
Texto por: Ricardo Arriagada Gómez
Lo gótico tiene un aura tan grande que sigue siendo un estilo artístico o visual que no ha perdido nada su esencia, y cuando se mezcla en el mundo del Horror en el cine debe ser tratado con cuidados. Cuando se anunció que saldría una reimaginación de «Nosferatu» con todos los nombres involucrados en el proyecto, despertaría la atención de mucho para un personaje significativo en el arte, precisamente con lo hecho por Friedrich Wilhelm Murnau en Alemania en 1922 y más que nada, con las escrituras de Bram Stocker en 1987.
A manos de Robert Eggers, director que ha tenido una consistencia genial gracias a los títulos «The Witch» (2015), «The Northman» (2022) y sobre todo, «The Lighthouse» (2019) que tiene elementos del Horror y Suspenso más cercano a lo Sicológico, se atreve a ofrecer su versión del personaje vampírico en un tono expresionista y oscuro, respetando gran parte de su legado y a su vez, manteniendo su estilo cinematográfico con aciertos.
La trama nos guía hacia Winsborg, Alemania en 1838, donde Ellen (Lily-Rose Depp) quien sufre todas las noches de pesadillas, vive con su amado Thomas Hutter (Nicholas Hoult) que viaja a Transilvania para ultimar la venta de una finca con el Conde Orlok (Bill Skarsgård), desencadenará hechos siniestros, especialmente cuando se trata de Nosferatu, un vampiro aterrador que está obsesionado con Ellen, al punto de generar el pánico y muerte a todo su paso para sentir su presencia cerca. Dentro del elenco se encuentran Aaron Taylor-Johnson, Emma Corrin, Willem Dafoe, Ralph Ineson y Simon McBurney.

Siendo la adaptación más larga hasta la fecha con 132 minutos, Eggers sabe crear tensiones y tener esas sensación que nuestros ojos que quieren ver, pero no quieren perderse de cada detalle y movimiento, dando una versión fidedigna e hipnótica, que muestra esa dicotomía elegante entre lo bello que muestran las imágenes, pero a su vez, lo repugnante que hay detrás. La música de Robin Carolan es importante en las escenas más brutales como en las que aporta en la ambientación.
Lo más destacado y que nos atrapa de principio a fin es la coordinación fílmica con el director de fotografía Jarin Blaschke, con el uso de luces y sombra, color o transiciones que logran que el ritmo no se pierda, mucho menos con todas las revelaciones. En tema de actuaciones, todos cumplen un papel excepcional, haciendo que los secundarios no se sienten en ese catálogo, mientras que, lo realizado por Hoult, lo irreconocible que se muestra Skarsgård y la tremenda performance de Lily-Rose que deja toda su alma en la pantalla, desde lo melancólico y poseído.
Quienes esperaban este título por mucho tiempo -ya sea por el mismo personaje o ser un seguidor del director- «Nosferatu» cumple con creces, logrando una experiencia de tinieblas y oscuridad que impacta en lo visual, y sus recursos técnicos son de admirar. Ya está disponible en cines nacionales a distribución de Andes Films.
0 Comments