigida por Hirokazu Koreeda, producida por Genki Kawamura, con momentos de suspense, misterio, y genera una profunda empatía debido a su construcción. La película da un giro insospechado cuando ésta comienza avanzar y no solo vemos el filme desde el punto de vista de la madre Saora Mugino (Sakura Andō) – quien cuida a su hijo con abnegación, madre soltera ya que enviudó-, sino que luego del profesor Michitoshi Hori (Eita agayama) y finalmente del pequeño protagonista Minato Mugino (Sōya Kurokawa), hijo de Saora, acompañado de su amigo Yori Hoshikawa (Hinata Hiiragi), quien es víctima de bullying, violencia en su hogar por parte de su padre, pero siempre tiene una sonrisa en su rostro.

El guion tiene tanta fuerza y complejidad, nos adentra a los distintos mundos tanto de la madre, profesor y del joven estudiante. Genera una empatía en los tres personajes cuando vemos la historia a través de sus ojos. Vemos situaciones que se vivieron desde otro punto de vista, y entendemos a cabalidad como fueron las cosas, conocemos lo que mueve a cada personaje, sus preocupaciones, su conciencia, su intimidad, sus deseos, miedos, sus distintas capas; cada vez va calando más hondo. El guion de Monstruo fue el ganador a mejor guion en el Festival de Cannes 2023, un gran hito y un indiscutible logro para un trabajo hecho con sensibilidad, trascendencia, autenticidad y gran poder.


Minato es un joven de 11 años que comienza a tener un comportamiento preocupante y perturbador, debido a extrañas preguntas que le realiza a su madre, acciones bastante raras y heridas con las que regresa a casa. Su madre, preocupada y activa, va a la escuela de su hijo a comunicar la situación y exigir una respuesta, investigación y resolución justa por la seguridad de Minato como de sus compañeros. Debido a esto conocemos al culpable, el profesor Hori. Luego, vemos la historia a través de los ojos de este último, donde convivimos con su verdad y evidenciamos otro punto de vista. Posteriormente vemos el punto de vista de Minato, donde seremos testigos de una historia distinta, lo que nos asombra y nos remueve por completo. Constantemente escuchamos la pregunta “¿En qué renaceré?’’ y “Soy un humano con cerebro de cerdo’’. Ahora sabemos la procedencia dolorosa de estas frases. Minato tendrá una relación muy cercana, intensa y reveladora con su compañero Yori. Avanzamos a los distintos puntos de vista, hacia el pasado, luego cambiamos nuevamente de protagonista, junto a constantes saltos temporales, todos en función de narrar una historia en búsqueda de la verdad, lo más verdadera, valga la redundancia, lo más íntima posible y profunda, algo que logra de manera majestuosa el guionista Yuri Sakamoto.

La cinematografía de Ryûto Kondô nos otorga una visión completa de los personajes en el ambiente que van habitando. Así, a través del entorno, los entendemos y completamos. Tanto los interiores como los exteriores son parte de la película. La casa de los Mugino, la escuela, la casa del profesor. Por otro lado los exteriores tales como las calles, la constante presencia del agua en distintas formas y momentos, como elemento simbólico. Aquel escondite lleno de verde y el lugar secreto de los amigos. Los personajes son uno con el espacio, que describen y sirven más allá del contexto propiamente tal.


La música compuesta por Ryūichi Sakamoto es dulce, conmovedora y sutil. Es más bien un trabajo que opera a la par con los distintos elementos del filme. No pretende sobresalir ni figurar en demasía, sino completar hitos, sentimientos de la película japonesa.

Monstruo es distribuida por Cinetopia Chile y está en cartelera en Centro Arte Alameda. Es una película donde todos sus hilos están tejidos en un orden único, de manera destacada, donde estamos encantados, pendientes de cada segundo, ya que todo lo que sucede es importante. Una cinta internacional que nos conmueve con un final revelador, lleno de catarsis y emoción.


Zumbido.cl

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