Dënver en Teatro Coliseo: Un dúo magnético

Texto por: Tomás Bascoli C.

Fotografías: Cristián Doppler

Cinco años tuvieron que pasar para volver a ver arriba de un escenario a la icónica banda Pop chilena Dënver. El dúo conformado por Milton Mahan y Mariana Montenegro aprovechó el décimo aniversario de uno de sus discos más celebrados, «Fuera De Campo» (2013), para dar un verdadero espectáculo nostálgico frente a un público que, agradecido y emocionado, cantó y bailó nuevamente cada una de las canciones que la banda entregó con corazón, ritmo y sabiduría. Realmente un dúo magnético de cuyo efecto es difícil escapar.

Sábado por la noche en Santiago y el Teatro Coliseo fue el lugar elegido por Milton y Mariana para hacer su reaparición musical, apoyados y producido por Intrépido. Poco antes de las 20:00 horas el inmueble capitalino ya se encontraba repleto y se comenzaba a palpar una atmósfera festiva entre las y los asistentes que colmaron cada centímetro del teatro, en donde no cabía nadie ni nada más. Unos pocos minutos pasados las ocho de la noche, al fondo del escenario aparecen dos siluetas proyectadas en las pantallas gigantes: eran las sombras de Milton y Mariana. Quienes ya saltaban al escenario en impecable atuendo y se despachaban, entre una suave armonía sintética, los primeros acordes de «Las Fuerzas», canción que abre su tercer disco del cual se enmarca este concierto. Se escuchan las voces del dúo y el Teatro Coliseo explota de aplausos, gritos y bailes.

A continuación, «Profundidad De Campo» permitió a Milton y Mariana bailar entre ellos, recordándonos la excelente química que tienen estos sanfelipeños. Le siguió «Torneo Local» y «Olas Gigantes», ocasión que tuvieron para presentar a una de las saxofonistas que los acompañaba esa noche por medio de un solo brutalmente hermoso entremedio de aplausos del público. Con «En Medio De Una Fiesta» el público cantó gran parte de la canción demostrándole a Dënver el enorme cariño y admiración que se le tiene a este grupo chileno. Viejas y nuevas generaciones bailaron al ritmo de una bola disco que se impulsaba en la cúspide del teatro y que se mezclaba con el ritmo que generaban con sus palmas. La fiesta ya estaba completamente desplegada.

El setlist continuó con «Concentración De Campos», «Medio Mal» y un cover de «Con Suavidad» de Los Prisioneros que dejó a todo el mundo bailando y atónico con el solo de teclado que Mariana presentó en el escenario. Un tema que nos deja clarísimo la gran influencia del disco «Corazones» (1990) en muchos grupos del Indie Pop chileno de las primeras décadas del siglo. El álbum «Sangre Cita» (2015) se hace presente en la velada con «Mi Derrota» y «El Fondo Del Barro», junto a «Mai Love», «Medio Loca (Hasta El Bikini Me Estorba)» y «El Árbol Magnético Ataca Por Sorpresa» fueron las canciones que cerraron la primera parte del show entre una atmósfera caliente por la cantidad de baile desplegado por los asistentes, así como las diversas danzas y coreografías que Mariana despachó en estas canciones, las cuales se tomaron todo el protagonismo del escenario y dejó a varias y varios sin aliento.

Tras una pequeña pausa, Dënver volvía al escenario para tocar «Feedback», «Noche Profunda», «Diane Keaton», «Miedo A Toparme Contigo» y «Lo Que Quieras», dejando un poco de lado la celebración de «Fuera De Campo» para también entregar destellos de su aclamado álbum «Música, Gramática, Gimnasia» (2010). Trabajo que, luego de una nueva pausa, sería el protagonista del cierre de la velada con «Los Vampiros» y «Los Adolescentes». Sin antes detenerse para tocar nuevamente «En Medio De Una Fiesta» con el objetivo de grabar un videoclip junto al público y las luces de sus celulares. Realmente, un momento onírico para ser parte, de una u otra forma, del recuerdo del regreso de Dënver.

Luego, «Revista De Gimnasia» fue la encargada de cerrar la velada entre aplausos, gritos y, por, sobre todo, agradecimiento a una banda que fue (y es) uno de los pilares fundamentales de aquella generación de Indie Pop Chileno. Mariana y Milton no tienen nada más que demostrar porque lo han hecho todo y, nuevamente, lograron hacer de su nombre un sinónimo de sencillez sintetizada a través de un sonido tan característico y del cual podemos encontrar tantas influencias y referencias en nuevas bandas del género.

Arriba del escenario, Dënver es un dúo magnético con una fuerza y encanto sin igual que a través de sus voces, sintetizadores, teclados y guitarras crean un efecto seductor del cual todos y cada uno de las y los asistentes en el Teatro Coliseo caímos rendidos.