Texto por: Ricardo Arriagada Gómez
Fotografías: Jaime Valenzuela

Como se ha nombrado antes, esta segunda mitad del año ha formado un impresionante marco de eventos musicales y de todo tipo. Dentro de las características más ligadas al Progresivo, el show más esperado era sin lugar a dudas Porcupine Tree, debutando por fin en tierras chilenas en el momento en que están en su actual gira de reencuentro tras 13 años de pausa, con nuevo disco y nueva formación, pero con la misma entrega… agregando un ingrediente importante, la total euforia del público en el Movistar Arena para transformarse en uno de los mejores recitales en la reciente memoria.

Muy evidente que sería una jornada extensa, los nacionales Spiral Vortex fueron los encargados para ser teloneros y entretener a los asistentes que -ahora con rostros totalmente expuestos- no disimulaban que este momento estaba por llegar; y como se planteaba en este espectáculo, era un evento libre de celulares (petitorio que se conoció antes con la visita de King Crimson en 2019), punto que fue entendido por la mayoría para concentrar toda esta experiencia en sus ojos. Con la puntualidad exacta a las 21:00 y en compañía de luces azules, Porcupine Tree pisaba el escenario, dando el golpe con «Blackest Eyes» y el recinto se vino abajo completamente, haciendo valer que era una de las visitas más cotizadas en años. Saludando a todo el mundo, Steven Wilson anuncia que esta deuda se pagaría con muchas canciones y tocando los siete temas de su actual producción «CLOSURE/CONTINUATION», tocando directamente los primeros tres tracks de manera soberbia, quedando sorprendidos porque su frescura era igual a la que haber esperado las canciones más antiguas. En ello, aparecieron «Even Less», «The Song of Muzak» que fue muy bien recibida y «Last Chance to Evacuate Planet Earth Before It Is Recycled» teniendo visuales perfectas para la ocasión.

Simplemente fue un acto de tres aspectos: lo hermoso, lo hipnotizante y lo demencial. Hermoso por números como «Drown With Me» o «Sentimental» que fueron interpretar formidablemente y en paletas de colores relucientes. Hipnotizante gracias a la gestión de «Chimera’s Wreck» o «Buying New Soul» que se tomaban su tiempo; y demencial por los esperados momentos más pesados. Eso último se vio en la segunda parte del recital, ya que en su primer listado, hubo un interludio de 20 minutos dándonos a pensar que, uno ni siquiera estaba procesando lo que estaba ocurriendo, cuando al frente también se encontraba el gigante Gavin Harrison, el ambientador Richard Barbieri y los miembros de apoyo en la gira, el guitarrista Randy McStine y el bajista Nathan Navarro, quienes fueron gran aporte y se tomaron con humor algunas bromas en el instante.

La segunda parte fue aún más impactante, con los primeros segundos de «Fear of a Blank Planet» y la locura se desató, para una estructura que venía con las nuevas canciones y muchos registros de algunos de sus discos más aclamados. Wilson seguía impresionado por la energía y la voluntad de ver a fans de países vecinos (debido a que Chile era el único destino sudamericano en que iban a tocar) y seguir dando lo mejor de sí. Dentro de los tres aspectos mencionados, el momento más apreciado fue «Anesthetize» con sus 18 minutos de duración, que tuvo todo, desde cánticos, aplausos, saltos y caos, e incluso una improvisada maniobra de los asistentes -sin romper la petición principal- en usar la linterna de sus celulares como luces (reemplazando a los típicos encendedores) en la parte más tranquila, haciendo un plus increíble e indescriptible. Generalmente, los cambios de ritmos y ánimos fueron brutales, y con juegos lumínicos que favorecían en cada entrega. Tanto material extraordinario encima, se sentía extraña la sensación de que todo avanzara muy rápido, terminando la segunda parte con «Sleep Together» que también era de las bien recibidas.

Parte final del evento, aparece el contraste de «Collapse the Light Into Earth» en la serenidad y «Halo» en la crudeza, y que ambas sonaron espléndidas. Nuevamente Steven Wilson, muy agradecido del cariño, muestra su «arrepentimiento» de no haber venido antes con la banda en su anterior etapa, y que viniendo como solista se enteró que, en Chile aprecia su obra musical y la de sus compañeros, y anuncia el fin del show con la inigualable «Trains», cuya historia es interesante al no ser single pero por cosas de la vida, se transformó en el tema más popular del grupo, y no podía fallar… una preciosidad que nutrió el ambiente del Movistar Arena, con la gente cantando y emocionada.

Porcupine Tree selló esta deuda con una bestialidad de actuación, rondando un poco más de tres horas en total. Un motivo que fue demasiado, pero no hay nada que lamentar, nada que restar, y que ese motivo fue el mejor obsequio que se daría al público -valiendo la pena la espera eterna- con música que fuese más allá de nombrar tres aspectos o procesar el momento.

Setlist

01. Blackest Eyes

02. Harridan

03. Of the New Day

04. Rats Return

05. Even Less

06. Drown With Me

07. Dignity

08. The Sound of Muzak

09. Last Chance to Evacuate Planet Earth Before It Is Recycled

10. Chimera’s Wreck

-Interludio-

11. Fear of a Blank Planet

12. Buying New Soul

13. Walk the Plank

14. Sentimental

15. Herd Culling

16. Anesthetize

17. I Drive the Hearse

18. Sleep Together

-Encore-

19. Collapse the Light Into Earth

20. Halo

21. Trains


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