
Texto por: Ricardo Arriagada Gómez
El actor y guionista Kenneth Branagh en sus últimos trabajos como director, tuvo su momento de gloria al conseguir el Premio Oscar a Mejor Guion Original por «Belfast» (2021), donde cuenta en parte un episodio crudo de su infancia en la capital de Irlanda del Norte. Pero también, una apuesta algo tambaleante en adaptar una entrega moderna que es parte de las novelas de Agatha Christie y su famoso personaje: el detective Hércules Poirot. «Asesinato en el Expreso de Oriente» (2017) y «Muerte en el Nilo» (2022) fueron sus obras llevadas al cine con resultados que pasaron la prueba o se ha mantenido en el limbo, sin algún reconocimiento universal fuerte.
Mientras que en la primera sufría mucho por ser una cuarta adaptación y no tener el mismo entusiasmo como lo tuvo Sidney Lumet en 1974, la segunda por estrenarse en una fecha no tan convencional y teniendo presente en su elenco a Armie Hammer (luego de sus acusaciones) y obviamente, su recepción crítica. En esta tercera oportunidad las cosas mejoran por algunos motivos más atractivos: avanza en la historia en un período de tiempo más lejano a las anteriores y con un carácter distinto a la trama, incluyendo géneros que se acercan al Horror por su ambiente.
Nos reencontramos con Hércules Poirot (Branagh) ya retirado y encontrándose en Venecia viviendo su propio exilio de resolver casos. Al ser invitado en una sesión de espiritismo en la noche de Halloween, uno de los invitados fallece en misteriosas circunstancias, y por ende, está de vuelta para descubrir quién es la persona asesina. Completan el elenco en esta ocasión: Tina Fey, Kyle Allen, Camille Cottin, Jamie Dornan, Jude Hill, Ali Khan, Emma Laird, Kelly Reilly, Riccardo Scamarcio y Michelle Yeoh.

Le juega a favor su duración más breve para evitar esas grietas argumentales que eran evidentes en cómo introducirse a la historia sin estirarse demasiado, y en especial la pizca de oscuridad, lo gótico de su entorno cuando comienza las tensiones y toques de humor en su desarrollo. No logra concretamente sus momentos espeluznantes e incomoda el uso del sonido, pero se mantiene firme con la dinámica que existe entre sus personajes, siendo muy diferentes estas observaciones entre sí con influir en el film. Hay que mencionar que, por lo menos es un buen avance al no enredarse tanto en sus diálogos, sino que ocupa el lugar de los hechos para darle paso al detective en mostrar su inteligencia para evitar que el espectador sospeche antes quién es el culpable.
«Cacería en Venecia» no consigue un status muy aplaudible, pero importa que logra algo mejor que las dos entregas pasadas, siendo la tercera, como la vencida oportunidad para encariñarse con este universo. ¿Habrá planes a futuros? Solo Branagh tendrá esa respuesta.





















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