
Texto por Lucas Araya
Fotografías por Claudio Escalona
Veinte años no es nada cuando las palmas resuenan y las mentes y cuerpos bailan en un bucle que flota entre las sombras brillantes. Las canciones que Clap Your Hands Say Yeah liberaron hace dos décadas siguen flameando con frescura y energía y es el centro del ritual de esta noche.
Cuando todo parece en calma sobre la música envasada, pequeños destellos luminosos remueven todo y el sonido del trueno envuelve el ambiente copando el aire. Así inicia el despegue compartido. Es “Some loud thunder”, la chispa necesaria para encender el fuego interno.

Las cabezas hablan sin palabras y los pies flotan sobre la alfombra voladora hecha por las guitarras y la voz multicolor de Alec Ounsworth en un viaje en el tiempo y el espacio hacia y desde un ahora en loop que gira, salta y se mueve al ritmo de “Clap your hands!” y “Let the cool Goddess rust away”, incinerando la pista de baile con adolescentes sin edad.

Entre palabras de reencuentros, recuerdos y un agradecido cariño, Ounsworth y sus compinches nos regalan en secuencia “Is this love?” y “Heavy metal”, el sonido de la sensación eterna, a pesar de las nieves del tiempo y las sienes plateadas, liberando alaridos melodiosos, aullidos danzarines y acordes disonantes detonados por la base variando las velocidades y desarmando el ritmo: la fiesta la yeah!

El primer disco de Clap Your Hands Say Yeah sigue su curso de forma íntegra, celebrando el placer de volver, sentir y vivir
Cuando “Upon this tidal wave of young blood” se derrama sobre nosotr@s, el deja vu del terror y la incomprensión, gobiernos que maltratan, que van y vuelven nos remece una vez más. Pero la música siempre eleva, siempre salva, ya sea en 2005 o en 2025, el mal nunca duerme y las manos arriba buscan paz y derribar la injusticia ahora, entonces y siempre.

Fin de la primera parte.
Hay una pausa y el espacio para visitar el sonido de Johnny Thunders (“You can’t put your arms around a memory”) para luego iniciar un repaso a las diferentes estaciones y facetas del manantial de Clap Your Hands Say Yeah y coronar una ritual vital con estallidos momentáneos mientras olvidamos el frío de afuera y que el mundo se cae a pedazos a lo lejos. Mientras podamos aplaudir, movernos y decir lo que queramos, la fiesta está en nuestro interior.
Clap, clap, clap. Buenas noches. Gracias por venir.
Será hasta la próxima.
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