El pasado 7 de noviembre, las puertas del Teatro Coliseo se abrieron para invocar fuerzas del más allá con la esperada actuación de Michale Graves, la inconfundible voz de una de las etapas más emblemáticas de Misfits. El recinto se transformó en un auténtico templo del horror, donde los clásicos de American Psycho y Famous Monsters retumbaron entre luces y sombras, acompañados de algunas sorpresas que convirtieron la noche en un banquete monstruoso para los fanáticos del género.

La misión de encender la velada recayó en Vatti & The Hellcats, quienes desplegaron toda su energía punkabilly en una presentación vibrante y concisa. Su repertorio, centrado en su álbum homónimo recientemente lanzado, hizo mover a todo el público, destacando su potente versión del clásico “Sheena Is a Punk Rocker” de Ramones. Con carisma, entrega y una conexión genuina con la audiencia, dejaron el escenario listo para lo que sería una noche cargada de adrenalina.

Con la expectativa en su punto más alto, Michale Graves emergió entre las penumbras, ocultando bajo un sombrero su característico maquillaje de calavera. Acompañado por su banda, dio inicio a la ceremonia con “Abominable Dr. Phibes”, seguida de “American Psycho”, desatando la euforia colectiva y los primeros cánticos ensordecedores de la noche. Fue un arranque demoledor que marcó el tono de un concierto destinado a revivir lo mejor de la era Graves en Misfits.

La energía alcanzó su punto máximo con “Dig Up Her Bones”, haciendo la euforia insostenible ante un público que coreó cada palabra con pasión, como si cada verso invitara a desenterrar los huesos de un amor perdido en algún rincón de nuestras vidas.

Entre tema y tema, Graves se mostró cercano y agradecido, esforzándose por hablar en español para conectar con sus fans. Caminó de un extremo a otro del escenario, chocando manos y regalando escalofriantes sonrisas.

El repertorio no se limitó a los himnos de Misfits: también hubo espacio para su faceta solista, con temas como “The Beginning of the End”, de su disco When World’s Collide (2016), y “1 Million Light Years From Her”, de su banda Graves. Fue un recorrido completo por su universo musical, donde el horror y la melodía conviven en armonía.

Uno de los momentos más intensos llegó con “Scream!”, del álbum Famous Monsters (1999). Con su potente voz  y su teatralidad característica, Graves mantuvo al público cautivado durante toda la interpretación. Luego, “Saturday Night” bajó las revoluciones para dar paso a un instante de emoción colectiva, con cientos de voces entonando su melancólico coro.

La oscuridad también dejó espacio para la luz con la interpretación de “What a Wonderful World”, el clásico de Louis Armstrong en la versión de Joey Ramone. Fue un respiro emotivo, una pausa que envolvió al Coliseo en una atmósfera de gratitud antes del estallido final.

Tras un breve descanso, los gritos del público trajeron de vuelta a Graves y compañía para un encore memorable. “Hybrid Moments”, del legendario Glenn Danzig, retumbó en el recinto, desvaneciendo las fronteras entre las distintas eras de Misfits. Pero el show aún no terminaba: “Helena” irrumpió con fuerza en el escenario, encendiendo las bengalas y desatando nuevos mosh pits con una energía renovada en el público, que se dejó llevar por la potencia de esta joya de Famous Monsters.

Con los clásicos de Misfits desempolvados, la banda ofreció una última sorpresa: un poderoso cover de “War Pigs” de Black Sabbath, cuyos estridentes riffs envolvieron el teatro en una atmósfera densa y sombría. Con la intensidad con la que Graves interpretó la pieza, el homenaje se elevó hasta el olimpo de las leyendas del rock, donde sin duda reina Ozzy Osbourne.

La canción marcó el final de la noche y selló en llamas una presentación visceral, despidiendo a la banda entre ovaciones de un público que fue testigo de un espectáculo intensamente cargado de horror punk.


Zumbido.cl

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