Texto por: Clau B. Díaz

El pasado 29 de agosto se estrenó en los cines nacionales «La viuda de Clicquot» (2023), película del director Thomas Napper, basada en el bestseller de The New York Times lanzado en 2012 por Tilar J. Mazzeo, la cual narra la vida de Barbe-Nicole Clicquot, una mujer que desafió los estereotipos sexistas de la Francia de comienzos del siglo XIX revolucionando la industria del champán.

El relato es parecido a otras biografías llevadas al cine: la historia de una persona que lucha contra alguna dificultad social o física, y que luego de un punto de inflexión se convierte en alguien que cambiará la historia como la conocemos. Curiosamente (o no), en las películas biográficas que tratan de mujeres el problema es el mismo: la diferencia sexual. Ya sea de manera directa o indirecta, esta distinción siempre está presente.

La película cuenta, por tanto, cómo Clicquot luego de quedar viuda lucha por mantener el legado de su marido, en contra de los hombres de la familia quienes no aceptarían que una mujer liderara la empresa. Desafió problemas sociales y económicos, enfrentándose incluso al gobierno de Napoleón expandiendo su negocio a pesar de las restricciones impuestas. Además de lo anterior, fue pionera en la producción de champán, creando la Tabla Remuage, una técnica empleada para eliminar los sedimentos de los vinos, la cual es usada actualmente.

La manera de narrar es interesante, muestra dos líneas temporales, una de una Clicquot joven, aún con su esposo vivo, y otra ya viuda. Este recurso ayuda a ver la evolución de la empresaria francesa, de la violencia que sufrió, su paso a la madurez, y la manera de enfrentar el mundo. Recuerda mucho a «Mujercitas» (2019) de Greta Gerwig, una línea que muestra la vida antes de la madurez y otra en la que hay que hacerse cargo de esa madurez siendo una mujer en un mundo de hombres.

En sus 90 minutos de duración, este drama histórico nos muestra la misoginia post Revolución Francesa: libertad, igualdad y fraternidad, sí, pero sólo para hombres. Y si bien, disfruto ver a mujeres quienes se enfrentan a una sociedad patriarcal, y creo que es importante resaltarlas y elevarlas a referentas, a veces me gustaría ver por qué tuvieron que luchar en un primer lugar, ya que, queda una sensación que estas grandes mujeres pudieron salir adelante por la resiliencia, por su fuerza o empoderamiento, y quienes no lo han logrado es porque no se han esforzado lo suficiente.

Quizás sería bueno preguntarse por qué en las películas biográficas de hombres, sus problemáticas son políticas, de clase, físicas o de otra índole, pero nunca por la diferencia sexual, pero en las Biopics de mujeres casi siempre esa es la dificultad.

En conclusión, la película vale la pena. Siempre es refrescante ver a mujeres protagonistas, en especial si son personajes históricos, inventoras, y que sin su labor no se entendería el mundo actual. Además, que a nivel técnico: la fotografía, la música, y las actuaciones, nos trasladan a la Francia del siglo XIX de ensoñación y realidad por partes iguales. El film es distribuido por BF Distribution y ya está disponible en salas nacionales.


Zumbido.cl

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