Texto por: Ricardo Arredondo

Si me preguntan sobre uno de los conciertos más memorables a los que he ido, sin duda en esa lista entra City and Colour. Es algo difícil de explicar, pero lo que se vivió con el canadiense en sus dos shows en Chile fue algo sublime y que convierten esos recuerdos para sus asistentes, en una de las noches más mágicas a nivel de show.

City and Colour es un proyecto liderado por Dallas Green, quien se hizo conocido gracias a su trabajo con el proyecto Alexisonfire. Es difícil pensar que es la misma persona, debido a lo contrapuesto de su trabajo. Por un lado tenemos la brutalidad y agresividad de Alexisonfire, mientras que en City and Colour, Dallas recorre un lado mucho más introspectivo, con una delicadeza y sensibilidad única.

De forma paralela a su carrera con Alexisonfire, Green comenzó a explorar esta faceta diferente, y lanzó tres discos como City and Colour mientras estaba en la banda. El año de la separación de Alexisonfire, Green lanzó el «The Hurry and the Harm» (2013) y comenzó a dedicarse más de lleno a su proyecto solitario que a esa altura ya había tomado forma y ganaba fanáticos. Y fue ese disco, el que lo trajo el 2015 por primera vez a Chile.

La fecha fue un día lunes, posterior a un Lollapalooza. Lo recuerdo, porque después de dos días de música los pies ya no me respondían. El lugar elegido fue el Teatro Cariola, que estaba repleto de gente. Había una vibra especial, se sentía como estar en un grupo de amigos esperando el primer encuentro con una figura que conocíamos hace mucho tiempo. Y es que las caras se hacían conocidas, ya que es seguro que muchos de esos rostros nos habíamos visto en tocatas y conciertos de otras bandas. Y es que muchos de los fanáticos de Alexisonfire, más allá de disfrutar de la música de City and Colour, veían en este primer encuentro la posibilidad más cercana de ver a parte de la banda por primera vez –no, nunca perdonaremos que no hayan venido a Chile en su primera era-. Era muy significativo y con un sentido de pertenencia especial. Lo recuerdo perfecto. Yo estaba prácticamente en la reja cuando Dallas ingresa a escena y con su guitarra comienza a interpretar «Forgive Me».

Escuchar su voz fue magia con todas sus letras. Entra la banda y el teatro se viene abajo. He visto a muchas bandas en vivo en los últimos 15 años, pero ese día había algo especial. Se vivió una conexión única entre artista y audiencia, como pocas veces se vio. Un canto contenido durante tanto tiempo, que había esperado con ansias ese primer encuentro que parecía que no llegaría jamás. Especial mención a la coreografía con el público cantando «What makes a man», y la emotividad de todo el teatro cantando «Sometimes» para finalizar el show. Fue un show perfecto. Incluso, esa noche el mismo Dallas Green subió a su Instagram una foto en el camarín del teatro, con la bajada “Chile. Gracias por una de las mejores noches de mi vida

Rápidamente se dio el segundo show. City and Colour lanzó un nuevo álbum en el segundo semestre del 2015 y agendaron un show para el 2016, en el Teatro La Cúpula. Nuevamente, entradas agotadas. En un lleno total, la banda regresó y nuevamente dio un concierto espectacular. Pocas veces se ve al público hipnotizado por el sonido y la voz de una banda. No era que no nos supiéramos las canciones, es que a ratos preferíamos sólo contemplar la música y la angelical voz de Dallas Green. Además, pudimos escuchar algunas versiones únicas de canciones, como la hermosa «Hello I’m in Delaware» que luego pudimos escuchar en su disco «Guide me back home».

Han pasado ocho años y tres discos desde ese último encuentro, y ha sido realmente demasiado tiempo. Es por eso que el concierto del próximo 19 de junio en Teatro Coliseo despierta un real interés en sus fanáticos, y sobre todo, para quienes ya sabemos lo que significa ver en vivo a City and Colour. Entradas por Puntoticket. Produce Transistor.


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