
Texto por: Ricardo Arriagada Gómez
Dentro de todo el poder que concentra la plataforma Netflix, ha podido sacar películas con reconocidos nombres en la industria, incluso con algunos muy respetados. Uno de ellos es David Fincher, quien estuvo detrás en el desarrollo de series como «House of Cards» o «Mindhunter», sacando también su larga duración «Mank» (2020), ganadora de dos Premios Oscar. Este año, vuelve con otra producción.
Presentada en el último Festival de Venecia y basada en la serie de historias gráficas creada por Alexis Nolent e ilustrada por Luc Jacamon, lo que presenta el director es una vuelta al género del Crimen con un perfil y ritmo distinto a lo que ha presentado en otros títulos aclamados, respetando su forma de tomar nuestra atención en su uso de color, tensión y condiciones sicológicas, aunque evidenciando complicaciones.
Nos encontramos con el protagonista (en papel de Michael Fassbender), un francotirador meticuloso y frío, que tras fallar un plan a sueldo, deberá arreglar las cosas con sus propias manos con sus jefes, que involucrará viajes, misiones calculadas y muertes para buscar una solución que no será solamente personal. En su elenco participan Charles Parnell, Arliss Howard, Sophie Charlotte y Tilda Swinton.

En sus aspectos a favor, en su principio estamos en frente de un tipo hablándonos en voz en off con ciertos pensamientos que nutren la personalidad del involucrado para su planes, más que se coordina con el montaje, ambiente y la curiosa forma de concentración escuchando solo música de The Smiths -saliendo once canciones ocupadas para la película-, logra ser un carácter bien realizado por Fassbender. Los problemas aparecen cuando en cada viaje y objetivos, manteniendo la frialdad y dureza del trabajo del personaje enfrentando cada riesgo, que terminan desinflando en parte el interés del espectador y puede ser más chocante cuando uno se topa con el tercer acto, sintiendo que no todo valió la pena. En resumidas cuentas, técnicamente interesante con un manejo de capítulos que no lograr la misma fluidez, siendo más costoso el pulso de sus dos horas de duración.
En vista simple, «El Asesino» puede ser cualquier cinta puesta en Netflix que presenta una propuesta decente, pero el peso con el historial de David Fincher es fuerte, más para alguien que ha lanzado obras como «Seven» (1997) o «Zodiac» (2007) donde no ha importado su duración cuando todo lo que exponen es de una representación gigantesca. En búsqueda de una simpleza en el Neo-Noir combinado con Thriller, se siente un ejercicio con que salió el tiro por la culata.