Por: Flavia Saldias

Toco el timbre en una casa esquinada de La Reina y en poco rato, un hombre alto, ruliento, de ojos verdes, pantalón, polerón y zapatillas negras, abre la puerta y ataja a una chiguagua negro que casi se escapa. Lo lleva en brazos, mientras nos pide cambiarnos de locación porque entre tanto ajetreo, tuvo tope de agenda y le coincidieron dos actividades: esta entrevista y el ensayo con la banda con la que se subirá por primera vez en formato solista al Teatro Nescafé de las Artes. “Súbete adelante, para no parecer Uber”, dice medio en broma y medio en serio. Cristián Moraga, más conocido como C-Funk está al volante. Maneja, habla por teléfono y nos explica cómo han sido las últimas semanas, en que se contagió de COVID por segunda vez en medio de la preparación y promoción del concierto que dará este jueves 18 de julio.
A la sala de ensayo, que comparte con Chancho en Piedra, donde actualmente es guitarrista, ya llegaron los integrantes de su banda; “mi banda es 2.0 porque hay nuevos integrantes”, nos aclararía más tarde. Prefiere esperar a que todos entren, para quedarnos en silencio y concentrarnos en la conversación. Nos sentamos de frente y se arregla el pelo cuando ve que enciendo la cámara para grabar la entrevista con video.

En esta entrevista exclusiva para Zumbido.cl, hablamos con una de las figuras más destacadas de la escena musical chilena, tras cofundar en los años ‘90 el grupo Los Tetas y promover la incursión local del Funk y los sonidos Afro. Pero también hablamos con el multiinstrumentista, compositor, productor y músico chileno que hoy está mucho más enfocado que antes con su proyecto solista y, por ende, tiene metas mucho más claras.
¿Cómo está Cristián Moraga en este contexto social, político, económico, ambiental? ¿en qué momento te pillo?
C: La verdad es que estoy sano, a pesar de que me ha dado COVID un par de veces, pero he pasado el COVID bastante bien. Estoy igual que siempre, como siempre ha sido difícil para nuestro rubro, uno está medio acostumbrado a estas dificultades, nos dio duro la pandemia, la actividad, pero igual estoy en la casa estamos bien, nos hemos defendido, no puedo saltar en una pata como Luksic de felicidad, pero también todo puede ser mucho más difícil, como le toca a otra gente; entonces para uno que es músico y vive de la música, me siento bastante agradecido, a pesar de las dificultades y de lo difícil que es. La diferencia es que yo hago lo que quiero, hago lo que me gusta. Y eso es un valor que no se mide en dinero y está bacán.
Eso te iba a preguntar cómo es ser músico, porque tú estás de chico en la música, influenciado primero por tu papá y luego metiéndote en bandas y en proyectos.
C: Es lo único que sé hacer y vamos para adelante. Ojalá llegue hasta lo más viejo haciéndolo.
¿Y cómo ha sido ese tránsito? Lo mides en la felicidad que te provoca… ¿es tu única tabla de medición?
C: No, obviamente igual hay metas que uno quiere ir logrando y también hay metas familiares, hay cosas que uno tiene que lograr familiarmente, porque cuando entra la familia en el mundo de un músico también es complicado, porque de pronto uno está aprendiendo o logrando solventarse como músico y entra en otro mundo, que también hay que compatibilizar, que es mucho más estructurado en tiempos, de todo, ya no estai solo; igual hace rato que para mí es así, pero esa parte también es cómo mido mi felicidad. El balance, a pesar de que siempre es un punto medio, es el vaso medio lleno siempre.
¿Qué metas ya cumpliste y cuáles te quedan?
