Texto por: Ricardo Arriagada Gómez

Entre los años 2012 y 2015 fue toda una manía la adaptación cinematográfica de la saga «Los Juegos del Hambre», siendo la más popular y ambiciosa dentro de un tiempo donde el cine juvenil distópico estuvo fuerte en tema literario y de taquilla. Suzanne Collins en 2020 lanzó su libro «LJDH: Balada de Pájaros Cantores y Serpientes» que es una precuela de todo este mundo, y nuevamente Francis Lawrence se encargó de llevarla a la pantalla grande.

Lejos de todo lo que presentó en lo que conocemos, parte de sus raíces se explican en esta entrega, enfocándose principalmente con el personaje de Coriolanus Snow -interpretado por Donald Sutherland en la trilogía como el antagonista y principal cabeza del Capitolio y de todos los distritos- en su desarrollo, siendo alguien muy diferente y que, por medio de todo el caos descubrimos cómo se conectan las cosas a través del tiempo. Incluso, siendo una precuela, es importante tener la mente fresca con el resto de cintas para captar muchas de las referencias que se exponen.

En su argumento, Panem en tiempos postapocalíptico era igual décadas antes de lo que se conocía. Coriolanus Snow (Tom Blyth), hijo de una importante personalidad en Los Juegos del Hambre, será el mentor de Lucy Gray Baird (Rachel Zegler) del Distrito 12 y además de sentir una atracción amorosa rápida gracias a su encanto y talento vocal, hará lo posible para ser victoriosos en esta prueba complicada, donde cada vez las emociones serán oscuras. En su reparto se encuentran Hunter Schafer, Viola Davis, Peter Dinklage, Josh Andrés Rivera, Jason Schwartzmann y más.

Si algo se hace presente en este despreciado mundo es su interesante diseño en torno al Capitolio, de arquitectura brutalista que se siente más cruda tanto en la forma que se muestra como en torno a la destrucción, siendo parte de lo destacado del film junto con la parte técnica de sonido y la entrega que hace Zagler tanto en el Drama como en su interpretación siendo cantante, una cobija suave entre tanta maldad que se exhibe. Si bien, su segundo acto complementa lo más ágil en imágenes y diálogos que dejan pasar al tercer acto donde muchas incógnitas se resuelves -y otras aparecen-, su ritmo dificulta en la expectación de lo que hay en los puntos altos, haciendo pensar que la decisión de Lawrence no fue concreta en mostrar todo entre la relación sentimental de los protagonistas y los cambios en los personajes hasta el descontrol, cuando apretando un poco su duración no se desperdiciaban detalles importantes. Su función de entretener se cumple de todas maneras, más cuando ciertas palabras logran tener sentido a lo que se ha presentado en esta saga, y acciones que terminan mostrando una parte sicológica fundamental para comprender más lo que vino después.

«Los Juegos del Hambre: Balada de Pájaros Cantores y Serpientes» es de esos trabajos que sirven como un plus para tomar vínculos que enriquecen su universo, y el descenso a la locura que logra tomar es de sus intenciones más destacables, solo si esos 158 minutos requería de un corte para no desequilibrar nuestra visión a un personaje que se transformaría en lo más maligno de un estilo de vida que no se quisiera desear. Esta nueva película se estrena hoy en salas chilenas a cargo de BF Distribution.


Zumbido.cl

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