Texto por: Pablo Castillo

Fotografías por: Gary Go / Fauna Prod

Una fría y bella noche de diciembre según las palabras del noruego, con una explanada expectante al maravilloso talento de Erlend junto a su nuevo proyecto. Ya perdimos la cuenta de cuantas veces este alto, flaco y carismático europeo nos ha llenado de amor el corazón con su música, hoy con sus colegas italianos que ya le venían siguiendo el rastro a nuestro amigo hace años, girando como músicos de sesión pero hoy consolidando sus nombres como La Comitiva.

Y no importaba que tan lejos estabas, la explanada de M100 sintió en cada rincón la cercanía con la que se presentó Rosario Alfonso en formato dúo junto a Alfilera. Presentando sus canciones viejas y algunas nuevas, pero siempre teniendo esa majestuosidad con la que interpreta «De Canciones tristes y otras sutilezas» (2022). Y una instancia tan importante como esta ameritaba una que otra sorpresa, con esas palabras entró Niña Tormenta a cantar su último single «La Vida Pasa» con la participación de todo el público cantando y acompañando el inicio de una hermosa noche. 

En lo oscuro se fueron asomando cuatro individuos que serían los verdaderos protagonistas de la noche, con solo instrumentos acústicos se prendieron las luces y pudimos por fin ver el esperado reencuentro de Erlend Øye y La Comitiva con su amado público chileno. «Matrimonio di Ruggiero», «Altiplano» o «Lockdown Blues» para conectar a los más fanáticos del último disco, «Peng Pong», «Fence me In» y «Price» para los que siguen su carrera hace años, un surtido de todo un poco que de seguro contento a todo el público. Pero el verdadero momentazo fue cantar «Upside Down» a todo pulmón mientras los músicos ahí arriba hacían toda la magia.

Solo me queda decir «wow» a los intérpretes de La ComitivaLuigi y Stefano quienes poquito hablaron con el público pero con una habilidad de primer nivel para crear toda una atmósfera tan solo con sus instrumentos, y Marco obviamente que se robó todas las miradas, aplausos y hasta uno que otro corazón, interpretando Beddu de su disco solista «Pezzi Dela Sera» (2023). La agrupación tocando casi en su totalidad su último disco llamado valga la redundancia «La Comitiva» (2024), el cual cuenta con pasajes instrumentales llenos de vida con el sonido de los bronces, y debido al formato acústico era casi imposible traer a toda una orquesta, pero para no quedarse con los brazos cruzados tuvimos las mismas melodías cantadas, tarareadas e imitadas del sonido de los vientos para conservar la magia del trabajo. Una noche llena de covers, llena de amor y llena de carisma de parte de Erlend, quien sacó los pasos prohibidos cantando una reversión de «Upside Down» pero mejor, más larga y más épica cerrando el primer set del concierto.

Cerca a la medianoche las emociones fueron de aquí para allá, imitando una especie de ronda italiana en donde todos cantan al unísono tocando sus instrumentos tal como en la portada de su último disco. Presentando ya las últimas canciones pero de una manera única sintiendo cada palabra que decía aunque no entendieras del idioma, y no me dejen solo pero acaso soy el único que veía a Erlend sonreírle a nuestro público y le daban ganas de subir a abrazarlo? A esta ronda se les sumó Rosario interpretando el clásico «Sabor a mí» junto a toda la explanada con los ojos llorosos, así generando un lazo único que ojalá en un futuro estos dos caminos se vuelvan a reencontrar tal como con Javiera Mena a principio del siglo. «Valdivia» por obvias razones fue el cierre, con el público moviendo los brazos de un lado a otro, cantando y los músicos levantándose para acercarse más y más tocando totalmente sin ningún tipo de micrófono. Una hermosa postal para dar final a otra de las travesías del europeo en nuestro país.

Tres italianos y un noruego es suficiente para hacer más que feliz a los ciudadanos chilenos, quienes de seguro se fueron con una sonrisa que va desde Arica hasta Punta Arenas tal como yo me fui del concierto. La intimidad convertida en un espacio seguro, como si los conociera de toda la vida y esta hubiera sido una reunión para tomarnos un té y un pan con palta pero con el talento inmensurable de Erlend Øye y La Comitiva.


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