
Texto por Franco Zurita
Fotografías por Joselyn Heyden
Sala Metrónomo, además de su esencia bohemia y clandestina, es también un espacio, a estas alturas, establecido dentro de la escena del hardcore local. En pocos años, ha sido cuna de shows legendarios convirtiéndose tempranamente en un hito: El monumental regreso de Bane, el esperado encuentro con Converge y las dos veces de Comeback Kid, son sólo algunos de los conciertos que el recinto ha albergado, además de las cientos de tocatas nacionales a las cuales da constantemente cabida. Dicho esto, no era raro que el destino natural de uno de los debuts más esperados de la escena en nuestro país, terminara en Metrónomo. Una especie de magnetismo y mística que lo hace ser el lugar perfecto para comulgar espectáculos de alta frecuencia.

Porque si, el 3 de noviembre del 2025 quedará marcado para siempre en los libros del punk, el ruido y la subversión con el debut y despedida de Refused en nuestro país. Una de las bandas que revolucionó la escena no solo por su sonido, sino por lo que ferozmente representa, pisó finalmente nuestro país para alterar el orden detonando una bomba de insurrección con uno de los espectáculos más incendiarios de este semestre. Y como es de costumbre, al ser un hito más que esperado por cientos de fanáticos, los reencuentros, la amistad y la fraternidad, se dieron espacio tanto afuera como dentro del recinto reflejando la unión de una escena en resistencia.

De manera puntual y con la rabia en el ambiente, los invitados de la noche Mano de Obra encendieron las primeras antorchas de la jornada. Desde la periferia norte y con más de 10 años en la escena local, el cuarteto descargó un bloque de concreto de pura ira callejera. Con un sonido directo, crudo y sin pedir permiso, Mano de Obra se ha convertido en una de las grandes apuestas nacionales por su fuerza, honestidad y pasión. Con show enérgico y al son de “Estallar”, “Educación” y “Vienen por mi”abrieron el pit y los primeros mosh de la noche acompañados de un completo repaso a su filosa discografía. La voz de la clase obrera, de las luchas que se batallan en silencio y en los rincones más oscuros de la población, el cuarteto demostró con creces el lugar que se han ganado dentro de la escena.

Tras esa dosis de realidad, el aire espeso auguraba una tormenta eléctrica de proporciones catastróficas con la entrada de Refusedsobre el escenario, quienes con bencina en mano, incendiaron todo a su paso con la gran “Poetry Written Gasoline”, un manifiesto de fuego y subversión para iniciar en lo más alto esta revolucionaria catarsis. Entre luces, humo y la euforia contenida en el ambiente, la figura de Dennis Lyxzen se transformó en gritos y murmullos quemando el suelo en cada uno de sus movimientos y “The Shape Of Punk To Come” junto a “The Refused Party Program” , himnos imbatibles de aquel artefacto sonoro publicado el año 97’, recorrieron esta senda de celebración de sus 25 años de vida en medio de la locura vivida en el pit.

El discurso también fue parte importante de la jornada. Con una postura clara y radical, Refused dio cátedra de su descontento a través de un repertorio cargado de rebeldía. Entre “Liberation Frequency”, “The Deadly Rhythm” (Con un guiño a “Angel of Blood” de Slayer) y la profética “Refused Are Fucking Dead”,dieron forma a un show que sirvió a su vez como una manifestación en contra de todo lo establecido. También hubo lugar para joyas más ocultas y originarias de su carrera como“Circle Pit”, estableciendo un equilibrio más no una diferencia entre su esencia y su rebeldía. “Worms of the Senses / Faculties of the Skull”, otro de los manifiestos anti-capitalistas del disco mantenían el fuego encendido en medio de la vorágine llegando ya a la última parte de este intenso y necesario recorrido.

La irregularidad y urgencia de “Elektra” y de que “Nada ha cambiado”, fue la antesala perfecta para uno de los momentos más esperados de la noche: La interpretación de “New Noise”. Uno de los himnos del nuevo sonido del hardcore punk, un estallido de rabia e identidad se tomaba las gargantas de cada uno de los presentes con su característico “Can I Scream?” para desatar la locura inmediata en Sala Metrónomo. El ruido de una revolución y un grito de guerra que es parte de toda una generación.

Para el cierre, “Tannhäuser / Derivè” fue un descenso introspectivo ante la revuelta perpetrada. Con la llama aún encendida, el caos dejó espacio al vértigo observando el resultado de esta comunión: Cuerpos exhaustos, respirando al unísono pero preparados para la próxima revuelta. Tras esto, Refusedabandonó brevemente el escenario para volver con “Coup d’État” y devolvernos al sonido metálico del hardcore con el clásico “Pump the Brakes”, sellando así, una de las noches más explosivas vividas en Metrónomo. Una noche de ruido, rabia política, de nuevas y viejas sensaciones. Había lágrimas, sonrisas, abrazos entre desconocidos y esa extraña fraternidad que se palpa cuando se vive algo verdaderamente real.
Con la multitud en llamas, Refused agradeció la entrega. Una entrega única y pocas veces vivida por las bandas que nos visitan. Enseñándoles que en esta parte del mundo, el punk no está muerto, porque aún quedan cosas por destruir.





















0 Comments