Álbum: «Forever Howlong»

Artista: Black Country, New Road

Género(s):  Pop progresivo / Art pop

Año: 2025

Reseña por Pablo Castillo

Black Country, New Road acepta la salida de su frontman y homenajea la amistad tan fraternal de todo el conjunto en Live at Bush Hall (2023), no con un cambio de sonido sino con un cambio de enfoque, manteniendo la orquestación de violín, piano y saxofón para crear algo mucho más introspectivo que trascendental. Ahora lideradas por May Kershaw y Tyler Hyde para dejarnos en claro que iba a haber un cambio de roles drástico en la dinámica de la banda, enfocándose en la progresividad del pop de cámara, en la teatralidad y con una atmósfera barroca titulada Forever Howlong (2025).

Influenciados por la compleja y progresiva música de Joanna Newsom o Ichiko Aoba, la banda se reinventa con un sonido expresivo que mejora en un 100 por 100 la ambición creativa y compositiva de la banda, no tan denso como en For the First Time (2021) o Ants From Up There (2022) sino siguiendo una línea mucho más dulce, estructurando canciones muy difíciles de entender por su confusa y enredada construcción. Elementos propios de cualquiera de las ramas de la música progresiva que te sobreestimulan por la excesiva cantidad de secciones distintas, así también compensando la ausencia de coros que junto al sonido barroco clásico terminan convirtiéndolo en un homenaje a la música tradicional británica.

Este disco filtra dos tipos de canciones, largas y cortas. Y por mas tonto que suene, las canciones cortas no se aferran tanto a este ambito progresivo y buscan innovar en sus melodias tanto vocales como instrumentales, ademas de jugar con el dinamismo de crear un formato de cancion tradicional. En cambio, las largas son épicas composiciones que desarrollan un motivo cuál música clásica durante su longitud, ocupando instrumentos tradicionales o inusuales para la música contemporánea británica como son el mandolín o el acordeón, así creando épicas con sonido medieval que toman direcciones inesperadas y logran brillantez compositiva como también brillo que esboza alegría en cada una de las canciones.

No importa en cual punto de la banda te situes, nunca dejará de estar presente la irreverencia lírica que nos encantó desde ese primer single allá en 2019. Corriendo en relevo arrastrando las mismas autorreferencias que hacen meta la musica de Black Country, New Road, esta última entrega nos muestra desde otro enfoque el talento de Georgia Ellery como una especie de frontman, Tyler Hyde con su guitarra acústica como fiel acompañante y armadura, y May Kershaw que es lo más cercano que tendremos a un nuevo disco de Joanna Newsom, con ese tono de voz tan extravagante que es uno de los principales emblemas de esta nueva era. Las tres con un apartado interpretativo que está en su punto más alto de esta etapa, creando mundos únicos y fantasía con la lírica, brillando tanto en lo instrumental como en lo vocal, que es sin duda uno de los fuertes de este trabajo.

Charlie Wayne se luce con su trabajo de batería perfeccionando los clímax de cada uno de los tracks, entrando en los momentos más precisos y creando atmósferas con su inconstante presencia como en Nancy Tries to Take the Night. Luke se siente como un apoyo armónico que ocupa las cuerdas de la guitarra como su arma principal, dejando rastro a lo largo del disco. Y Lewis como siempre con todos sus distintivos tonos de saxofón, clarinete y flauta, recobrando la grandeza de la música tradicional dentro de la emotividad de Salem Sisters y generando caos soplando fuerte en Happy Birthday.

Forever Howlong (2025) tiene también unos puntos delicados ¿Será esta la entrega perfecta después de el revolucionario Ants From Up There (2022)? La respuesta corta es no, pero la respuesta larga empieza con la tesis de que ninguna de estas canciones está dirigida ni al mismo público que recibió la secuela en 2022 ni mucho menos a la escena que los vio nacer y que los sigue viendo como referentes contemporáneos en sonido. Los problemas que tiene este disco es que a momentos se siente que las canciones no llegan a ningún lugar, o la estructuración es muy poco clara sin algún hilo conductor o simplemente los momentos de clímax no son igual de dignos que a lo que nos tiene acostumbrado la banda. Lamentablemente BC,NR vive con el peso de igualar lo hecho en sus trabajos previos, pero, este disco tampoco tiene ser lo que todos esperan que sea, no es la secuela perfecta porque la banda ya no es la misma y nunca volverá a ser la misma, y por eso todos los problemas que supuestamente presenta no son más que una falsa expectación de parte de un público sediento de volver a ese sonido monumental.

¿Existira ahí afuera alguna reseña sobre este disco que no mencione la ausencia de Isaac Wood en el nuevo sonido de la banda? Creo que es muy difícil y para muchos algo inevitable, su salida marca un hito para toda la escena dejando al aire la “genialidad” de la banda, argumento débil que se arrebata con el lanzamiento de su disco en vivo de 2023. Por eso, el debate de cual de estas dos etapas de el conjunto es mejor es una pérdida de tiempo y es igual de inutil que el aferrarse a no escuchar, odiar o negar a New Order porque no son como Joy Division, o los que le perdieron el rastro a Génesis después de la salida de Peter Gabriel y nunca escucharon A Trick of the Trail (1976). 

BC,NR jamás volverá a ser la misma banda y eso está bien, pero la falsa esperanza e insistencia de que vuelvan con el ansioso sonido del post-rock o una posible reintegración de Wood no es excusa para odiar la nueva imagen de los ingleses. Por eso mismo, en 2025 se quitaron por fin ese peso de encima logrando un trabajo impecable en sonido que trae el nombre de una banda que hizo maravillas con un género en el pasado y con el mismo nombre de una que está haciendo maravillas con otro género en el presente, y quien sabrá así que plantearan para el futuro. Este sería el mejor disco de Arcade Fire en años, o el regreso triunfante de Joanna Newsom a la música, o una belleza compositiva para Belle & Sebastian o un nuevo favorito dentro del repertorio de Weyes Blood, entonces la única razón por la que este disco le puede caer algún tipo de odio es por llevar el nombre de la banda contemporánea más grande de inglaterra, pecaron de ser ellos mismos.

Previa las grabaciones de In the Aeroplane Over the Sea (1997) de Neutral Milk Hotel, el líder de la banda Jeff Mangum junto a todos sus colegas de el sello / colectivo musical Elephant 6 Recording Company formaban proyectos con tal de seguir tocando y componiendo nueva música, todos amantes del folk y la música psicodélica de los 60. Existía un sentimiento tan grande de amor a la música y de amistad dentro del conjunto que Mangum al estar tocando junto a sus amigos era lo único que importaba, contando que muchas veces alguien llegaba con ideas nuevas de canciones, a nadie le gustaban, pero creaban a partir de eso tan solo para ver feliz a su amigo y ser tomado en cuenta. Forever Howlong (2025) es un disco sobre la amistad y es un lujo que hayan conseguido lanzarlo tal y como ellos querían, que nunca olviden su pasado pero que nunca se les compare por eso. Son 6 piezas iguales que arman un rompecabezas con composiciones de cada uno de los integrantes que determina el valor de poder tomar el camino que uno quiera junto a tus amigos.

Canciones esenciales: Socks – Two Horses – Happy Birthday – For the Old Country – Nancy Tries to Take the NIght


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