Texto por Vanessa Pérez

¿Qué sería la música argentina actual sin un Spinetta o un Charly? ¿Sin la voz inmensa de Mercedes Sosa, o sin la profundidad literaria de Cortázar, Borges o Alejandra Pizarnik? La contribución cultural de Argentina ha sido, y sigue siendo, fundamental no solo para su identidad nacional, sino también para el impulso creativo de toda América Latina.

En esa misma línea, celebramos el próximo reencuentro entre Lisandro Aristimuño y el público chileno, deteniéndonos a reflexionar sobre la sensibilidad, coherencia y relevancia de una obra que, desde hace más de veinte años, transforma lo íntimo en universal. Porque la música de Lisandro no solo celebra las raíces culturales argentinas: está empapada de un recorrido folklórico y emocional que no reconoce fronteras ni géneros. 

El reconocido cantautor Lisandro Aristimuño visitará Santiago el próximo 19 de junio con un concierto en Club Chocolate, invitando al público a habitar su universo patagónico en un formato íntimo de trío: batería, bajo, guitarra y voz, que promete potenciar la belleza esencial de sus canciones. Además visitará Quilpué en Trotamundos el 21 de junio. 

Canciones impregnadas de influencias que se reinventan

La obra de Lisandro Aristimuño ocupa un lugar fundamental en la escena independiente, en el folklore contemporáneo y en la música latinoamericana en general. No es solo una trayectoria de más de dos décadas: es una construcción persistente de una poética hecha de vientos, voces y de paisajes que trascienden sus raíces patagónicas, y se expanden para florecer en una fusión viva de ritmos latinoamericanos y universales.

Su obra no se oye: se habita. Desde los silencios fríos del sur hasta el temblor íntimo de una emoción no dicha, sus canciones arman escenografías donde la poesía no es adorno, sino materia viva. 

Desde sus primeros discos hasta su trabajo más reciente, Aristimuño ha sabido integrar raíz y modernidad sin convertirlo en fórmula. Hay folklore, sí, ese folklore de la Patagonia profunda, pero también hay electrónica, ambient, pop alternativo, sintetizadores vibrantes y una forma de producir que es tan artesanal como vanguardista.

Canciones como “Anfibio”, “Tu nombre y el mío” y “Azúcar del Estero», no son simples mezclas de géneros: son organismos vivos: Con un bombo legüero puede nacer una niebla. Con una guitarra criolla puede partirse una galaxia. Con metáforas de colores y sabores puede sanarse un corazón. 

Las letras de Lisandro Aristimuño abren un universo colmado de terrenos sensoriales: pueden hablar del amor, la pérdida, la transformación personal y el tiempo, pero lo hacen desde lo sugerente y lo poético. Más que narrar, evocan. más que explicar: invitan a sentir. 

Por eso, su obra se parece tanto al sur que lo vio crecer como a los lugares que va recorriendo y observando. Es imposible escuchar sus canciones sin imaginar el cielo abierto, la distancia, el frío. Y es imposible recorrer sus versos sin que aflore un sentimiento íntimo, que, aunque distante del origen de esas palabras, parece estar escrito para cualquier otro, para un ser humano en algún rincón del mundo que se reconoce en los paisajes que los ojos de Lisandro han visto y en las emociones que han estremecido su alma.

Desde su primer disco, “Azules Turquesas” (2004), hasta su más reciente trabajo, “El Rostro de los Acantilados” (2023), Lisandro Aristimuño ha trazado un camino innovador que, a la vez, sostiene con orgullo la bandera de un país rico en herencia musical, poética y cultural, reafirmando así la profunda relevancia de sus composiciones.

Lisandro Aristimuño en Club Chocolate

19 de junio 

Entradas disponibles en TicketPlus

Produce: Punchline y Viento Azul 


Zumbido.cl

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