
Texto por Pablo Castillo
Fotografías por Joselyn Heyden
Club Ambar poco a poco se ha convertido en el congreso del hardcore nacional, hoy poniéndonos a prueba con el debut de los neoyorquinos Drug Church. El frío que corría afuera en contraste al calor de adentro gracias a un público lleno de energía a lo largo de la pista como también en las alturas y escaleras del local, todos dispuestos a demostrar porque este es el mejor lugar del mundo en un acotado show que fue fugaz pero aplastante.
Pero un poco más temprano del plato principal tuvimos la aparición de Talking Props para la apertura, una mezcla de hardcore melódico y pop punk cantada en inglés, con coros juveniles y un cover de Shed de Title Fight para comenzar la noche. No bastando con solo un invitado, porque Ariete también vino a retumbar el suelo del club en el show de despedida de su baterista. Siempre con la buena onda y positivismo del hardcore, vimos a un público más motivado a moverse, así enfrentadose a los primeros stage diving, quienes fueron los protagonistas de la noche.

Drug Church ya sobre el escenario y muy humildemente probando ahí mismo el sonido, todo esto justo antes de que Patrick Wilson bajara por las escaleras y se llenara de aplausos el recinto ante el esperado debut de la banda. Sin más preámbulo se prepararon con un pequeño saludo y de lleno iniciaron con Grubby y Avoidarama de su emblemático disco Cheer (2018), y con eso ya habían desatado al monstruo que vivía dentro del público de la noche, quienes se daban la vuelta en el escenario solamente para saltar desde arriba directo al público haciendo todo tipo de piruetas y la banda alentandonos transmitiendo toda la energía.
Un set novedoso trayendo lo mejor de la última etapa de la banda, ausentando los clásicos de los primeros años de actividad pero compensando con la presencia de But Does it Work de su ep Swell (2015), para todos esos fans de las letras sarcásticas y ese sonido de post-hardcore dosmilero dejando la escoba con el moshpit en una de sus interpretaciones más agresivas de la noche, con un salto que lanzó por los aires el micrófono de Patrick dejándolo sin manera de cantar y demostrando el talento que tiene para gritar.

Da alegría cuando un artista se enamora de nuestro país, de nuestra cordillera y de nuestra gente, y Patrick durante todas las pausas de afinación que hubo en el concierto le dedicaba unas palabras por lo lindo que hemos sido nosotros como público, lo intensos que somos durante el show y una anécdota con uno de los fans subiendo el San Cristóbal previo al concierto. Muy bueno para hablar y ojalá hubiera hablado más, porque no solo nos elogiaba sino que tenía mucho carisma para conversar derribando por completo la barrera del lenguaje.
Y con esa misma actitud, él nos guiaba como una orquesta y nosotros seguíamos las instrucciones ordenadamente, porque el set que venía ahora era exclusivamente para subirse al escenario y lanzarse al público, tocando Unlicensed Guidance Counselor, Unlicensed Hall Monitor (mi favorita de la banda), Million Miles of Fun y Tillary al hilo sin parar, todos volando sobre el escenario gracias a un público apañador que no dejó aterrizar a nadie, en especial a Patrick cuando se lanzó y todos lo atajamos dando la vuelta a la pista del Club Ambar, convirtiéndo al recinto en la sede nacional del stage diving.

No tengo idea cuánto habrá llegado a durar el concierto, pero yo sentía que habían pasado 20 minutos cuando dijeron que estas eran las últimas 3 canciones, con tanta euforia y ganas de saltar que 16 temas se pasaron volando. No quedaba más que darlo todo en este último tramo que fue protagonizado por Chow y Myopic de su último disco PRUDE (2024), la principal razón por la cual los tenemos tocando hoy en nuestro país. Un cierre perfecto que coronó con Weed Pin y el salto unificado del público que iba sosteniendo a los que nadaban entre las cabezas con el objetivo de acercarse al micrófono y gritar eufóricamente el final junto a la banda.
Para un país que vive de la inaccesibilidad, siempre se agradecerá tener a una banda contemporánea tan importante como Drug Church. Fue un debut soñado que relleno el bingo de todo lo que un concierto debe tener, una euforia constante que tema tras tema volvió aún más sediento al público, se cantó a todo pulmón cada vez que nos ofrecían el micrófono y se saltó desde lo más alto del escenario aterrizando en las cabezas que hacían vibrar todo Club Ambar, partiendo de lo más arriba y manteniéndose hasta el final en uno de los show más aplastantes de lo que llevamos de año.
Setlist:
- Grubby
- Avoidarama
- World Impact
- Fun’s Over
- Bliss Out
- Slide 2 Me
- Mad Care
- But Does It Work?
- Demolition Man
- Unlicensed Guidance Counselor
- Unlicensed Hall Monitor
- Million Miles of Fun
- Tillary
- Myopic
- Chow
- Weed Pin
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