
Álbum: «B| Décimas de Phuyu y la Fantasma»
Artista: Phuyu y la Fantasma
Género(s): Post-Rock / Rock Progresivo
Año: 2024
Texto por: Pablo Castillo
Nuestro país en los últimos años ha sido indiscutiblemente el mejor nido de música en toda Latinoamérica, donde los lanzamientos de la misma escena independiente han logrado llegar al oído de varios rincones del mundo. Muchos de estos trabajos alentaron a una generación que ha ido creciendo poco a poco con el desarrollo de la música, y que también se han convertido en el mismo motor para la conservación de la cultura chilena. La primera entrega «A| Tetralogía de Bichos y Setas» fue un claro grito de protesta ante el nuevo ritmo de vida que se ha impuesto desde la pandemia, traducido en las ruidosas guitarras que a través de la cueca se embarcan en la búsqueda de la identidad chilena. Al contrario, su secuela «B| Décimas de Phuyu y la Fantasma» es un giro de tuerca en 360°, un track de 30 minutos que defiende nuestra historia y nuestra cultura, construyendo de a poco lo que en algunos momentos se nos fue arrebatado.
Este trabajo está claramente influenciado por el arte de Violeta Parra, obviamente desde un principio se da entender que el formato de escritura de esta obra será en décimas y que tomará un color muy arraigado a la poesía del folclore chileno. Este desafío tan ambicioso nos transporta a 1970, donde se publica póstumamente la biografía de Violeta, la cual describe toda una vida con esta misma fórmula de diez versos. Phuyu busca mantener esa esencia a toda costa, como en la introducción del primer episodio de la canción, que con dos décimas y al son de un charango van ambientando y creando una fiel imagen en tu cabeza dando cuerpo al concepto del disco.
Podemos dividir a grandes rasgos a esta segunda entrega en secciones, la primera de estas junto a su introducción nos presenta a su protagonista Phuyu, una pequeña de 13 años que enverdece su entorno gracias a su inocencia y su talento. Esta bella imagen se ve contrastada con un riff ruidoso y muy pesado que recuerda y toma las misma formas que su lanzamiento pasado, la atmósfera poco a poco se toma esta sección en la cual se nos presenta a otro de sus protagonistas, el charango e’ quirquincho. Todo recitado con un lenguaje muy regional y arraigado al chilenismo, con sus po’ y sus palabras sin terminar haciendo sentir una cercanía al relato como si fuera una leyenda o si te lo estuviera contando un familiar tuyo.
Las constantes interrupciones de los cantos de Catalina y Rodrigo van construyendo distintos ambientes dentro de una misma sección y generando una tipo de discusión o de guion a través de la décima. Esta dinámica concluye en la pequeña Phuyu tocando con su charango, La cantora está triste, se percibe en su canto es el comienzo de un inocente pasaje cantado por Catalina personificando a la protagonista, un movimiento que es nuevamente influenciado por las canciones más íntimas de Violeta.
El ritmo del huayno forma parte del carnet de identidad para la música chilena, las hipnotizantes baterías de «Mambo de Machaguay» de Los Jaivas, de «Huayno 1,2,3,4» de Quilapayún o más contemporáneamente «Sufre» de Niños del Cerro han formado parte de nuestra cultura y se convierten en los protagonistas alrededor del minuto 14 comenzando la segunda gran sección. La banda traza la línea de lo creativo para crear uno de los momentos más emocionantes que la música chilena nos ha podido entregar, el crescendo de los sonidos del Post-Rock va engrandeciendo todos los factores que ya de por si hacían enorme la sección, como si todas las ideas de la nueva canción latinoamericana -tanto en lo lírico como en lo musical- llegaran a un clímax con un color muy vivo en donde el miedo se transforma en esperanza.
La tercera sección comienza como una cachetada, luego de que nuestras emociones estuvieran a flor de pecho y al borde de las lágrimas nos llegan con otro momento arraigado al sonido de la «Tetralogía», donde además de Noise Rock, se toman la libertad de explorar los sonidos indescifrables del Math Rock. Una cuarta sección da por finalizado el colosal track de 30 minutos, con un riff en repetición que sigue la misma crudeza instrumental de el momento pasado, dando un emotivo cierre al relato de Phuyu junto al fantasma de su charango. Durante media hora lograron abordar un sinfín de géneros musicales en el cual los trabajos de baterías a cargo de Oscar son aún mejores que en su anterior lanzamiento, la voz de Catalina se toma el tiempo de brillar con más fuerza, Ignacio en el bajo tiene una presencia retumbante y Rodrigo con todo el trabajo compositivo, lírico y otro sin fin de impecables interpretaciones.
Este trabajo es un llamado hacia el más allá en busca de conectar con nuestras tierras y nuestros antepasados, todo esto con el místico sonido ambiental del Post-Rock fusionado con lo andino, convirtiéndolo en una experiencia casi religiosa, la ambición fue más que superada en posiblemente el mejor trabajo que han hecho hasta la fecha. Las generaciones venideras escucharan esto y estarán interesadas en los millones de artistas y sonidos que se perdieron a través del tiempo para rendirles un homenaje tal como hoy lo lograron con este disco. Phuyu no es cualquier artista, las décimas que plasmaron muestran la belleza de lo creado, Rock Andino como protagonista que muestra las distintas aristas del nuevo sonido chileno, que a lo largo de todo su terreno busca reencontrar la cultura y darle el mensaje a la juventud futura que lo que se hace aquí es bueno.
Tracklist:
01. Décimas de Phuyu y la Fantasma
Puedes encontrar el álbum en Bandcamp, este viernes 22 aparece en el resto de plataformas digitales.





















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