Texto por Clau B. Díaz

El año 2024 el cantautor español lanzó su disco “Ismael Serrano sinfónico”, álbum en el cual revisa sus clásicos con arreglos orquestales. El mismo músico sostiene que hacer un disco sinfónico es una “vieja fantasía recurrente”. Es que el formato sinfónico sin duda es más teatral que de alguna manera enaltece el arte. Es mucho más épico, y de épico ya lo vemos en la misma portada con una foto de la orquesta e Ismael Serrano al frente con una camiseta de Star Wars que alude a la primera entrega de 1977 y cuarta en la cronología ficcionada: “Una nueva esperanza”. Casi como un presagio, hoy 4 de mayo (día en el que escribo la nota), día mundial de “Star Wars” (“May the 4th be with you”), repasaremos el álbum del madrileño con el fin de prepararnos para el concierto sinfónico del día 08 de mayo en el Teatro Caupolicán. 

Si algo atraviesa el arte de Ismael Serrano es un consciencia político-social. Sus letras están cargadas de denuncias y reflexiones sobre problemáticas tanto del pasado, del presente como proyectadas al futuro. Lo cual no es extraño al considerar el contexto en el que creció: la postdictadura franquista y las dictaduras en Latinoamérica con sus respectivas vueltas a la democracia; el contexto en el que se desarrolló como artista: cambio climático, el incipiente crecimiento de internet y un cruel neoliberalismo; y el contexto actual: algunas movilizaciones, auge de las redes sociales, época individualista y la consolidación del cambio climático. Por lo que el trovador de la memoria histórica puede ser un buen concepto para resumir su carrera. 

Es que la selección de las canciones que conformarían su sinfónico, según el mismo cantautor, fue equilibrada y está representada casi toda su discografía y trayectoria, como “Sucede que a veces”, tema que trata de violencia y resistencia: “Sucede que a veces la vida mata y el invierno/ saca su revólver, te encañona en las costillas”, pero también,/ “Hoy ceno contigo, hoy revolución/ reyes que pierden sus coronas,/ verte entre la multitud,/ abrazos que incendias la aurora/ en las playas del sur”; o “La llamada” un tema melancólico que nos traslada a la niñez en la que pensábamos que las cosas serían muy distintas: “No era esto lo prometido/ Niño perdido desde el andamio/ todo tu barrio te veneraba”, pero que luego se transforma en un grito de levantamiento: “Escucha la llamada/ Únete al grito de los cansados […] Que la tristeza, si es compartida/ Se vuelve rabia que cambia vida”.

La esperanza es algo muy presente en las letras de Serrano, si bien, alude a que el mundo se está yendo un poco a la mierda, como en “Estaré ahí” que hace una clara referencia hacia el cambio climático o a una depresión, o a un momento político oscuro: “Tal vez algunos días/ El mundo duela un poco/ y un manto de cenizas/ lo cubra casi todo// Todo eso pasará/ terminará el invierno/ y llenará los cauces/ el agua del deshielo”, eso tendrá que finalizar, y hay un dejo de esperanza hacia el futuro: “Hoy/ Tú y yo/ No dejes de amar/ Para abrir las grandes alamedas/ Hoy la vida es una puerta abierta”. Esta propuesta también se lee en “Ven”: “Aún siento la urgencia de aquel estudiante/ Que en la barricada no aprendió a perder”. Siempre hay una intención de invitar a la resistencia, a la lucha, a no quedarse inmóvil y ser un agente de cambio. Es un recuerdo constante de que la revolución no es solo de cuando eres joven, sino que de adulto hay que retomarla. 

En “Papá, cuéntame otra vez”, literalmente es un hijo pidiéndole al padre que le narre los grandes relatos contemporáneos: “Papá, cuéntame otra vez que las tras las barricadas/ y tras tanto puño en alto y tanta sangre derramada/ al final de la partida no pudisteis hacer nada/ y bajo los adoquines no había arena de la playa”. Sin embargo, tal como la vida misma, estos relatos no siempre son prósperos, en “Si se callase el ruido”, por ejemplo, es el futuro de ese padre que vivió a fines de los 60 del siglo pasado, pero es nuestro presente invadido por las redes sociales, efímera documentación de nuestro pensamiento: “Ruido de iluminados, gritan desde sus hogueras/ Que trae el fin del mundo la luz de la diferencia/ Ruido de inquisidores, nos hablan de libertades/ Agrietando en sus gritos su barniz de tolerantes”. Las mordazas aún están presentes, ahora no te matarán, pero sí te cancelarán, no te torturarán, pero sí irá un ejército de seguidores de algo o alguien en masa a acosarte y desearte la muerte. 

Toda esta radiografía de nuestra historia contemporánea recuerda a los grandes referentes de Ismael Serrano, como Víctor Jara, Silvio Rodríguez, Mercedes Soza, entre otros, quienes en su momento también abordaron temáticas sociales, además de alguna que otra frase memorable que estoy segura de que muchos la reconocieron: “Se abrirán las grandes alamedas”. Por ello las letras conversan con quienes admira, es como si les estuviese respondiendo a Víctor Jara, parafraseando su arte. No sé si viene a cuento la comparación, pero me recuerda al cine de Quentin Tarantino, quien cita literalmente aquellas películas que admira, recreando escenas. Lo mismo me sucede con Serrano, son citas literarias refrescantes, que mantiene una coherencia, histórica, si se quiere. Es una continuación de una herencia que se tomó muy en serio la labor del artista, de posicionarse en su conexto, denunciar lo que se debe y establecer la memoria. 

Todo esto es muy épico, por ello que el sinfónico resulta tan grandioso, y retomando lo de Star Wars, Ismael Serrano seguro que sería el trovador de la alianza rebelde que lucha contra el Imperio Galáctico.  Es una épica urbana que nos lleva por las calles de Madrid o por el ciberespacio, mostrándonos el mundo en que vivimos y que no podemos ignorarlo. 

Para vivir esta experiencia sinfónica con 40 músicos en escena, la cita es el 08 de mayo en el Teatro Caupolicán

Las entradas están a la venta a través del sistema Puntoticket

Produce: La Oreja


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