Texto por Vanessa Pérez
Fotografías por Hugo Hinojosa
La banda de K-indie Cotoba hizo su debut en Chile la noche del 9 de noviembre en Bar Óxido, ofreciendo un show emotivo, sensible, divertido e íntimo que dejó a su público en éxtasis, pidiendo más.
Dyon, Dafne y Hyerim, los tres miembros de Cotoba, llegaron al país tras una gira por Europa y una intensa travesía por Argentina y Brasil. Viajando de país en país, pero renovando su energía en cada escenario, la banda demostró su entusiasmo por presentarse en Chile por primera vez.
Cotoba es reconocida por su sonoridad sensible y poética, capaz de conectar a los introvertidos y solitarios a través de melodías llenas de emoción. Su propuesta une el caos de la vida moderna con la precisión del math rock y el post rock, dando forma a una experiencia inmersiva y única.
La noche comenzó con una potente introducción instrumental: “Warm Salad”, una muestra perfecta de que su universo no necesita palabras para comunicar. Mientras algunos fanáticos disfrutaban con admiración, otros descubrían por primera vez la fuerza y belleza de su sonido.
El entusiasmo fue creciendo con canciones como “reyn” y “syhi”, donde el público se dejaba envolver por la energía introvertida pero transparente de Cotoba. Siendo una de las primeras bandas de K-indie en llegar hasta este rincón del mundo, la emoción de los integrantes era palpable en cada nota.
Dyon tomó el micrófono para hablar en español, entre risas y ternura, contando que había estado aprendiendo el idioma durante los últimos meses para poder comunicarse en esta gira. “Acabamos de llegar a Chile esta mañana y nos vamos a México esta noche… pero quizá el año que viene podamos volver?”, dijo entre aplausos, y el público respondió con una ovación que pedía su regreso.
Canciones como “kyrie” elevaron la atmósfera poética del concierto, combinando la dulzura vocal de Dyon con la intensidad instrumental del grupo, hasta llegar al cierre perfecto con “melon”, una de sus piezas más reconocidas, que desató una mezcla de euforia y melancolía entre los presentes.
La escena independiente es un reflejo vital de las culturas, y vivir una noche con Cotoba fue una oportunidad para sentir, desde este lado del mundo, la sensibilidad y pasión del indie coreano. El esfuerzo que hacen las bandas por recorrer continentes y las productoras por hacerlo posible es una hermosa forma de luchar por la música, esa que, sin importar el idioma, siempre encuentra la manera de conectar.
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