Texto por: Ricardo Arriagada Gómez

El realizador Jonathan Glazer, de larga trayectoria y trabajos interesantes en comerciales, videoclips y con solo cuatro películas, estuvo casi una década desarrollando lo que sería su nuevo paso que actualmente tiene cinco nominaciones a los Premios Oscar, incluyendo Mejor Película Extranjera –por el Reino Unido, debido a que gran parte de la cinta no está en idioma anglosajón-, Mejor Director y Mejor Película. Es una adaptación libre de la novela de 2014 escrita por Martin Amis, quien falleció en mayo pasado, cuando el film se presentó en el Festival de Cannes, teniendo premios como el Grand Prix, FIPRESCI y por Mejor Banda Sonora.

Investigando con mucho detalle los elementos históricos del Holocausto en la Segunda Guerra Mundial, no es una cinta que muestra imágenes crudas de muertes como suele ser el Cine Bélico, pero sí percibimos toda esa banalidad en sus protagonistas y en un aspecto sicológico y basada en mucha tecnicidad para que, con solo saber su sinopsis, se nos pone la piel de gallina o reaccionamos con un nudo en la garganta.

Rudolf Höss (Christian Friedel), comandante nazi que vive con su esposa Hedwig (Sandra Hüller) y sus hijos, tratando de llevar una vida tranquila en una casa de ensueño, mientras que al lado tienen los campos de concentración en Auschwitz, con sonidos frecuentes de trenes, hornos, gritos y disparos. En su elenco también participan Ralph Herforth, Daniel Holzberg, Sascha Maaz, Freya Kreutzkam, Imogen Kogge y más.

Quienes conocen la filmografía de Glazer, saben que sus trabajos presentan ritmos pausados que requiere mucha observación, y esta película desafía sus interpretaciones en las sombras, colores, ruidos y transiciones, logrando generar incomodidad a pesar de todas las acciones domésticas de la familia en pantalla. Lo que da potencial en el proyecto es sin duda los aspectos técnicos, desde la fotografía de Łukasz Żal, el manejo de sonido impredecible, la breve presencia musical realizada por Mica Levi y el uso de cámaras que se coordinan en cada escenas, en la luz del día o lo que ocurre de noche. Su tercer acto, se despega de lo que se muestra, pero su forma representativa de los hechos te deja helado.

«Zona de Interés» tiene merecidas sus nominaciones y ser una importante película que requiere mucha atención en su simbolismo. Si uno muestra sus interpretaciones, el camino es el mismo, que es un enorme horror oculto en el silencio, algo que no queremos que pase el día de hoy. Excelente película que llega a cartelera esta semana a distribución de Diamond Films.


Zumbido.cl