Álbum: «Cracker Island»

Artista: Gorillaz

Género(s): Synthpop / Electropop

Año: 2023

Texto por: Tomás Bascoli C.

Luego de reunirse en una isla de plástico que resultaría ser un guetto tropical, pasar algunos años en la cárcel, terminar dentro del estómago de una ballena, conseguir accidentalmente un estudio de grabación y tener entre sus integrantes a una cyborg y un integrante de la Banda Gangrena de las «Chicas Superpoderosas». ¿Qué otra aventura se le puede pedir a 2D, Murdoc, Noodle y Russel?

El grupo virtual fundado y comandado por Damon Albarn y Jamie Hewlett, ha tenido caóticos años desde su reaparición en 2017, dejando atrás siete años de silencio desde «The Fall» (2010). De todas formas, Gorillaz concretó un abarrotado trabajo contando con «Humanz» (2017), «The Now Now» (2018) y «The Song Machine, Season One: Strange Timez» (2020). Potenciado y sobrecargado por colaboraciones, el último pasar de la banda se caracterizó por una multiplicidad de géneros y direcciones sonoras diversas, con altos y bajos. «Cracker Island» viene a interrumpir este aparatoso camino musical y nos trae un disco en donde converge la quintaescencia de Gorillaz.

Acá, nos encontramos con el cuarteto animado depositados en Cracker Island, un paradisiaco páramo marino en donde se construye un relato sobre sectas, cultos, algoritmos, profecías apocalípticas y falsos profetas. Con este concepto como telón de fondo, Damon Albarn y los productores Greg Krustin y Remi Kabaka Jr. entregan 10 canciones comprimidas en aproximadamente 40 minutos, un tiempo nada común frente a sus antecesores trabajos, pero, también desmarcándose de ello, nos regalan una de las placas más sólidas y gorillezcas de la banda.

Desde el inicio con «Cracker Island», nos debemos permitir sorprendernos con un sonido Electropop y Synth Funk. Una esencia sonora que la banda había olvidado un poco entre tanta colaboración, y cuya presencia es en la cual se sostiene todo el álbum. Es necesario destacar el increíble trabajo de Greg Krustin en bajo y batería, el cual logra construir una complicidad entre ambos instrumentos y que le permite a Albarn colocar por delante su voz y disparar múltiples juegos vocales y corales que recorren todo el disco. Tal como se puede apreciar en la canción homónima o «Silent Running», en colaboración con Adeleye Omotayo, y «Tarantula». De todas formas, la máquina de herramientas musicales de Gorillaz no se detiene. A lo largo de la placa nos encontramos con pasajes donde se recurre a instrumentos de viento, como en «Oil», junto a Stevie Nicks de Fletwood Mac; efectos sonoros, como la lluvia al final de «Tormeta», la canción que une el amor por los sonidos caribeños de Albarn y Bad Bunny en uno de los pasajes más discreto y discordante del disco; y otros momentos en donde aparece con fuerza el uso de teclados y sintetizadores, tal como el hermoso cierre del álbum a cargo de «Possession Island» junto a Beck.

También Gorillaz tiene la capacidad innata de brillar por sí solo, y ahí reside lo increíble de este disco. «Baby Queen», «Tarantula» y «Skinny Ape» son canciones que deslumbran por la simple decisión de la banda de interpretarlas de manera solitaria y, además, logran recogen un poco de todo aquel sonido que ya es tan característico del cuarteto virtual: una resonancia de Synthpop con Electropop, variando en Neo-Sicodelia e incluso Dance Alternativo que ha sabido tan bien combinar Albarn y compañía, y es desde estos pilares por los cuales el álbum se sigue construyendo alrededor, inclusive sus invitados.

Hablando de ello, debemos destacar la selección de colaboradores que Gorillaz eligió para este álbum, algo que ya se ha convertido en una marca registrada de la banda virtual. A los ya mencionados Adeleye Omotayo, Stevie Nicks, Bad Bunny y Beck, se les suma el bajista Thundercat, Tame Impala y Bootie Brown. Todos ellos son los invitados para «Cracker Island» y cumplen esa figura de ser un complemento sonoro en sincronía, tan bien logrado como en «New Gold». Además, estos accesorios musicales no se llevan el crédito por completo (a excepción de la canción junto a Bad Bunny ), ni tampoco irrumpen como un anexo intermitente e irregular en cada canción, como ya le ocurrió al grupo en ciertos pasajes de «Humanz» y en el álbum anterior. Si hay alguien que es experto en hacer increíbles crossovers musicales es Damon, y cada día ha pulido más esta habilidad llegando a un equilibrio, entre Gorillaz y sus invitados, que ha producido una especie de culto alrededor de los cuatro personajes virtuales, el desarrollo de éstos en cada uno de sus discos y la relación que tiene cada uno de ellos con los colaboradores del mundo real.

En fin, «Cracker Island» es uno de los mejores álbumes de Gorillaz desde su reaparición en 2017. Ya sea por la advertencia de sus misteriosas líricas en torno a falsos profetas y sectas contemporáneas, como por un sonido simple, directo y lleno de reminiscencias musicales que nos hace amar a esta banda. Damon Albarn se anota otra estrella en su catálogo como uno de los mejores músicos del nuevo milenio y Gorillaz se erige en el altar para seguir profesando su culto eterno… y yo les creo.

¿Qué escuchar?: Cracker Island / Oil / Silent Running / New Gold / Baby Queen / Tarantula / Possession Island.

Lista de canciones:

01. Cracker Island (ft. Thundercat)

02. Oil (ft. Stevie Nicks)

03. The Tired Influencer

04. Silent Running (ft. Adeleye Omotayo)

05. New Gold (ft. Tame Impala y Bootie Brown)

06. Baby Queen

07. Tarantula

08. Tormenta (ft. Bad Bunny)

09. Skinny Ape

10. Possession Island (ft.  Beck)


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