Álbum: Divided We Fall
Artista: Biohazard
Género: Hardcore
Año: 2025
Texto por Catherine Guichard
Han pasado más de tres décadas desde que Biohazard irrumpió en la escena neoyorquina con una mezcla explosiva de hardcore, metal y rap, forjada en las calles de Brooklyn y alimentada por el descontento social. En los noventa fueron una voz incómoda, directa y brutalmente honesta. Hoy, en 2025, regresan con “Divided We Fall”, su primer trabajo de estudio en trece años, y lo hacen con la misma rabia, lucidez y urgencia que los convirtió en una leyenda de la contracultura urbana.
El 17 de octubre de 2025 marcó oficialmente su regreso discográfico tras “Reborn in Defiance” (2012). Y desde los primeros segundos, queda claro que no hay lugar para la nostalgia vacía: Biohazard ha vuelto con garras, con la mirada puesta en un mundo aún más dividido, pero también más consciente de su propia decadencia.
Desde sus orígenes, la banda se definió por su lirismo de denuncia, su compromiso con la realidad social y esa crudeza inconfundible que los hizo pioneros en unir el pulso del rap con la furia del hardcore. “Divided We Fall” no pretende reinventar la fórmula, sino recordarnos que la honestidad sigue siendo un acto revolucionario.
El disco abre con “Fuck the System”, una declaración de principios que no da espacio a dudas. Es una descarga inmediata, un puñetazo sónico que revive el espíritu de “Urban Discipline” (1992) con una producción más nítida y agresiva. Las guitarras cortan como vidrio, el bajo ruge con furia subterránea y la batería de Danny Schuler marca un ritmo que combina precisión técnica con puro instinto.
“Forsaken” y “Eyes on Six” prolongan esa sensación. Ambos temas mantienen la energía clásica de Biohazard, entre riffs veloces y breves incursiones en territorios hiphop, donde las guitarras se sincronizan para abrir pequeñas lagunas antes de volver al asalto rítmico. Hay en ellos una cadencia que remite al Nueva York de los noventa, pero con una mirada más madura, más consciente del paso del tiempo y sus heridas.
La dupla rítmica conformada por Evan Seinfeld y Danny Schuler es el corazón del disco. Su sincronía es casi telepática: el bajo construye un cimiento tan sólido como áspero, mientras la batería no solo acompaña, sino que empuja cada compás hacia la confrontación. Sobre esa base, Billy Graziadei y Bobby Hambel despliegna su virtuosismo controlado, alternando entre riffs frenéticos y pasajes donde la técnica pareciera estar puesta al azar, pero está previamente calculada.
En “War Inside Me”, el grupo entrega uno de los momentos más intensos del álbum. Es una pieza que suena como un eco directo de los noventa: saturada, cruda, con textura de cassette y espíritu analógico. La voz de Seinfeld se quiebra entre la furia y la confesión, y el resultado es casi catártico. Se percibe una batalla interna, un pulso emocional que traduce en sonido la rabia contenida de toda una generación.
“S.I.T.F.O.A.” ofrece un respiro distinto. Con un aire callejero y reminiscencias del rap old school, funciona como una carta de amor a su propia raíz neoyorquina. Es simple, directa, pero absolutamente necesaria: un recordatorio de dónde vienen y por qué su autenticidad nunca estuvo en duda.
El cierre con “Warriors” retoma la fuerza colectiva que siempre definió a la banda. Es un himno hecho para ser coreado, con un mensaje que oscila entre la resistencia y la esperanza. Aquí Biohazard no solo mira al pasado, sino que reafirma su compromiso con el presente: la guerra continúa, pero la lucha también une.
“Divided We Fall” no es un regreso complaciente ni un ejercicio de nostalgia. Es una reafirmación. Una obra que combina crudeza y claridad, y que demuestra que la edad no ha desgastado su fuego, sino que lo ha destilado. En tiempos donde las divisiones sociales, políticas y culturales parecen irreparables, Biohazard ofrece un testimonio sonoro que atraviesa las décadas: seguimos cayendo, pero aún no nos rendimos.
Más que un álbum, “Divided We Fall” es una declaración de resistencia. Biohazard vuelve a recordarnos que el hardcore no solo se toca: se vive, se pelea y, sobre todo, se siente.
Canciones:
01. Fuck the System
02. Forsaken
03. Eyes on Six
04. Death of M
05. Word to the Wise
06. Fight to Be Free
07. War Inside Me
08. S.I.T.F.O.A.
09. Tear Down the Walls
10. I Will Overcome
11. Warriors
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