C: No sé. Probablemente recién me estoy poniendo metas. Anteriormente, estaba viviendo el día, como dice mi canción, navegando en el océano, viendo más libremente. Pero ahora hay metas musicales que no he cumplido, como consolidar ciertas cosas, consolidar mi trabajo solista, por un lado. Igual me he dado cuenta que está bien consolidada la imagen que la gente tiene sobre mí, el cariño que me tienen, creo que a pesar de que soy Moraga, de que tengo el estigma de que soy siempre pesado por mi cara, igual que logrado recibir un cariño de la gente y me han acogido bastante bien y me respetan y hay una buena percepción de lo que yo hago, a veces más de lo que debiese haber. Pero esa es una meta cumplida para mí: sentir que la gente tiene una buena opinión de lo que yo hago, y eso a pesar de todas las adversidades que hemos pasado yo, algunos de mis compañeros, eso es una cosa cumplida. Y que faltan por cumplir son otras, el siguiente paso es viajar a Europa a tocar con mi proyecto solista. Ahora cumplí una que es tener un manager, que no tenía: Cristóbal González, que era manager de Santaferia, ahora es manager de C-Funk (sonríe). Y él armó esto del Teatro (Nescafé de Las Artes, el jueves 18 julio). Entonces empiezan a aparecer cosas. Como te decía, antes yo iba navegando, mi manejo lo hacía yo, en realidad no manejaba, contestaba el teléfono. No había una búsqueda, porque siempre he estado pendiente de otros proyectos, de la producción (musical), de Los Tetas, de otros proyectos que aparecen y lo mío es lo que queda al final porque soy el único que no me paga realmente plata, entonces eso tiene que ver con lo que hablábamos de familia, de ciertas obligaciones que hay, entonces uno entra en otra ruta. Ahora tener un manager me va a permitir encauzar todas estas cosas que yo no podía hacerme cargo. Entonces, le dije “quiero que vayamos a presentar esto a Europa”, porque siempre me escriben de por allá y nunca he gestionado esto, no sé gestionar cosas, no tengo tiempo para hacer esa parte. Así que creo que se vienen buenas cosas con él. Y también después de eso, girar por todos lados y terminar en un Live in Japan por qué no, luego, o en Corea que está más de moda. Pero Live in Japan… es rico cuando los discos dicen eso.
Hablabas también de ser productor musical…
C: Es que todo es músico, porque en el fondo es el que vive de la música. y no todos los que viven de la música son músicos. Está lleno de tipos que no hace nada y ganan mucho. El dueño de Spotify no ha tocado una nota y gana mucho más que nosotros, por dar un ejemplo. Pero sí, yo hago todo relacionado a música: producir música, DJ, tocar con mi banda, tocar con otras bandas, arreglar, un montón de cosas que me gustan y que he ido aprendiendo a través de los años, y de lo que he hecho un oficio, diferentes oficios que me llenan, que también es una meta cumplida: poder producir un álbum o una canción para otra gente o para mí; o tener un estudio y poder mezclar y entregar un trabajo, que escuchen y lo encuentren bueno. Eso son metas cumplidas, que aparecieron en el camino.
