
Texto por: Pablo Castillo
Fotografías por: César Álvarez (color) y Emilio Rivasplata (blanco y negro)
Segundo día de gritos, ruidos y amistad. Lo de ayer se sentía insuperable después de una de las presentaciones más brutales que me ha tocado ver con el versus de Niño junto a 1000 animas, pero con otra manifestación infernal dentro de Caja Acústica que solo me queda pensar ¿Cuál será el siguiente paso para el festival y como superaran esta quinta edición?
Abriendo la calurosa jornada tenemos la inexplicable performance de Matar a Grax, que desde fuera se puede ver como una tontera rozando lo absurdo, pero que cuando te adentras en el sonido del Swancore sabes que ellos son los reyes de la escena. La propuesta de la banda es super clara, todos arriba del escenario disfrazados y molestando al público con mucho humor, con peluches por todo el recinto y desatando una energía envidiable. Y si hablamos de energía, no puedo dejar de pensar en NKOMS y la facilidad de la juventud en demostrar las emociones a través de la música. No tengo conocimiento de la edad de la banda, pero estoy feliz de ver que el futuro del Hardcore en nuestro país va para arriba, las generaciones nuevas cada vez hacen un mejor trabajo de conservar la escena y el Emocore que presentaron en treinta minutos fue esperanzador.

Oriundos de Linares, a espaldas del público, con riffs filosos y canciones de 1 minuto, así es, hablo de El Abismo en Mi. Todo el público alrededor del cantante mientras escuchábamos los mejores gritos del festival, técnicamente y emocionalmente hablando. Y parece que los integrantes de Cienfuegos quedaron con ganas de más, por eso más de uno repetiría el plato fuerte bajando nuevamente al infierno. El Último Ardid fue una experiencia atrapante con un sonido totalmente atmosférico, ahondando en el Post-Rock, mezclando a la crudeza del Post-Hardcore y reventando en clímax llenos de gritos, digno soundtrack para el averno.

Dejamos de lado el palpitante calor para asistir al funeral y majestuoso show final de Baudelaire, donde el infierno pasó a ser un camino al cielo y las canciones eran los ángeles que guiaban el camino para ascender. No tengo palabras para todas las emociones que quedaron marcadas en esta despedida, partiendo por la hermosa expresión antes de empezar, la participación de iconos de la escena para apoyar este final, el setlist perfecto que trajo a la mayor cantidad de gente en el festival y especialmente ver al público eternamente agradecido por el rol de protagonista que tuvo la banda en la escena y su inolvidable legado. Gracias.

Y ya como últimos rastros de Rock en el festival, alejándonos del Emo pero acercándonos al núcleo del Hardcore. Confío en tus Amigos sacando los tracks más agresivos de su repertorio y gritando todas sus letras al borde de la locura, callando algunas bocas que se preguntaban qué hacían en ese cartel, dejando la escoba una vez más como de costumbre. Pero los héroes, los genios, los que se llevaron los aplausos y las miradas desde el día 1 paseándose como público durante el festival, los que ahogaron el recinto y que tuvieron que tocar sin polera por el calor.

Mis sueños son de tu adiós fueron el jefe final dentro del infierno del Emo, quienes reventaron Caja Acústica en el cierre con broche de oro para esta bestia de festival, su música viajaba dentro del Screamo tirando hacia el Metalcore y el Emoviolence mientras que el público saltaba, gritaba y descaradamente se lanzaban arriba del escenario para vivir por lejos el mejor show del día.
Me tocó ver al final de ambas jornadas a mucha gente con sonrisas que abarcaban mucho de lo que se busca con la música, fuertes abrazos entre las bandas que tocaban como también entre los amigos que asistían retratando muy claramente el alma en bruto del movimiento. TNMTH no solo reencontró a distintas generaciones con esta acertada quinta edición, sino que marcó un punto de inflexión para la escena respecto a su futuro desarrollo, después de una fecha llena de ruido, amistad y autogestión que esperaremos con ansias el próximo año.
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