Texto por: Lucas Araya

Fotografías: Darling Castro

MediaBanda volvió a los escenarios con un show lleno de despliegues instrumentales, trips a cargo de una voz multifacética y el repertorio que forma parte del show que le da vida a la música de Fulano. Una increíble jornada cargada de calidad y emoción.

Ocho seres uniendo sus enormes talentos desplegando toda la destreza y delicadeza entre ritmos sincopados y quiebres inesperadamente familiares y naturales. Con una sala llena, entre sonrisas, vocalizaciones en juego y cuerpos al ritmo de lo increíble. Todo esto fue el contexto ideal para presentar un aceitado y ajustado «MediaBanda Plays Fulano», un repaso por las melodías y cancionero de la mítica banda nacional, compartiendo ADN musical y humano sobre las tablas y a través de las ondas sonoras. 

«Perro chico malo», «Fulano» y «Godzilla» fueron una muestra clara de la magia de unos vientos imaginativos liderados por Cristián Crisosto, la guitarra eléctrica volátil y dócil de Aurelio Silva , teclas magistralmente en viaje de Jaime Ramos y una base rítmica con todo el peso de la maquinaria sonando espeluznantemente energizada y sutil, a la vez, además de los juegos sublimes de la voz de Florencia Novoa. Desde la acrobacia sonora al precipicio más vertiginoso, flotando por playas sónicas y volver a correr entre rocas de algodón.

Este octeto fantástico también abre espacio para su propio arsenal de composiciones, batallando el silencio y el ruido que ronda, dejando caer «Bombas en el aire» y «El sofá», desarmando estructuras, generando kinética casi robótica con toda la humanidad que copaba el espacio del Subterráneo, abriendo la senda para una improvisación donde Felipe Martínez en el bajo y Christian Hirth la bata fueron levantando los cimientos para que la banda en su capacidad total aterrizara con «Maquinarias».

«Suite Recoleta» trajo la cueca psicodélica, entre movimientos jazzísticos retorcidos y el éter preciso de una voz de terciopelo y cristal, capaz de cortar el aire con ronroneos frenéticos o frases de sueños en expansión, un momento altamente emotivo para tributar la memoria del tremendo Jaime Vivanco y la posibilidad de escuchar sus composiciones y traer su espíritu a esta celebración constante de una de las músicas más hermosas hechas en estos pagos.

Ya hacia la parte final del set, «Largo camino», «Wikistan» y «Adolfo, Benito, Augusto y Toribio» destacan la fiesta total, una resistencia a la establecido, al encuadre longevo y estático, rompiendo moldes y regalando una presentación hermosamente caótica, habiendo mentes y liberando ataduras en una invitación a revisitar y redescubrir las discografías de dos tremendos ensambles, uno que sentó las bases de un universo nuevo y lleno de posibilidades y el otro, MediaBanda, que sigue con esa antorcha, encendiendo la mecha de la imaginación y la performance musical insaciable. Una sesión en llamas en movimiento y que dejan huella por donde quiera que pasan. Aunque sus apariciones sean esporádicas, siempre nos regalan un momento atesorable y dejan con ganas de más. ¡Gracias MediaBanda por existir!


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