Texto por Tomás Bascoli

Fotografías por Camilo González

Muchos de mis amigas y amigos cercanos a la música hemos estado algo alterados por el fallecimiento de varios íconos del rubro. Estrellas que lamentan su partida por no poder verlos nunca en vivo o por recordarlos, felizmente, de aquella vez que cada uno de nuestros oídos se deleitó por escucharlos. Muchas veces, la mayoría de las veces me atrevería a decir, queda el sueño frustrado de no poder despedirse de buena forma. Por ello, y frente a la concurrencia paulatina de conciertos de ¡adiós!, que alegría es poder ver una última vez a quién nos hizo vibrar con su voz. Y este fue el caso de Rod Stewart.

En el marco de su última gira y, de seguro, su visita final a nuestro país, el músico inglés se despachó un espectáculo que roza la nostalgia y la alegría entre lágrimas a ver el ocaso de una estrella mundial. 

El increíble y nuevo Claro Arena fue el inmueble elegido para homenajear en vida al anglosajón, el cual se fue llenando poco a poco de un público generosamente mayor. Las sillas decoran la cancha sintética del ex San Carlos de Apoquindo y, a eso de las 19:00 hrs, sale en escena el vocalista de Lucybell, Claudio Valenzuela a regalar una correcta apertura al espectáculo que combinó canciones de su proyecto solista, un cover de Violeta Parra e interpretaciones de la banda chilena  ¿Coincidencia que hace una semana se realizaba el concierto de despedida del trío nacional? No lo creo, el final está llegando a varias frecuencias musicales por minuto.

Tras ello, y a las 20:15 hrs en punto, Sir Rod Stewart sale a escena amparado en un ejército de coristas y músicos instrumentales que derrochan talento desde el primer acorde que se imprime en el alma del público, acompañados de gaitas instrumentales.  La inconfundible voz del europeo canta “Addicted To Love”  en conjunto con una coreografía emulando el video de Robert Palmer y, así,  el tiempo parece retroceder hacia el siglo pasado. Sin perder el glamour y su clásico estilo, el octogenario vocalista sigue con “Ooh La La” e “It Takes Two”, junto a una de las coristas de la banda.

Antes de lanzarse al primer gran número de la noche con “Tonigh I’m Yours”, hay que destacar los complementos escenográficos que acompañan al vocalista. Desde el escenario construido como una escalinata blanca en donde de forma simultánea y escalar se van intercalando las y los músicos que llevan consigo una arpa, batería, tambores, guitarras acústicas y eléctricas, bajo, pandero, teclados, sintetizadores, una mandolina y un saxo. Un ejército virtuoso que, destacan las coristas que se llevan el peso vocal y musical en varias secciones del concierto. 

“It’s a Heartache” y “The First Cut Is The Deepest” siguen el espectáculo, para luego con “Tonight’s The Night (Gonna Be Alright)” se alce como el primer karaoke masivo de la noche. Energía que mantuvo a la gente de pie y que luego se canalizó con “Forever Young”, uno de los himnos de la carrera del europeo. Que, sin olvidar sus raíces, contó con un intervalo instrumentalizado por referencias celtas o anglosajonas. 

“Baby Jane”, “Young Turks” y “Maggie May” siguieron la fiesta que se contagiaba a partir de los pasos de baile y los juegos de malabares con el micrófono que Rod Stewart despachaba sobre el escenario, reafirmando que la edad, en él, parece ser sólo un número.

Con varios cambios de vestimenta del vocalista y sus coristas, “I’d Rather Go Blind” sonó como una de las mejores ejecuciones de la noche. Lejos de las limitancias físicas que la voz del músico dejó entrever en más de una ocasión, esta vez la perfomance fue perfecta.

“Downtown Train” y “I’m So Excited”, cantada exclusivamente por dos coristas, vendría el turno de “I Don’t Want To Talk About It” acompañada de las luces del público, así como otro de los momentos en donde la voz fueron las y los asistentes del Claro Arena.

“You’re In My Heart (The Final Acclaim)” contó con los colores y el homenaje al Celtic Football Club, el equipo de fútbol de sus amores, para luego cerrar nuevamente con la pasividad hermosa de “Have I Told You Lately”.

Una especie de encore llenado con un cover de “Proud Mary” de Creedence Clearwater Revival cantado por las coristas, permitía a Rod Stewart un nuevo cambio de vestimenta y una salida energética, regalando balones de fútbol, con “Da Ya Think I’m Sexy” y la transformación del recinto en una pista de baile.

Finalmente, “Hot Legs”, “Some Guys Have All The Luck”, “Sailing” y “Love Train” cerraron la última presentación del vocalista en nuestro país. En una noche en donde se homenajeó, en vida, a una de las voces más queridas del rock europeo.

El telón se cierra y Rod Stewart, el mismísimo que permitió romper con el apagón cultural de la dictadura y abrió la puerta a los espectáculos de música masivos en nuestro país, se despide con el mismo cariño y carisma que  sostuvo durante todo el concierto (y su carrera). Una de las mejores voces de la música cierra el capítulo definitivo con Chile y, entre emociones encontradas de él y del público, el británico se despide con una elegancia envidiable y, entre flashes fotográficos y luces, por algunos momentos vuelve todo a sentirse joven y jovial. Su cabello, la ropa, la mirada y la música retrotrae el tiempo y lo envuelve a través de un mensaje que colmó las pantallas antes de su salida: los buenos tiempos nunca mueren.

Setlist:

  1. Addicted To Love
  2. Ohh La La
  3. It Takes Two
  4. Tonight I’m Yours (Don’t Hurt Me)
  5. It’s a Heartache
  6. The First Cut Is the Deepest
  7. Tonight’s the Night (Gonna Be Alright)
  8. Forever Young
  9. Baby Jane
  10. Young Turks
  11. Maggie May
  12. I’d Rather Go Blind
  13. Downtown Train
  14. I’m So Excited
  15. I Don’t Want to Talk About It
  16. You’re in My Heart (The Final Acclaim)

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