
Texto por Franco Zurita
En algún punto de la década de 80’s, cuando el hardcore nos hablaba rebeldía, actitud mental positiva y compañerismo, al norte de los Estados Unidos, apareció una banda, un vórtice apocalíptico que abrió una grieta y una huella indiscutible en la escena. Hablamos de los legendarios de Integrity.
Con un enjambre de furia, fe corrompida y visiones apocalípticas, Dwid Hellion, fundador y único miembro original de la banda, se encargó de darle forma y nombre a una de las entidades más oscuras y enigmáticas que haya brotado desde el underground. Un culto que tejió un sonido que fundió las guitarras metálicas y el filo del punk con capas de noise, doom y sonidos industriales capaces de crear las más oscuras y tenebrosas liturgias.

Desde su primer manifiesto apocalíptico, “Those Who Fear Tomorrow (1991)”, el derrocamiento espiritual y la ausencia de fe fueron temas centrales a desarrollar en el universo oscuro de Integrity. Durante los años siguientes, “Humanity Is the Devil (1996)” y “Seasons in the Size of Days (1997)” convirtieron esa ira universal en un verdadero dogma. Discos que suenan como revelaciones de una pesadilla bíblica. Como si todo hubiese llegado a su fin, sin ninguna esperanza.
Tras la disolución de la formación clásica, Hellion continuó esta senda oscura junto a nuevos apóstoles para seguir manifestando la estética oscura y maligna de Integrity. Desde su disco homónimo hasta su más reciente trabajo “All Death Is Mine: Total Domination (2024)”, la banda se ha mantenido en pie sumergiendo esta realidad en la naturaleza del mal, visiones esotéricas, nihilistas y autodestructivas, como verdaderos embajadores del “Holy Terror”.

Hoy, a más de tres décadas de su nacimiento, Integrity pareciera no pertenece a ninguna escena o a una época en particular. Es una voz que sigue ardiendo entre los escombros, un abismo que te acecha y mira directamente a los ojos. Es hardcore, es metal, pero sobre todo, es fe perdida y enterrada en la oscuridad. Una reliquia profana que sigue respirando mientras el resto del mundo se consume lentamente.
Toda la filosofía y el horror de Dwid Hellion llega a estos rincones del mundo con el debut de Integrity en Chile. Una cita con una de las abominaciones del hardcore metálico y el padre del denominado “metalcore” pactada para el próximo 24 de octubre en el Teatro Cousiño.
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