Texto por: Ricardo Arriagada Gómez

Muchas de las candidatas en esta temporada de premios han salido en los más prestigiosos festivales de cine, una de ellas y que ha tenido una repercusión gigante es «El Brutalista» de Brady Colbert, su tercer film con el cual obtuvo el León de Plata y cuatro premios más en el Festival de Venecia por su dirección. El camino ha crecido hasta llegar ahora con 10 nominaciones a los Premios Oscar, siendo una de las más fuertes del 2024.

Un relato Épico / Drama de Época de tres horas y 35 minutos de duración, con un interludio de quince minutos, grabada en formato VistaVision -muy al estilo en los 50’s y 60’s- es parte de esta ambiciosa entrega, colosal por sí sola para una historia escrita por Corbert junto su colaboradora y esposa Mona Fastvold que desnuda temas tocados muchas veces, siendo principalmente el falso y cínico cuento del sueño americano, donde el infierno está presente en el suelo, y escapar de ahí requerirá de mucho sacrificio.

László Toth (Adrien Brody) es un arquitecto húngaro judío que llega a Estados Unidos después de huir en el término de la Segunda Guerra Mundial, pretendiendo formar una vida nueva en un lugar distinto, muy lejos de su esposa Erzsébet (Felicity Jones). Con tropiezos y experiencias agridulces, el millonario Harrison Lee Van Buren (Guy Pearce) reconoce su talento con sus trabajos en la Arquitectura -ligadas al Brutalismo- y quiere formar un trato especial para cautivar a la gente de la ciudad de Pensilvania, pero el poder, los egos y los tratos jugarán muy en contra. El elenco se completa con Joe Alwyn, Raffey Cassidy, Stacy Martin, Emma Laird, Isaach de Bankolé y Alessandro Nivola.

¿Es la gran obra maestra del cine americano en los últimos años? Tiene factores a su favor que argumentan esta frase que se ha repartido en muchos espectadores y críticos al verla durante sus funciones en festivales y en el Hemisferio Norte. Las características más sólidas son la fotografía de Lol Crawley, marcando los materiales, paisajes y luces que tienen vida y se entienden sus metáforas -la Estatua de la Libertad dada vuelta es un tremendo ejemplo-, acompañados de una potente banda sonora creada por Daniel Blumberg que marcará los momentos crudos y emocionantes. En tema de actuación, Adrien Brody deja su mejor interpretación de su vida desde «El Pianista» (2002), y en general hay una química estupenda, siendo quien destaca el antagonismo de Guy Pearce.

Si bien, desde que se confirmó el uso de Inteligencia Artificial para ajustar el acento húngaro o las aparentes visuales de obras arquitectónicas que aparecen, no es algo que baja los pensamientos de la perfección cinematográfica. Lo que sí muestra grietas que se hace más grande es su propia historia: la primera parte es extraordinaria y es el sinónimo de un magnus opus, la segunda sabe defenderse, pese a que genera más dudas que respuestas por la cantidad de conflictos que presenta, y si hay que algo que generará debate es su tercer acto, algo que se puede tomar muy anticlimático o una línea distinta que da el golpe de gracia con toda esta odisea de traumas.

«El Brutalista» sí se puede considerar una experiencia sin igual en el cine, ya que no hay ejemplos cercanos a que tenga ese tipo de ideas, sin embargo, de la misma sensación que hay en muchas obras monumentales tan pesadas como el hormigón, presenta agujeros que puede dar un sabor distinto a lo que uno esperaba son aquellos comentarios de aclamación. Llega a cines nacionales este 20 de febrero a distribución de Andes Films.


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