Texto y fotografías por: Hugo Hinojosa

La presentación de este día martes era significativa, dado que Lucybell continua con los conciertos parte de su gira «30 años», la que los ha llevado a presentarse en diferentes localidades del país, pero el ambiente de esta última noche era diferente porque se celebraba un nuevo «Día del amor». Esta conmemoración (con la cual se publicitó el show) marcó la jornada, dotándola de una energía especial del público que fue potenciada por un setlist que alternó entre los grandes clásicos de la banda y una selección más reposada ajustada al contexto.

Ya desde un inicio hubo una conexión instantánea con los y las asistentes que repletaron el Club Chocolate, volviéndola además una sudorosa jornada veraniega. Para ello, la banda comenzó directamente con uno de sus temas más queridos, como es «Vete», de su primer disco «Peces» (1995), marcando lo que sería el resto de la jornada: un encuentro con toda su trayectoria.

De ahí en más se fue desarrollando el extenso set de canciones que tenían preparado, pero que fluyó con constantes intervenciones de la banda, aludiendo además a la vinculación necesaria que se requería en un día como el que se celebraba. Luego del paseo inicial por canciones del repertorio perteneciente a sus últimos discos como «Familiar» o «Voy por ti», de «Fénix» (2010), o «Salté a tus ojos» y «Magnética luz», de «Magnético» (2017), vino uno de los primeros momentos de máxima comunión con el público, al interpretar «Carnaval», del disco «Viajar» (1996). Pero el catálogo de la banda es extenso, y además cuenta con bastantes temas apropiados para el leit motiv de la jornada. Fue así que prontamente se vino otro tema favorito de sus fans, y comenzó a sonar «Milagro», donde todos quienes asistieron pudieron emocionarse, sobre todo al corear su última línea: “Doy luz por reflejar / Soy tú, tú eres yo”.

Como ya señalamos, el tour de treinta años era la ocasión propicia para recorrer la trayectoria de Lucybell, haciendo inevitable ir visitando cada uno de sus hits. «Mataz» fue la siguiente en la lista, que como ya es habitual en sus shows, es acompañada por Cote Foncea en guitarra, abandonando su rol central en la batería. Luego de un nuevo repaso a sus discos con temas como «Infinito amor», de «Comiendo fuego» (2006) o «Luces no bélicas», de «Amanece» (2000), la primera salida de la banda fue marcada por «Cuando respiro en tu boca» uno de sus temas más recordados hasta el día de hoy.

Al regreso Claudio Valenzuela se dio el tiempo de improvisar una versión a capella de «Ese hombre», de Rocío Jurado, canción de desamor que el cantante aprovechó de modificar levemente en su letra. El set continuó con un nuevo acercamiento a «Lúmina» (2004), lo que dio tiempo para que sonara «Sálvame la vida», otro tema muy querido por sus fans. Del mismo modo, «Tu sangre», tiñó de rojo todo el Club Chocolate, marcando otro de los momentos más emotivos e intensos de la noche. Su última salida con la energética «A perderse», permitió recordar al público lo que será su primera presentación en solitario en el Movistar Arena, el próximo 18 de agosto.

Luego de los encendidos aplausos y cánticos de las y los asistentes, vino el cierre definitivo del show, donde sin salir del escenario nos entregaron otro clásico de sus inicios más electrónicos con «Viajar», corte que da nombre a su segundo disco, y que tuvo a Cote nuevamente tomando funciones en la guitarra, quien además se encargó de presentar el último tema, «Mil caminos» sellando una noche especial en donde el celebrar el amor, la amistad y todo el camino de una banda junto a su público fue el centro.


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