Entiendo que las metas por cumplir van más por el lado solista…
C: No. o sea, es que estamos en este momento, esta entrevista, mi show en el Teatro Nescafé de las Artes, todo tiene que ver con mi trabajo solista que, aparte, lo he dejado muy abandonado por los Chancho en Piedra, Los Tetas, por equis cosa, siempre queda detrás. Y ahora es el momento, porque todavía no estoy tan viejo, todavía puedo subirme a un escenario y hacer un show de esos que son exigentes y darlo. Quiero dar espectáculos, eso podemos decir que es otra meta: hacer espectáculos, no hacer una tocada, un concierto, quiero hacer un show. Y esto es el principio de eso, estamos trabajando luces, visuales, arreglos con la banda, cada uno en sí es un show. Esa es una meta que viene por cumplirse también: entrar en ese mundo y levantar la vara, porque siento que la vara en Chile ha sido ahí nomás. Se exige mucho, pero realmente se exige cualquier cosa. El público es difícil a veces en Chile, no hay buen gusto. Es un círculo vicioso. Porque el productor no quiere pagar más, entonces no podí armar un gran espectáculo… o al revés, si tú haces un gran espectáculo y el productor quizás no quiere pagar tanto y si el productor paga, la gente “oye, pero porqué voy a pagar tanto”, «oye, pero si es caro«, tener visuales es una persona más que hace el trabajo, que alguien hizo las visuales y que trabajó horas para eso; tener un músico extra, tener iluminación. Por eso es difícil también. Es igual que los programas de música en la tele, que son puros imitadores, disfrazados, no se premia el talento y la creatividad propia, se felicita la imitación. Me invitaron a una entrevistar ayer, quieren que toque, es un programa de música en un canal muy potente, con mucha plata. Yo quiero tocar, nunca he hecho doblaje, cualquier programa que hemos ido, siempre tocando, es nuestra promoción, es lo que hacemos; si suena mal, tocamos mal; si suena bien, tocamos bien. Programa de música, ya bacán, queremos música, pero no tenemos cómo hacerlo. No importa, yo llevo mis cosas, lo que llevo siempre. Al final, me cancelaron porque los tipos quieren tener música, pero no pueden hacer la música. Entonces eso es como el estándar de esto, de Chile, el estándar es que, no quiero chaquetear, me encanta lo que pasa con lo urbano, con lo lejos que han llegado, la exigencia es muy baja, las letras son terribles, terribles, yo descarto un montón de letras porque dicen esto y estos cabros salen diciendo unas cabezas de pesca’o y la gente lo celebra y ganan millones y llevan un DJ, no llevan baterista, bajista, nada. Entonces es complicada la situación, pero en ese aspecto estamos poniéndole. Eso siento que pasa acá. Está brígido. Este igual es un esfuerzo de banda. Darse cuenta de que es un show y no una tocada nomás. Ahora, lo que yo le agradezco a los cabros de ahora es que nuevamente se abrió una cosa. Nosotros, cuando salimos, como había MTV, las bandas que estábamos abrimos algo hacia afuera, coincidió, se dio un momento especial en el que Los Tetas salieron su primer tema y fue hit regional, desde Chile hasta Estados Unidos por MTV Latino y eso abre puertas, llama la atención. Y ahora estos cabros hicieron lo mismo y lo hicieron ellos solos, porque cuando salieron los chaquetearon todos, que el Trap, que el Reggaetón, y todos riéndose. Y los pendejos no pescaron, como son chicos, son rede sociales, Spotify, YouTube, la hicieron. Y su gente los apañó y empezaron a ganar plata. Sin pedirle permiso a ni uno de los músicos, sin saber mucha música. Se nota también que hay un déficit de arte, pero en lo otro, la hicieron, la están haciendo. Y eso abre un camino para nosotros, para tus bandas emergentes. No es menor. Estoy tratando de darme cuenta lo que está pasando alrededor. Nosotros como artista, deberíamos tratar de empezar a fijarnos y darnos cuenta.
Entremos en tu disco solista, tu segundo álbum. Por ahí comentaste que no quieres que se les pase el tiempo a estas canciones. ¿Por qué crees que este es el tiempo preciso?
C: Hay canciones que he sacado de hace diez años. Una cosa que me gusta es que son atemporales, a diferencia de otros tipos de canciones. Hay canciones que van a traspasar los tiempos. Bach, Mozart, The Beatles, Elvis, a nuestro nivel muy humildemente, muchas de nuestras canciones van a seguir. Mi música está siempre tratando de estar al día con lo que está pasando con la producción musical, en la sonoridad actual, entonces hay canciones que quizás ya no van a entrar por mucho que las arregle. Ahora sí tengo muchos cancones que quiero que salgan ya, han estado mucho tiempo ahí, son bacanes, tiene mucha onda, sé que a la gente les va a gustar aunque sean de hace 10-15 años. Hay canciones que hice cuando estaba grabando «La Medicina» (1997). Algunos de los temas ya no me dan ganas de sacarlos ni tocarlos, pero hay otros que están saliendo ahora que entran perfecto en el mood de los tiempos de ahora y han funcionado bien, los toqué en Lollapalooza, los voy a tocar ahora. Aún no salen (a las plataformas de música) y serán parte de mi disco.
