El quinteto entregó una descarga lisérgica y potente frente a un público en éxtasis para celebrar la edición en vinilo de su álbum «Subliminal Kill».
Pánico descargó su rayo frenético y psicodélico en una sala repleta en una fiesta llena de colores y sonidos volátiles y etéreos, mezclando la furia punk de sus primeros trabajos con el trip orgánico y pegajoso de los sonidos del disco celebrado en la ocasión, jugando con matices, intensidades y cadencia.
Desde el arranque con «Telephone Dilemma», la conexión con su público fue inmediata, logrando un trance hipnótico que fue remecido por «Anfetaminado» para sumergirse en su repertorio noventero, intercalando canciones del repertorio de «Subliminal kill», pasando del sonido de guitarras afiladas a juegos de ecos, máquinas y una contundencia instrumental, especialmente las bases de Carolina y Tatán, quienes sostenían el andamiaje sónico y dejar que las guitarras, loops y efectos volasen libremente para seducir a la audiencia, convertida en un mar de baile, sudor y carne. Un coro perfecto.
Los juegos de luces y las imágenes parpadeantes jugaban con las siluetas incansables de l@s integrantes de Panico, fundiéndose con los saltos y gritos de la gente en una fiesta que llegó al trance máximo en la parte final del show con «Transpíralo» , «Bate en la mano» y «Reverberation Mambo», cerrando un set movediso y efectivo, encendiendo los motores de su nueva estocada en vivo.
La celebración y el trance de Panico continúan este fin de semana en dos fechas en el sur de Chile. Un reencuentro esperado y deseado desde que la banda volvió a dejar en claro que reinan en el mambo.
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