
Texto por: Franco Zurita
Si bien la historia de Incubus inicia a comienzos de los 90’s con un extraño pero interesante debut que mezclaba el metal, el funk y la psicodelia bajo el nombre de “Fungous Amongous”, el debut discográfico de los californianos que, además de comenzar a abrirles las puertas en la escena del rock de mediados de aquella década, logró llegar a manos de Jim Wirt, músico y productor estadounidense para echar mano a la banda y dar vida posteriormente, al magistral “S.C.I.E.N.C.E”, una de las joyas imprescindibles de los más fanáticos que lo definen como “la esencia de Incubus”. Pero ese es un terreno que visitaremos en alguna otra revisión a esta singular obra musical.
Ya terminando la década y con un presente cada vez más firme, Brandon Boyd y compañía, siempre bajo el alero de Epic Records, lanzan otra pieza invaluable de su catálogo: El gran “Make Yourself”. Con himnos como “Pardon Me” o “Stellar”, la fama, las luces y un merecido reconocimiento situaba a Incubus como una de las grandes bandas del momento y tras este salto y con todos los ojos puestos en los de California, era momento de tomar una pausa. Y no hablamos de un receso, sino más bien, de tomar un nuevo respiro.
Lejos del mediático mundo musical de aquellos años, en una gran mansión ubicada en Malibú, el quinteto comenzaba a dar forma al trabajo más significativo de la banda: El vibrante “Morning View”, la cuarta placa en la carrera del quinteto. Un trabajo lleno de matices y melodías que en lo estricto, se aleja de los sonidos más pesados que la banda pudo haber experimentado en sus anteriores discos, pero es igualmente rico en texturas y paisajes sonoros como una colorida vista al amanecer desde las costas de California.
Su primer single, “Nice To Know You”, himno indiscutido de la banda, comienza a abrir y despertar las primeras melodías antes de llegar a ese juego percusivo entre José Pasillas, Brandon Boyd y DJ Kilmer quien entre scratches y maestría en las tornamesa, marca la pauta para detonar la bomba y explotarnos en la cara, toda la fuerza imbatible de esta magistral pieza. Mezclando la distorsión de las guitarras junto a atmósferas y pasajes ambientales, “Nice To Know You” es una pieza clave y en esencia el alma pura de “Morning View”.
“Circles” llegaría después de esa introducción para volver a sacudirnos con una de las canciones más pesadas del disco pero que no se libra de aquel misticismo instrumental propio de la chispa de este nuevo trabajo. Y hablando de chispa, “Wish You Where Here” (coincidiendo en nombre y profundidad con el clásico de Pink Floyd), single de esta obra maestra, sigue resaltando un sonido brillante, sutil y sensible con melodías pegajosas y ritmos envolventes ideales para escuchar en una playa desierta. “Warning” y “Just A Phase” nos demuestran la capacidad de Incubus de transportarnos a lugares y momentos en el tiempo, recreando imágenes a través de ritmos y melodías simples pero bien estructuradas.
“Mexico” nos introduciría nuevamente en un ambiente acústico, propio de la banda, demostrandonos que con una seguidilla de arpegios y una interpretación como la de Brandon Boyd, son más que suficientes para despertar múltiples sensaciones. “Echoes” y “11 am” son otras que seguirán en la senda calmada del “Morning View” hasta llegar a “Blood On The Ground». Una pieza que volvería a sacudirnos y que pareciera estar sacada de su disco S.C.I.E.N.C.E. Por su parte, “Have You Ever” haría lo suyo con un Brandon Boyd impecable en su interpretación siendo este, uno de los puntos más altos de este trabajo. Tras esa perfecta demostración de la fórmula de Incubus, otro clásico de la banda aparece para fascinarnos de buenas a primeras con “Are You In?”. La canción más “diferente” de la banda introduciéndonos a sonidos relativos al R&B. Con un trabajo excepcional por parte de Dirk Lance quien le da todo el groove junto a Pasillas, esta canción forma parte importante del repertorio de muchos de nuestra generación. Una pieza exquisita que acompaña esta especie de invitación por parte de Brandon a adentrarnos en este magnífico y glamoroso universo.
Antes de cerrar este gran trabajo, “Under My Umbrella” llega para romper esa idílica burbuja desgarrando la voz de Brandon quien entre susurros nos declara la necesidad de mantenerse fiel y auténtico a uno mismo dando pie para terminar definitivamente con un acorde en la pipa, instrumento tradicional chino de cuatro cuerdas con la cual Einziger da comienzo a “Aqueous Transmission”. Una canción que se siente más como un outro en donde la voz de Brandon y la serena ambientación juegan un rol fundamental para lograr esa sensación de estar sentado en la arena mientras en el fondo, el choque de las olas adorna este imaginario paisaje.
Un trabajo fundamental en la carrera de Incubus del cual podemos objetar muy pocas cosas. La libertad creativa de la banda terminó por consolidar y dar como resultado uno de los grandes álbumes de este nuevo milenio. Un álbum que podremos escuchar en vivo y de manera íntegra el próximo 4 y 5 de abril en el reencuentro de Incubus con su fanaticada local en Movistar Arena. Conciertos que están enmarcados en la celebración de los 25 años de este gran trabajo.
Las entradas se vendieron por sistema PuntoTicket y se encuentran absolutamente agotadas.
Produce: Lotus
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