
Texto por: Ricardo Arriagada Gómez
Ha sido un año semejante a un viaje en montaña rusa para Netflix, en relación de muchas producciones de poco convencimiento, pero a la vez fichando con grandes realizadores u obras que han tenido un avance trascendental. Hace pocas semanas con la adaptación de Guillermo del Toro en «Pinocchio» es un imperdible para esta época, y ahora, Rian Johnson invoca con esta plataforma la secuela de su interesante trabajo «Knives Out» (2019), más amplia y más alocada.
Johnson ha tenido la mente despejada para presentar esta cinta de Comedia Negra que utiliza muchas normas de la actualidad y el género Whodunit (la variante compleja en relatos de misterio y novelas policíacas) en una forma brillante, concentrando muchos factores cinematográficos que terminan sorprendiendo al espectador. No es solo un guion inteligente, es un ejemplo donde más de uno destaca en su labor, actoral y técnicamente hablando.
Siendo secuela de la anterior pese a solo conservar al personaje Benoit Blanc (Daniel Craig), cae en la embarcación hacia una isla griega privada, propiedad del multimillonario Miles Bron (Edward Norton) que invitó a parte de algunos cercanos que comparten éxito y de posiciones ideológicas semejantes para participar en un juego «que involucra un asesinato» durante un fin de semana, pero todo el plan cambia cuando el propio detective está en la zona para resolver un misterio que está entre manos peligrosas, involucrando temas de poder y pérdidas incalculables. El tremendo elenco se completa con Janelle Monaé, Leslie Odom Jr. -ambos conocidos también en sus carreras musicales-, Kathryn Hahn, Kate Hudson, Dave Bautista, Jessica Henwick y Madelyn Cline. Como la misma trama, tiene sorpresas divertidas.

Con sus extensos 140 minutos -un poco alargado de lo normal-, encaja con el ingenio, humor y en especial, un ritmo que intercambia cuando cada vez necesita un giro argumental, siendo totalmente algo con una disparidad sublime. Es importante que todo tiene un punto de inicio, y eso es clave para enganchar con el drama propuesto. Además de una tensión musical por parte de Nathan Johnson, muchas tomas de cámara versátiles y un colorido que muestra lo terrible con lo pretencioso, el trabajo de actores funciona fascinante, dando méritos a Craig con su disciplina y chispa, Norton por su papel que son referencias directas de ricos bobalicones reales (y que la vía política es notoria, como la primera cinta que tenía una mirada racial, acá es de soberbia e impunidad), y en especial lo magistral que hace Monáe en pantalla que es digno de apreciar, más siendo una artista que sus aventuras en el séptimo arte ha tenido momentos gloriosos.
Como punto notable además con el título de la película, esta cebolla de cristal tiene sus capas en el cual, cada vez las cosas se vuelven más oscuras. «Glass Onion» es una elevación de la primera y excelente apuesta de Netflix para ser disfrutada en estos días de término del año, acompañando a este encuentro de bufones vanagloriosos donde no todos pueden salvarse, a menos que los giros están a favor… aparentemente.





















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