Un grito de resistencia que se transformó en disco. La rebeldía de ser una mujer mapuche en la música, con riesgo de escribir sobre romance, libertades sexuales y diversión, pero también tomando el arte para expresarse desde la urgencia política. Isleña Antumalen se ha convertido en uno de los proyectos más necesarios de la actualidad.
«Ñaña», su disco debut a editarse por Everlasting Records de España y Discos Tue Tue de Chile, parte su historia en 2018 y hoy por fin está disponible. Aprovechando el ímpetu de la juventud y el momento histórico en el que la mujer debe explorar su libertad y convertirla en algo político, Isleña Antumalen nos regala las canciones de su trinchera. «El sonido es una locura, 10 canciones muy distintas entre sí pero unificadas en el movimiento de la música urbana que está explotando en Chile», dice la artista que espera conseguir un merecido espacio en el panorama actual.
La morenita del Wallmapu viene a rescatar y destacar lo nuestro: el color de nuestra piel y pelo, la sensualidad y complejidad de ser mujer en esta parte del mundo. «Las letras tienen de todo: historias de amor, aventuras en fiestas, despecho romántico, lucha, política, filosofía. Cada una es un concepto en sí y me hace sentir satisfecha porque antes que cantante, siempre he sido una poeta», agrega sobre «Ñaña», disco producido por Danilo Papaya donde explora Reggeatón, Dembow, Rap y carro para el alma, los oídos y el corazón.
Con una excelente recepción de los sencillos previos, la artista se prepara para abrirnos su piwke (corazón). «A veces me siento como Lisa Simpson viviendo lo mejor de dos mundos. Ir a cantar a un festival y al otro día estar trabajando en la protección del lago. Puede generarme inseguridades pero al final del día siento que estoy haciendo lo correcto, pues Isleña Antumalen sin ser un aporte a la protección del territorio no tendría mucho sentido. Ambas cosas me hacen vibrar: la música y el activismo. Son parte de un mismo corazón, el corazón de esta «Ñaña», agrega.
Esa dualidad complementaria y vital se hace clara durante estos meses, pues en paralelo al estreno del primer álbum de estudio, Isleña Antumalen participará de la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático a realizarse en Azerbaiyán entre el 11 y el 22 de noviembre.
Isleña irá como representante del colectivo Epu Lafken Mapu gracias a la Beca Latín American Youth Climsate Scholarship (LAYCS), tras su labor que busca resguardar la calidad del agua de los Lagos Ranco y Maihue, que nace en 2020 tras la preocupación de mujeres mapuche de la Isla Huapi, que hasta hoy no tienen agua potable para el consumo. «Esta participación significa poder brindar más apoyo y herramientas a nuestro territorio para proteger lagos, lograr capacitarnos y hacer un proyecto sostenible en el tiempo».
Un disco para sentir el viento del sur, la potencia del lago, la belleza de la luna, la inmensidad del Mapu, también la liberación de bailar, gozar y reflexionar. Y la experiencia se completa en vivo con una serie de fechas de lanzamiento, conciertos que prometen formación completa y fiesta postshow, con pasos en Club Bivaldi de Valdivia el 27 de septiembre, Bar El Clan de Santiago el 12 de octubre, y el 25 del mismo mes en Casa de Salud, Concepción, con un evento gratuito.
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