¿Cómo defines este disco que vas a sacar?
C: Es un Mixtape. Son canciones que quiero sacarlas rápido sin tanta preocupación, sin tanto detalle, no quiero que pase tanto rato donde esté preocupado de cosas. Uno tiene una pasión por el arte, por el “dejar algo”, que hace las canciones más transversales y atemporales. El punto en común de todas estas canciones es que funcionan ahora, sean más viejas o nuevas, expresan algo que quiero expresar ahora, me hacen sentir bien cuando las canto y las muestro y a la gente le pasa lo que le pasa con mis canciones; y sé que va a pasar lo que pasó cuando hice «Papi… Dónde está el Funk?», que yo lo escuché y dije “la wea bacán”. Sé que algo va a pasar con esto. Ese es el común de estas canciones. Algo tiene que me va a dar de comer a mi hija, a mí, me va a dar shows, me va a dar atención. Son canciones elegidas con pinzas. Transmiten algo.
¿Compones solo?
C: Sí, pero ahora estoy juntándome con otra gente. Con compositores más jóvenes, cabros chicos que tienen la manera actual de hacer letras, que no me gustan tanto porque a veces hablan cosas más simples y yo quiero expandir un poco más el lenguaje, no me puedo permitir ser tan básico. Pero las melodías que hacen, las formas, los fraseos, que viene de la mano del auto tune y de todo lo que viene de esta época, es algo que a mí no me nace natural porque soy de otra época. Entonces invito a alguien y le digo qué se le ocurre y salen unas cosas bacanes. Y eso me gusta. Me gusta componer con otros músicos también, pero para eso tengo que tener un enganche.
¿Cuándo sale este segundo disco?
C: Este año tiene que salir. Porque dentro de nuestro plan «managerezco» tenemos que tener música nueva para tener shows en el verano y salir a Europa, que es la meta que yo quiero.
Es distinta la pega con manager…
C: Sí. Es que uno se permite atrasar cosas…es pelúo, porque ahora estoy reventado. Ahora tuvimos que hacer la entrevista acá porque me cambiaron la hora de ensayo. Y vengo saliendo de una producción, una noticia que me gustaría dar: estamos produciendo un disco de Rock, medio noventero pero actual. Es de un cabro joven, 20 años. Raimundo Solar es el artista, y está mortal. Eso me tiene contento. Son sus primeras canciones y le salieron tan buenas que me motivó.
Hablemos del concierto. Es tu primer Teatro Nescafé de las Artes como C-FUNK…
C: Estamos preparando un show bonito, un espectáculo, una continuidad; una dirección de arte en términos de la música y de lo que queremos entregar como sensación al público, respetando lo que yo hago, que es Funk, música para bailar, para relajar, botar energía, desestresarse; también emoción; invitados especiales como Hugo Moraga, mi primer invitado, mi primer profesor, mi primer jefe, y cumplió 70 años hace poco, julio es su mes, es un momento para celebrarlo a él, quiero compartir mi escenario con él. Parte de todo lo que yo soy y de lo que es mi música es a raíz de él, entonces si yo me planto por primera vez en un escenario, tengo que plantarme con mis raíces y quiero darle un espacio a modo de admiración, porque lo admiro como músico, no solo como mi papá, como músico y compositor es increíble. Hay un momento para él y a la vez con Pedropiedra, porque él también es fan de mi papá. Hay piano, voy a tocar piano, que nunca lo hago en los conciertos. Hay baterías vintage que son parte de mi estudio y mi colección, que no salen nunca y van a salir ahora. Hay otros invitados: Los Chancho En Piedra, así que va a estar entretenido. Es una fiesta. Es un momento que resuelve varias cosas y comienzan otras. Así es para mí. Y me siento bacán.





















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