Caminando por la histórica calle San Diego, vi con nostalgia el retrato de lo que fue: miles de poleras negras que la han transitado en antaño y que por largos dos años se ausentaron. Cientos de metaleros y punks raudos se dirigían en la búsqueda del crudo metal resonando por las paredes del Teatro Caupolicán, perpetua cúpula pensada como la “Casa del Metal”.

La tarde de este viernes acabó la espera, reclamada por cientos de metaleros en búsqueda de flagelantes iconos del metal como lo son el bólido atómico de la banda Nuclear y la mítica banda de Thrash/Death metal conocida a nivel mundial llamada Criminal, ambas convocaban a su festival “Sacrificio de Cuervos”, una muestra (larga duración) de que en Chile se hace Thrash Metal de calidad. Como tal, un fest es compuesto por varias y variadas bandas, por lo que nos esperó una larga golpiza a nuestros oídos desde las 18:15 hrs.

La apertura realizada por la pentagramada banda Dies Irae , los rancagüinos del Black Metal, montaron un espectáculo que no se remitió sólo a su oscura esencia, sino que rindió culto al averno más recóndito y perverso del estilo musical, montando una escénica ritual compuesta de blasfemia y llamas.
 
Transcurridos unos breves y volátiles 20 minutos, la constrictora fuerza, así como versátil, rasgó la obscuridad con la rasposa voz de la serpiente del Thrash, Vilú (a.k.a VILU), las cuales nos condujeron por un serpenteante camino de Death y Thrash. Aunque su demostración fue breve, la potencia de su metal hizo sacudir la cabeza todos los headbangers, convocando los corazones más reacios. Pero eso no fue todo, reservaron una gran sorpresa para su presentación: el lanzamiento de su gran álbum “Üden Vilú” y una invitación a ir a votar por nuestra dignidad.

Un tanto más nos llevó a otra breve pausa, donde se realizaban todos los preparativos para erigir uno de los retratos descarnados a la violencia y el conceptualización sonora de esta. Esta presentación fue más corta que todas las anteriores, honrando el tiempo. Sin embargo, su barbárica y descomunal potencia instrumental y en voces transgredió toda razón, enloqueció a la multitudinaria asistencia y los convirtió de personas a un espiral de la muerte a manos de Recrucide.

La violencia total se cierne, y tras una breve cortina de obscuridad, el atípico calipso, pero característico tono de su última portada lo cambió todo: luego de una breve introducción instrumental de cuerdas hizo ingreso la banda Nuclear, un estallido de crítica social a la hegemónica realidad actual local y mundial mediante la obligando interpretación de su último álbum “Murder of Crows”. Su característica voz Harsh/Pig Squeal desbarató la poca calma que quedaba y la multitud aventó las pocas ganas que quedaban a mantener la calma. De pie y con un micrófono volante, corrió de un extremo al otro del escenario a dueto con la brutalidad de las percusiones y las cuerdas. La banda siempre se ha caracterizado por poseer uno de los setlist en vivo que perpetúan el espíritu del hardcore, siendo esta pasada sin excepción.

Esta celebración termina con broche de sangre prendado a las luces escarlatas. Un grito disidente término con la expectación y definió lo que sería la recta final de este festival. Criminal, nos mostró sus diversas formas de expresión contrarias a la orgánica irracionalidad del adoctrinamiento político, dogmático, institucional y/o militar. Su sonido nace de la vertiente del pasado y lo alista para sonar actual. En medio de los derrumbadores sonidos se deja clara su postura de desacato y desafiante consigna a no tolerar ningún “Sacrificio”, título que enmarca el lanzamiento de su último álbum.

Y la zona de sacrificio se vistió para sonar de Grind, los minutos transcurrían y los asistentes se convirtieron en un tornado de consumadas emociones violentas.

La agitación colmó el recital, el ícono del Thrash Metal chileno estaba acá, con todos nosotros, lanzando su proclamado himno en contra de la desigual realidad. Todos los momentos musicales (canciones) fueron uno que corrió al unísono, el público estrechó manos con la banda y se encadenaron al son de la colorada emoción. Éxitos del presente y del ayer fueron parte del setlist de la banda. La voz y los instrumentos quebraron la duda, nadie quizo estar fuera del colosal moshpit homenajeando a través de su música el espíritu de una época que nunca acabará.


Zumbido.cl

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