Texto por Pablo Castillo

Fotografias por Guns N´Roses

Después de 3 años desde ese mítico Estadio Nacional marcando un final definitivo para la pandemia, Guns N’ roses vuelve a pisar Santiago para reencontrarse con su querido público chileno, uno que en cada visita es capaz de llenar cualquier escenario con tal de entregar la energía que una banda tan grande como los Guns necesita, hoy en la inmensidad del Parque Estadio Nacional con la gira Because What You Want & What You Get Are Two Completely Different Things en presencia de unas leyendas para el hard rock.

Los nacionales La Mala Senda se encargaron con todo el sonido pesado a calentar los motores de una explanada que esperaba aun bajo el sol el plato fuerte de la jornada. Mientras caía la noche y se acercaba la hora de inicio programada me llegaba a la cabeza la pregunta ¿Cuántos minutos o horas se demoraron en llegar? Y aplaudo de pie al compromiso de la banda y quitándome las palabras de la boca porque los californianos se paraban sobre el escenario sin hacernos esperar más de la cuenta, revirtiendo la eterna promesa de la banda en nuestro país.

Y creo que no existe ninguna manera de describirlo más que explosivo, apenas estaban entrando los tres grandes protagonistas y nos quedamos sin aliento por gritar su llegada, ya estaba sonando esa mítica introducción de Welcome to the Jungle para partir con todo el séptimo encuentro de la banda en nuestro país. Teniendo a Axl Rose en las vocales como un frontman enérgico e imparable, Duff Mckagan en las cuatro cuerdas acechando desde la oscuridad pero siendo un titán de apoyo para la banda, y Slash, que verlo en vivo en directo es una experiencia religiosa y mis palabras no defienden la leyenda viva que es.

Un setlist super variado y no encasillado en la espera del hit, indagando en el catálogo de la banda con canciones como Chinese Democracy del disco homónimo, Mr Brownstone como un clásico del debut o Pretty Tied Up de la saga de Use Your Illusion (1991). Con todo el peso de ser un monumento para el hard rock, la banda nos deleitó por más de dos horas y media con lo que mejor saben hacer, proyectando su música con un nivel de interpretación absolutamente increíble que denota esos 40 años de trayectoria.

Como es de costumbre dentro de un recital de la banda, hubieron covers, y hubieron muchos covers. Pero ellos saben como llegar a su público, tocando el clásico de Paul Mccartney Live and Let Die con esa explosiva interpretación de película, el lento de Bob Dylan Knockin’ on Heaven’s Door con la cancha iluminada por los flash del celular y un espacio para Duff quien de puro capricho se dio el lujo de unos temas punk setenteros, rindiendo homenaje a The Damned. Pero dentro de cualquier cover que la banda haya hecho hace años y que se haya convertido en parte de su repertorio, nada se va a comparar al emotivo tributo al rey de las tinieblas Ozzy Osbourne, con el sombrío sonido de Sabbath Bloody Sabbath.

Aun con grandes músicos de apoyo sobre el escenario, era imposible no dirigir tu mirada a cualquiera de estos tres ídolos. Axl Rose que es fácil de criticar su nuevo tono de voz pero no veo a nadie aplaudiendo sus tonos bajos, implacables desde 1986 y que siguen brillando por ese tono raspado que en canciones como You Could Be Mine o Don’t Cry la interpretación las convirtió en una real maravilla. Duff quien con una presencia inmensa, nos atrapaba con esas segundas voces y el poder de levantar una canción tan solo con las cuatro cuerdas, protagonizando obras densas como Estranged o la clásica línea de inicio de It ‘s so Easy.

Slash es caso aparte, un hombre que nació con más de 5 dedos por mano y que al momento de acercarse a una guitarra esta automáticamente se prende en fuego, hay poco intérpretes vivos con esa majestuosidad para tocar las seis cuerdas. Entre Rocket Queen y ese intenso solo compartido con Richard Fortus usando talk box, Civil War homenajeando a Jimi Hendrix con Voodoo Child (Slight Return), el nombrado Slash Guitar Solo que fueron 4 minutos de un deleite fuera del uso de razón para cualquier amante del instrumento que abría paso al emblemático Sweet Child o’ Mine, y ese dramático clímax en el solo final de November Rain, con Axl desde el piano cual Elton John preparando el cierre de esta histórica fecha.

Sin encore, Guns N’ Roses atrapó a miles de fanáticos por casi 3 horas sin parar, con una dosis imparable de hard rock a través de, por un lado obras épicas y extensas, como también unas de menor duración pero incontenibles en energía. Ellos son los dueños de la palabra rock, eso es indudable, el nivel de interpretación representa los más de 40 años sobre los escenarios que los ha consolidado como leyendas vivas para la música, como si fuera poco antes de cerrar y teniendo a todo el público en el bolsillo, dicen hasta pronto a Chile con un clásico como Paradise City convirtiendo a todo el Parque Estadio Nacional en una fiesta cerrando un reencuentro histórico.

Setlist: 

  1. Welcome To The Jungle
  2. Bad Obsession
  3. Mr. Brownstone
  4. Chinese Democracy
  5. Better
  6. It’s So Easy
  7. Pretty Tied Up
  8. Shadow Of Your Love
  9. Estranged
  10. Live And Let Die (Paul McCartney Cover)
  11. Yesterdays
  12. You Could Be Mine
  13. Absurd
  14. Sabbath Bloody Sabbath (Black Sabbath Cover)
  15. Rocket Queen
  16. Don’t Cry
  17. Knockin’ On Heaven’s Door (Bob Dylan Cover)
  18. New Rose (The Damned Cover)
  19. Wichita Lineman (Jimmy Webb Cover)
  20. This I Love
  21. Civil War
  22. Slash Guitar Solo
  23. Sweet Child O’ Mine
  24. November Rain
  25. Street Of Dreams
  26. Madagascar
  27. Nightrain
  28. Paradise City

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