Texto por: Adolfo Serey
Fotografías: The FanLab

Ayer vivimos otro de los multitudinarios espectáculos de Rock de este año, se trató del concierto de la banda norteamericana Guns N’ Roses en el marco de su gira «We’re F’N’ Back!» Celebrado este año 2022. Las personas hacían filas de cuadras y cuadras para poder ingresar y, luego de acreditar sus entradas bajo dos controles de seguridad, corrían despavoridas para llegar a la mejor ubicación que sus centellantes pies les pudieran ofrecer.

La audiencia crecía más y más conforme pasaban los minutos, como la cerveza chorreando espumosa en tu vaso. El clamor del Rock se hizo sentir desde la cancha general, pacífico y galerías apenas se subieron al escenario el dúo nacional Frank’s White Canvas. Karin Aguilera y Pancha Torés demostraron en un breve, pero poderoso show porque se han ganado un espacio en el Rock nacional a costa de esfuerzo con grandes resultados. Como lo dice el origen de su comuna natal «reunión de hermanas/os» (Peñalolén) fue tal, los asistentes corearon «Hiding Away», «Wake Up», «Let It Go», «Easy to Forget», «Nobody Come» y «Sleep Work Eat», es más, las miles de personas pidieron por dos minutos que volvieran a tocar más canciones, pero la la jornada es larga e irremediablemente las tuvimos que despedir.

Luego vino un regular Molotov que más que ánimo de tocar tuvo insultos para la audiencia. Todos los que escuchamos Rock conocemos su basta carrera escrita con muchos y diversos éxitos musicales. Lo cierto fue que, luego del segundo tema, el público le comenzó a gritar «¡Puto, Puto!» tal y como lo dice el coro de su éxito homónimo bien recordado de los 90´. Su show pusilánime y carente de energía sólo logró dar dos a tres ganchos musicales con «Amateur (Rock Me Amadeus)», «Frijolero» y «Puto».

Puntualmente entraron las «Pistolas y Rosas» al escenario, Axl Rose, Slash, Melissa Reese, Duff McKagan, Richard Fortus, Frank Ferrer y Dizzy Reed hicieron gala del sonido de la emblemática banda del Hard Rock. El público derrochó energía a montones y vaya que se escucharon esos 60.000 pulmones exhalando y gritando hasta no más dar. Con una curiosa introducción apoyada en una animación tridimensional de un amiguito mecatrónico y una aventura al más puro «Indiana Jones» llegó Guns N’ Roses.

El torbellino de emociones no paró de sonar, contando con temas como «It’s So Easy», «Mr. Brownstone» y «Chinese Democracy» dieron el puntapié inicial a una larga y fría noche que relata décadas y décadas invitados a vivir en la jungla del Hard Rock. Sin duda los puntos más altos de las noche fueron muchos donde sobresalieron los esperados clásicos «Welcome to the Jungle», «Double Talkin’ Jive», «Rocket Queen» y «You Could Be Mine» que dejaron al público expectante para más. En ese momento cuando tocaron «Attitude» el famoso tema de la era dorada de Misfits junto a Glenn Danzig. Literalmente la rockera versión tomó el enérgico ánimo de todos los asistentes al Estadio Nacional, alcanzando su punto más alto con el trío sonoro de los temas «Civil War» con un delicada y apasionante outro de Slash, «Sweet Child o’ Mine» y la esperada «November Rain».
Para romper la cortina de frío y neblina que la noche en Santiago sostuvo sin tregua despidieron este brillante concierto con el cover de Bob Dylan «Knockin’ on Heaven’s Door», «Nightrain», «Coma», «Patience» con una intro de cuerdas de «Blackbird» perteneciente a The Beatles, la siempre esperada «Don’t Cry» y la finalista de la noche ««Paradise City». Su setlist no sólo tuvo canciones de la banda y oímos mucho de los covers y colaboraciones que los miembros hicieron con otras bandas como Velvet Revolver, Wings y Jimmy Webb.
Conmovidos, emocionados y acalorados terminamos de corear más de 20 canciones que han escrito la vida de al menos cuatro generaciones que estuvieron ahí, en el emblemático Estadio Nacional. Se veía en el público bisabuelos, abuelas, padres y pequeñitas nietas cantando junto a sus familias a todo pulmón viviendo el mejor espectáculo de sus vidas.
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