
Libro: Latinoamérica es grande. La ruta internacional de Los Prisioneros
Autor: Cristóbal González Lorca
Editorial: Santiago Ander
Año: 2019 (primera edición) y 2021 (segunda edición)
Texto por: Lucas Araya
Estamos en un momento donde la historia y la discografía de Los Prisioneros está siendo estudiada, revisitada y reeditada, confirmando así el estatus de fundamentales para la música popular chilena. Al mismo tiempo, la figura de Jorge González crece como creador, voz generacional, artista visionario e imprescindible para la cultura local. Es en este contexto que releer el libro de Cristóbal González Lorca toma una nueva dimensión al confirmar el impacto y legado de la banda en diversos rincones del continente latinoamericano. De norte a sur, desde las montañas hasta las costas del pacífico y el atlántico, llegando al mar caribe, una escalada poco documentada y reporteada en su época y que es, de cierta forma, rescatada y resaltada en este trabajo editado por Santiago Ander.
No cabe duda de que el nombre de Los Prisioneros, su música, sus canciones y la figura de cada uno de sus integrantes clásicos (González, Tapia y Narea) tienen un peso cultural e histórico innegable en Chile. Con varias generaciones de seguidor@s, con niñas y niños aprendiendo sus canciones en los colegios y parte de las letras del grupo formando parte de pancartas y consignas de lucha, el legado de la banda oriunda de San Miguel es una realidad contundente. Pero esa influencia e impacto van más allá de las fronteras (geográficas, políticas, culturales e imaginarias) pues en el momento más alto de su popularidad local y en una creatividad al máximo, Los Prisioneros llegaron a presentarse en distintas plazas del continente, ya fuese en escenarios pequeños, festivales multitudinarios, programas de televisión o participando de promoción en radios y eventos concretos y que han quedado en la retina y la memoria de cada persona que presenció esos momentos.
Pensar en Uruguay, Argentina, Perú, Ecuador, Colombia, México, Bolivia, Venezuela o Estados Unidos como destino u objetivo para artistas locales hoy en un mundo digitalizado y sobre conectado no es tan descabellado. Sin embargo, en los oscuros años dictatoriales en Chile, todo eso parecía un sueño irreal, casi iluso. Sin embargo, Los Prisioneros fueron capaces de romper todos los moldes y llegar a los países vecinos y dejar una marca difícil de borrar. Eso es lo que podemos comprender en cada uno de los capítulos y estaciones de “Latinoamérica es grande…”, una investigación que incluye testimonios, historias, anécdotas y recuerdos de distintas personas que vivieron esos momentos y que sintieron ese impacto y la motivación necesaria para seguir trabajando por la música.
La primera (gran) parte del libro da cuenta de los pasos de la banda Sanmiguelina por Sudamérica en los difíciles años 80, transmitiendo un sentimiento regional de post dictaduras y encontrando escenas en crecimiento y expansión con la contracultura y el post punk como forma de expresión en lugares tan lejanos (y a la vez cercanos) como Montevideo, Lima, Mendoza o Bogotá. Toda esta realidad nos llega a través de extractos de reseñas y notas en la prensa de cada lugar visitado por Los Prisioneros. Además, hay voces de testigos en cada uno de los sitios y eventos por los cuales pasó el trío original, todo complementado con citas y referencias a otros trabajos sobre el grupo, dando total coherencia y proyección a los puntos mencionados con anterioridad (aunque tratados con menor detalle que en “Latinoamérica es grande…”) y con recuerdos y memorias de los propios miembros del grupo y protagonistas principales de esta historia.
De todas maneras, este libro editado por primera vez en 2019, no es sólo una bitácora del periplo de Los Prisioneros. Más bien es un testimonio de una época, una muestra de la forma de hacer las cosas y el trabajo a pulso para levantar movimientos culturales y artísticos en una Latinoamérica en constante cambio y movimiento. Los años 80 no son/fueron sólo referentes televisivos y radiales anglo, acá queda graficado un tiempo de lucha intensa y que González, Tapia y Narea musicalizaron con sus himnos continentales y (trans)generacionales y que siguen reverberando hasta el día de hoy.
El paso sigiloso pero potente de Los Prisioneros por el continente fue abriendo puertas también para que los sonidos locales pudiesen llegar a esos lugar también. De cierta forma, bandas como los Electrodomésticos pasaron a formar parte del radar más allá del interés por Violeta Parra, Víctor Jara o la Nueva Canción Chilena (los únicos grandes referentes de la música chilena hasta entonces). Esa información valiosa y un tanto desconocida es uno de los aportes que González Lorca logra rescatar y dar a conocer acá.
Si bien es conocido el hecho de que la dictadura hiciera fracasar su gira del disco “La cultura de la basura” en el territorio nacional, esa puerta cerrada significó una ventana abierta para lanzarse a conquistar el continente, algo que lograron con creces, llegando a confirmar su posición de grandes artistas en Ecuador, Colombia y Perú. Toda esta información se perdía en los cables o el los dedos de quienes escribían artículos e información en la prensa chilena, la cual no daba cuenta de los logros de la banda en el extranjero, una tema que Cristóbal González Lorca logra desempolvar y rectificar, dando a conocer hitos casi desconocidos para la mayoría de la gente en Chile.
El quiebre del trío original no detuvo las giras ni el paso agigantado que la leyenda de González y compañía fueron escribiendo a medida que el fin de la banda se acercaba en 1991. Incluso después de su separación, Los Prisioneros siguieron creciendo y dejando huella en cada lugar en el cual sus canciones sonaban y eran coreadas, uniendo generaciones, realidades y contextos que geográficamente están alejados, pero que están emparentados gracias a la banda sonora de una Latinoamérica en lucha y sed de cambio social y estructural.
Con la reunión de González, Narea y Tapia en 2001 vino un reencuentro entre ellos, con su público histórico y con nuevas audiencias en Chile y en el resto del continente. Esto es algo de lo que también se hace cargo “Latinoamérica es grande…” al ir en busca del paso de la banda por lugares antes nunca explorados y luego de haber alcanzado el nivel de leyenda continental, incluso más allá del fin de esa experiencia a los pocos años de haber retomado la fuerza inicial.
Visitas individuales o como dúo y el legado que hasta el momento de la edición del libro (2019) y dan cuenta de la importancia de Los Prisioneros en el contexto musical, en la cultura y en el apego de diferentes pueblos logrado a través de un puñado de canciones y álbumes inolvidables y actuaciones en vivo que dejaron una marca innegable, la cual es necesaria revivir y/o conocer, y eso es lo que nos entrega este trabajo de investigación, una mirada detallada a una experiencia poco explorada y promocionada en su tiempo. Nunca es tarde para descubrir y abrazar la historia de la banda más importante del rock en Chile.
Escuchen los discos, disfruten podcasts, pero, por sobre todo, lean las páginas que suenan y nos hacen abrir los ojos, las orejas y la mente. Aún es posible encontrar una copia en tiendas especializadas, librerías digitales y en la página de la editorial Santiago Ander.
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