Nota por: Franco Zurita

Hay que poner las cosas claras. Muchos de los subgéneros del Metal no serían nada sin los británicos de Venom. Y aunque en su práctica y esencia, es comúnmente catalogada no como parte, sino como inspiración para el segundo movimiento de la ola del Black Metal, con bandas como Mayhem o Burzum, fueron inspiración del Thrash y el Death que oportunamente vivieron su auge por aquellas década de los ochentas y noventas respectivamente

Y es que iniciando la primera de estas, mientras Iron Maiden o los mismos Deep Purple surfeaban la ola del Heavy Metal británico, Cronos y compañía tomaban la posta de esta nueva camada, desligándose de alguna forma de la pulcritud y el virtuosismo de las obras de las épocas y prefiriendo por sobre todo la agresividad, la rapidez y el sonido «sucio» para sumergirnos en atmósferas vertiginosas e infernales. 

El año 1981, «Welcome to Hell», el debut de Venom arremetía y desencajaba la escena del metal con una cinta maltrecha y grabada en tan solo tres días, llenas de blasfemias e imágenes satánicas acompañados de una vorágine de guitarras y ritmos acelerados en un caos sonoro vomitado en aquel trabajo. Y más que por la calidad de esta tenebrosa triada de músicos, es por su producción. Con calidad de «Demo», el debut de Venom abrió las vertientes de nuevos sonidos en la corriente del metal.

Un par de años después, llegaría uno de los trabajos más significativos de la banda. Si bien y en paralelo, existían otras agrupaciones que cumplían las características del género, fue el segundo disco de los británicos, «Black Metal» el que no sólo daría nombre a una nueva corriente dentro de la escena, sino que comenzaría a influenciar otros sonidos relativos al género. Aunque en lo perteneciente a su sonido, se aleja de lo que podríamos asociar Black y acercándose a lo que hoy por hoy, reconocemos como thrash, junto a su estética, sombría puesta en escena y letras explícitamente satánicas, eran la versión oscura de lo que venían haciendo los grandes de la época.

Casi como un culto, por supuesto en honor y gloria a Satán, el nombre de Venom fue dando paso y construyendo un legado que junto a Bathory o Darkthrone, fueron tiñendo de oscuridad el viejo continente. Y aunque, son reconocidos los hechos y polémicas envueltas que se han hecho en el nombre del Black Metal (condenables por supuesto, dependiendo de su criterio) es innegable que es un subgénero que goza de sus virtudes hasta el día de hoy pero que sin Venom se hace difícil se hace imposible de comprender. 

Un carnero con cara humana y un pentagrama invertido en la frente era la imagen que Venom nos ofrecía de entrada con la portada de este magistral trabajo. Un ritual que parecía seguir las mismas limitantes que su debut, en cuanto al virtuosismo habitual del metal, pero que lograron sumergirnos en el caos y las invocaciones satánicas de Cronos, Abadon y Mantas

Ritual del cual seremos parte este 03 de diciembre en el regreso de Venom a nuestro país para invocar al cola de flecha en el Teatro Teletón e incendiar el escenario con una ola voraz de sadismo y oscuridad. Las entradas están disponibles a través de Eventrid. Produce Monkey Chile.


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