
Texto por: Ricardo Arriagada Gómez
El cine de Darren Aronofsky nunca tuvo un palco quieto en cada función, debido a una carrera que utiliza muchas formas de interpretación sobre la conducta humana y el alcance de lo divino, obteniendo resultados grandiosos pero que no se salvan de comentarios duros. Pasó la última vez con la tremenda «¡madre!» (2017) que no se inclinó a un lado en especial, sino que circulaba en el limbo del desprecio o de la ovación. Esta vez, vuelve con una película que no escapa de ese limbo, pero tiene mucho argumento para quedar como un trabajo formidable y emotivo. Su título es «La Ballena» (originalmente conocida como «The Whale»), producida por A24 y llevada para cine chilenos por BF Distribution. Nominada a tres Premios Oscar (Mejor Actor Principal, Mejor Actriz de Reparto y Mejor Maquillaje y Peluquería).
Basado en la obra teatral de Samuel D. Hunter -siendo él mismo quien lo adaptó a guion cinematográfico- y presentada en el Festival de Venecia con aplausos de seis minutos luego de su muestra, es de los título más fuertes de la temporada, no solamente por los temas que hay en la mesa y se recomienda mucha altura de miras, sino por el regreso del actor Brendan Fraser en un papel protagónico tras años fuera de Hollywood viviendo el infierno, y que su renacer a la gloria se verá con ojos llorosos. Un Melodrama auténtico que cuestiona parte de nuestras mentes, donde Aronofsky es efectivo otra vez.
Nos cuenta la historia de Charlie (Brendan Fraser), profesor universitario que sufre obesidad severa y está en un estado crítico, al cuidado de su amiga Liz (Hong Chau) que le recomienda ir al hospital pero éste se niega, ya que su intención va en querer una reconciliación con su hija Ellie (Sadie Sink) de carácter intransigente, enojada por el abandono a su familia cuando era niña por irse a vivir con su amante gay, y cuya muerte provocó que Charlie cayera en exceso de comida por la culpa. Completan el reparto Ty Simpkins, Samantha Morton y Sathya Sridharan.

Interesa al instante su ambiente frívolo y centrado en un sitio principalmente -además del formato 4:3 que ocupa-, para estar casi en toda la pantalla el personaje principal con sus problemas e intentar algún tipo de perdón, algo que Aronofsky realizó antes con la excelente «El Luchador» (2008) pero en un marco más encerrado en paredes. Si algo hay algo para resumir la cinta sería que es «potente», por su imagen, su fidelidad sobre los efectos de la depresión y la culpa, los cuestionamientos religiosos -que también ha estado en otras obras del director- y su carga emocional que uno puede experimentar a través de lástima, angustia y/o empatía. El manejo de cámara, la música de Rob Simonsen que apoya enormemente en las situaciones complejas y la entrega de cada personaje en escena. Hong Chau sorprende y Sadie Sink aumenta la tensión, pero acá todo es enfocado por la magnífica interpretación de Fraser en un estado delicado, que muestra sensibilidad y oportunidad, a través de sus movimientos, miradas y voz. ¿Sus posibilidades para llevarse la estatuilla dorada de la Academia? Absolutamente con ventaja, y es sin lugar a dudas, la mejor actuación que ha hecho en su carrera.
«La Ballena» no se escapa de los comentarios que lo que quiere conseguir el director y para algunas por encima de sus temáticas, puede ser cuestionable en la adaptación hacia la gran pantalla, pero es un trabajo muy bien realizado y que es importante su muestra para ser conscientes. Una película que chocará emocionalmente, que expresa el último aliento de la redención de un hombre que intenta busca la paz, cuando su solución está a tiempo en medio del caos. Su estreno general es el 02 de marzo, pero hay un preestreno limitado durante estas dos semanas.





















0 Comments